39º Microscopio : Ars moriendi
Os acercamos un nuevo texto al microscopio, su autor/a ha elegido el simbólico título de Ars moriendi («El arte de morir»), ¿tanto miedo nos tiene?
Gina nos trae la música de «Halloweven» para acompañar este relato.
Ars moriendi
La cercanía de la muerte, de la que daban cuenta canas y achaques, despertó en el abuelo un terror que le hacía pasar las noches en vela y los días en iracunda melancolía. El único remedio era enfrentarla de cara, de forma que mandó hacer un ataúd, tapizado de seda, en el que se retiraba a descansar cada noche y del que emergía a la mañana sereno y confortado. La abuela, con el cuerpo agotado por sus quince embarazos, consiguió por primera vez dormir sin sobresaltos.
Muerto el abuelo, mi padre lo enterró en una caja humilde y guardó el ataúd en el desván. Más tarde, con los primeros síntomas de decrepitud, surgió en él el mismo pánico a la visita de la parca y lo encaró con la misma determinación. El cómodo féretro ocupó el lugar de la cama matrimonial y mi madre, una mujer rígida y distante, se retiró aliviada a la antigua habitación de servicio. No sé qué extraño impulso me hizo conservar el ataúd y enterrar a mi padre en una sencilla caja de pino.
A diferencia de ellos siempre he sido un hombre vital, capaz de gozar, pese a los años, la buena mesa, los amigos y el cariño de mis hijos y de una esposa aún joven y bonita. Fue ella quien, entre bromas, me retó a pasar una noche en el viejo ataúd. Lo hice por darle gusto, pobrecilla, no podíamos imaginar que otra vendría a mi encuentro, blanca, delgada, fría, de boca y sexo ardientes como si arrastrase un hambre de milenios. Mis días se han vuelto un sinvivir, aliviado tan solo por las noches de amor. Dentro de mí se debaten sin tregua la impaciencia porque me lleve consigo para siempre y los celos, pues sé que allá tendré que compartirla con mis antepasados. Mientras tanto he dejado establecido, por supuesto, que al morir el ataúd sea incinerado conmigo.
Ilustración a cargo de Paloma Casado
y no me he podido resistir a dejaros este enlace donde he encontrado una casualidad entre las efemérides del día de hoy y el tema del relato.
En primer lugar cabe decir que se trata de un buen relato en líneas generales.
Nunca se me hubiera ocurrido pensar en la muerte del modo en el que lo hace el autor, como si de una amante insaciable se tratara que engatusa a los hombres de tal modo que les enloquece haciéndoles renunciar a la vida y anhelar reunirse con ella lo antes posible.
Lo que más me gusta del relato es la descripción que hace de ella y que dice así: Blanca, delgada, fría, de boca y sexo ardientes como si arrastrase un hambre de milenios.
Tras una segunda lectura he sacado la conclusión de que el autor describe sutilmente los cambios en las relaciones matrimoniales a través de las generaciones, comenzando por la mujer de antaño, que no tenía otro remedio que yacer con el marido cuantas veces quisiera este y aceptar con resignación todos los hijos que Dios quisiera darle, y terminando con la de hoy en día que disfruta de una relación en la que los roles han cambiado y las relaciones están basadas en la complicidad y el respeto mutuo.
La tercera parte contiene una crítica velada hacia los antepasados del protagonista, ya que comienza lanzando contra su padre y abuelo toda una batería de defectos de los cuales, el más significativo es la falta de cariño hacia sus hijos.
El protagonista quiere desmarcarse de ellos haciendo ver que es un hombre diferente, vital y moderno, pero termina contagiado de la misma obsesión familiar.
La diferencia radica en que este, al contrario que sus predecesores, al ser inusualmente más joven y vital, se debate entre las ganas de vivir y el deseo de dejarse llevar hacia una tentadora muerte.
Es decir, la vida le ofrece otras cosas buenas y alegrías que para su padre y abuelo estuvieron vetadas. Parece ser que a ellos no les quedaba otra mejor que hacer que morirse ya que su existencia fuera del ataúd era insípida.
(+) La resolución del relato me gusta mucho porque me genera una duda sobre las intenciones reales del protagonista.
No sé si el hecho estipulado en el testamento de destruir el ataúd a su muerte proviene de los celos que le impiden compartir todavía con más hombres a su amada muerte, o se trata de un acto de piedad para con sus hijos, que los libera de sufrir lo mismo que él.
