49. LASCIATE OGNE SPERANZA (Belén Sáenz)
Es medianoche, en una plaza desierta donde el viento incapaz de llevarse el confeti pisoteado del carnaval sopla taimado hasta descubrir el pozo de los infiernos. Dante y Virgilio se reconfortan con un abrazo fraterno e inician el descenso por un sendero de lava que abrasa las plantas de sus pies.
Los que mienten penan en el octavo círculo, en las fosas que llaman Malebolge. Les han obligado a desnudarse para impedir que escondan su pecado. Algunos demonios cosen lenguas y labios para inutilizarlos y otros convierten a los niños que cuentan mentirijillas en muñecos de madera con la nariz muy larga. El castigo de las viejas maledicentes es trenzar una y mil veces los flecos de sus embustes, que se les van enredando entre los dedos y trepan por los brazos, amenazando con atraparles el pescuezo. No hay piedad aquí para los adúlteros, aunque estén enamorados, ni para los comerciantes que disfrazan las taras de sus mercancías. Mucho menos para los políticos. Ni siquiera para nuestros poetas, pues engañan por su ingenua ansia de belleza. Ambos habrán de contemplar su propio reflejo mortal, y el planeta descarnado, en un lago ardiente de azogue hasta el final de los tiempos.
Quien cae en el infierno ya no tiene posibilidad de redención, no solo en el de Dante, cdonde hay sitio para todos. En realidad, cada uno tiene el suyo, con su penitencia, acorde con la mentira cometida. Ni los poetas se salvan, los políticos, mucho menos. Todos son (o somos) culpables de que el planeta en el que vivimos, «planeta azul» como el cielo donde se ubica el paraíso, se convierta en un averno cada vez más degradado,. Hablar de belleza en términos poéticos, o de un futuro próspero, con perspectiva poética, es el mayor de los engaños.
Un relato lleno de desesperanza, original y muy trabajado, con las mentiras como protagonistas.
Un abrazo y suerte, Belén.
Jo, Belén, nos has pintado El Jardín de las Delicias en doscientas palabras. Enhorabuena!!!!
Un beso grande!!
Pocos se escapan de este infierno dantesco.
Algunas imágenes son muy poderosas, como las de las viejas trenzando sus mentiras, y las de los poetas, nunca los hubiera visto así.
Me ha gustado, mucho.
Está tan bien trenzado este relato como los flecos de los embustes de las viejas maledicentes. Con la diferencia de que en este caso es un premio y no un castigo.