55. APOTEOSIS (Belén Sáenz)
Piensa en trompetas plateadas, en galanes con gomina, y no puede resistir la tentación de excederse echando friegasuelos en el cubo. Con el mocho traza un arcoíris espumoso en el rellano. Las burbujas espejean pletóricas antes de estallar en luz. Como siguiendo el gesto del apuntador, Antonia desciende peldaño a peldaño, de puntillas por falta de tacones, cruzando con elegancia un pie por encima del empeine del otro. Se asegura de llevarse una mano a la pantorrilla para enderezar la raya invisible de unas medias de cristal que nunca ha tenido, arropada en un boa que ha confeccionado con hurtos a unos cuantos plumeros. Es el atrezo que ha visto en el cartel del espectáculo de cabaré que dan el sábado en el Lido. Ahora los vecinos abrirán las puertas de sus casas haciendo revolotear las palmas de las manos: el elenco de la diva, que es ella misma. Y cuando llegue al portal, alzará los brazos haciendo arabescos con los dedos entre vítores y aplausos. La frente llena de gloria, la mirada al cielo, sin concebir que algún chiquillo podría haberse dejado olvidada una pelotita en el penúltimo escalón. Sin sospechar que este viernes puede ser otro lunes disfrazado.
Muy bien relatado, las ilusiones de esta mujer por convertirse en diva. Cómo enfrenta su realidad con sus sueños, de forma poética, pero tras estos “arabescos” el final es duro porque deja claro que va a seguir fregando escaleras.
Rosa, muchas gracias por tu comentario. Es triste a que algunas personas buenas se le destruyan los sueños por pura mala suerte. La vida a veces es así. Abrazos!
Qué pocas veces la realidad que tenemos coincide con las aspiraciones que querríamos, que han de enmarcarse en el terreno de los sueños. La imaginación es un buen sucedáneo, aunque sea por poco tiempo.
Buenas descripciones, acordes con el arte que lleva dentro tu protagonista, con el contraste que supone despertar en lo que realmente tiene.
Un abrazo y suerte, Belén
Así sucede a veces, Ángel. Aparece una pelotita en nuestro camino y todo se tambalea, aunque quizás Antonia consiga verla y esquivarla. Un abrazo y gracias
Me encanta la narrativa de todo el micro, cómo esta buena mujer convierte su dura realidad en una fantasía y cómo, con tan solo una frase, derribas de un elíptico plumazo su castillo de naipes. Espero que el batacazo no sea tan duro como se presiente.
Felicidades Belén y un abrazote.
Esta historia tiene un brillo especial. Está en la forma de narrarla. Con sus bellas metáforas,cautiva al lector y lo hace partícipe de los sueños imposibles de esta humilde mujer.
Un abrazo grande, Belén.
Me alegra mucho que te guste, Ana María. Como le decía a Ángel, quizás sea capaz de esquivar la pelotita. La posibilidad está ahí, en la mente de cada lector. Besos, Belén
Vaya, me equivoqué y te respondí en el comentario de María Gil. Así que ahora la respondo a ella aquí.
Gracias, compañera. Es un comentario precioso y me alegro de que te haya parecido que tiene brillo. Muchos besos, guapa!
Belén, coincido en que la narración atrapa, se nota que lo has cuidado. Y también me resulta muy visual, algo que no siempre es fácil. Y también me gusta la forma en que la protagonista usa su imaginación para escapar de la realidad.
Un abrazo y suerte.
Un abrazo, Rosalía. Gracias por leerlo y comentarlo. La verdad es que sí me ha costado escribirlo (me cuesta mucho escribir en general últimamente). Abrazo grande para ti también.
¡Felicidades Belén! Me ha gustado mucho, desde el principio construyes imágenes muy bellas con metáforas a cada cual mejor, ese arcoiris espumoso, esa boa con plumas robadas… Y el lunes disfrazado de viernes le pone un cierre redondo.
Yo prefiero pensar que esquiva la pelotita y que podrá seguir soñando, día tras día…
Mi más sincera enhorabuena, y un abrazo
Me encanta. Maravillosamente visual. ❤️
¡Suerte!
Besosss