Quizá lo único que cambiaría sería el título, ya que puede resultar un poco confuso. Mi primera interpretación fue errónea ya que, tal como me indicó un compañero, me documenté en internet y descubrí que su significado es algo diferente a lo que yo pensaba.
(+) Me gusta el título. Creo que es apropiado.
(=) En la primera frase —de la que daban cuenta canas y achaques — dejaría solo los achaques, arreglando la frase, claro, ya que las canas no son siempre síntoma de vejez ni de cercanía de la muerte.
(++) Me gusta lo de “iracunda melancolía” un oxímoron, desde mi punto de vista, teniendo en cuenta que la melancolía es sosegada y triste.
(-) La frase — El único remedio era enfrentarla de cara — me parece demasiado larga. Enfrentarse ya significa que es de cara, no de espaldas. Quizás enfrentarse a ella sería suficiente.
(-)“Muerto el abuelo” es un paso muy brusco. Pensé que sería mejor poner: “al morir el abuelo” “cuando murió el abuelo”
(=) Yo hubiera utilizado “forrado” en lugar de “tapizado” aunque son sinónimos. Lo veo más. Siempre parece que tapizar es por la parte exterior.
(-) Creo que faltaría la preposición “de” tras pese a los años. Sería mejor gozar de la buena mesa.
“… un hombre vital, capaz de gozar, pese a los años, la buena mesa, los…”
(¿??) Entre los amigos y el cariño de mis hijos, ¿iría mejor una coma?
(-) Pondría una coma después de la impaciencia en “Dentro de mí se debaten sin tregua la impaciencia porque…”
(¿?) Y tengo mis dudas sobre ese porque. ¿Impaciente por que me lleve? ¿Para que me lleve?
(+) Me gusta el relato. Tiene originalidad, es divertido. Me queda una pequeña duda ¿qué pasa con la mujer del último hombre? En un principio pensé que se metían los dos juntos en el ataúd, pero supongo que no es así. Y que es la parca la que lo visita ya que la tendrá que compartir con sus antepasados.
++ Creo que el relato puede quedar muy legible. Me ha gustado la idea. Un final acertado.
(+) Este relato está muy bien escrito (quizá faltan algunas comas). La redacción no tiene nada que deba ser corregido y destaca la fluidez de las frases que facilita una lectura continua; además, el vocabulario empleado es rico y variado.
- En esta frase: capaz de gozar de la buena mesa. Es que el autor no la había puesto y es para señalárselo, aunque veo que también se lo indica Y.
- En todo caso, la expresión «iracunda melancolía», a pesar de ser bonita, me resulta vacía, no sé qué quiere transmitir.
(+) La división del texto en tres párrafos marca perfectamente las tres etapas de la historia.
(+) El argumento es original e interesante y tiene un toque de humor.
(-) El texto peca de un exceso de abstracción, le faltan ejemplos más concretos con los que visualizar las escenas y los personajes. Para que el lector pueda meterse en una historia -y que esta le impacte o le interese-, es muy importante detallar las escenas.
A lo largo de este relato, hay muchos ejemplos que podrían explicarse mejor:
- Achaques: ¿qué achaques?
- Tapizado de seda: ¿de qué color?
- Muerto el abuelo: ¿ya está? ¿Así sin más? El autor nos ha contado cómo pasaba ese hombre las noches y los días antes de hacer el ataúd, y cómo cambió todo desde que se acostaba dentro, y cómo su mujer empieza a dormir sin sobresaltos… Y de golpe y porrazo, el autor liquida al abuelo sin una triste explicación, sin darnos tiempo a despedirnos de él, pobre.
- ¿Por qué razón el padre lo entierra en una caja humilde (¿cómo de humilde?) y guarda el ataúd en el desván?
- Primeros síntomas de decrepitud: algún ejemplo, por favor.
- Enterrar a mi padre en una sencilla caja de pino: ¿no hay más comentarios al respecto? Resulta muy extraño que siendo el hijo quien narra la historia, no dedique ni una sola palabra al fallecimiento de su progenitor. Parece que está tan pendiente de la historia del ataúd que olvida todo lo demás.
- A diferencia de ellos (¿?) siempre he sido un hombre vital, capaz de gozar de la buena mesa…: esta frase es un ejemplo perfecto de abstracción, de falta de concreción (además de sonar a frase hecha, oída igual mil veces). No veo a este hombre, no sé cómo es, ni a qué se dedica, ni cuántos años tiene, ni cuántos hijos; y que su esposa sea» joven y bonita» no resulta muy original.
Si el lector no consigue ver al protagonista, este no dejará de ser un personaje de ficción y el lector no empatizará con él y sus circunstancias.
(-) El tono del relato no me convence. Creo que el narrador se mantiene bastante distante respecto a lo que cuenta, como ya he señalado en el hecho de que mencione las muertes de su abuelo y de su padre así como de pasada, sin darles mayor importancia. Incluso la forma de hablar de su propia situación y de su próximo fallecimiento me parece desapasionada.
Creo que si la historia estuviera narrada en 3ª persona, en lugar de en 1ª, este tono distante no me chocaría tanto, sería más apropiado.
En el comentario de Y, respecto a su pregunta:Dentro de mí se debaten sin tregua la impaciencia porque me lleve consigo para siempre y los celos…
Yo creo que tiene razón, que debería poner por que (preposición por + conjunción subordinante que). Esta secuencia aparece con verbos, sustantivos o adjetivos que rigen un complemento introducido por la preposición por y llevan además una oración subordinada introducida por la conjunción que. Para identificarla podemos sustituir la secuencia que sigue a la preposición por con el pronombre eso.
Ejemplo: “Está muy preocupado por que la lluvia no estropee la fiesta”= Está muy preocupado por eso.
“Tengo interés por que colabores conmigo”= Tengo interés por eso.
Porque es una conjunción causal. Para reconocerla, podemos sustituirla por otras conjunciones causales de valor semejante:ya que, pues, puesto que.
Pues a mi el relato me paree redondo.
Claro, que también me lo parecen los tres análisis microscopios…jajajaja.
En serio me parece un relato original en su tratamiento de la muerte y muy bien narrado. Comas, conjunciones y demás apartados varios no le restan mérito.
Muchas gracias, Evelyn, me alegra mucho que te haya gustado.
El relato del ataúd de Drácula tiene más defectos que el cutis de la luna. No se sabe si el abuelo se llamaba Robustiano o Macabundo. Es imposible que una abuela pueda tener 15 preñeces a la vez sin padecer acidez de estógamo. Se da a entrender que el abuelo, a pesar de achaques y todo, aún le sobresaltaba encima. Debía tomar la viagra como cualquier vecino de quinto, con tres cervezas baratas encima, toma chetos con sabor a churrasco de canguro mientras ve a la selección. Muerto el abuelo, además de fallecido, el draculismo pasó al padre. Se ve que Drácula debía ser más cutre y agarrado que la Virgen de los muñones. Yo no sé para qué puede guardarse uno un ataúd en buena forma si no es para salir a navegar a guardar los cedeses. Y luego los pechos, que hasta la parca se opera y se pone silicona ¿ande vamos a ir a parar? En refinitiva, que a este saga familiar le va la marcha sea en este mundo o en otros que existan. Y de ratas que son deben tener el mismo reservativo desde el día que los inventaron, que cualquier día se les desintegra de tanta refriega. Esas cosas no se ven ni en la ciencia fricción. Deben estar pensar pensanso en injertarse un palo escoba para no perder nunca las erecciones, que ya quisiera pasí Rajoy. Si hasta quieren quemar la reliquia pa meterla en una urna. Política…En resumiento, el testo no vale más que para leerlo y disfrutarlo. El que quiera ver aventuras del Capitán Posturitas se vaya a otra sala.
¿Me dan un euro por la caridá?
PD: Perdónenme todos, que no sabo lo que hago.
Ay, Barlon, como te pille… te doy un abrazo, que ya hace tiempo del último.
Pasado un tiempo prudencial, creo que ha llegado el momento de desvelar la identidad de la autora, o sea, yo misma. En primer lugar, tengo que agradecer a Mel su dedicación a esta interesantísima sección de ENTC y, por supuesto, que me haya invitado a participar en dos ocasiones, la primera como forense y la segunda como cadáver a diseccionar.
En segundo lugar, agradecer también a los tres microscopistas que han analizado el relato con tanta minuciosidad. Son tres visiones muy distintas, y complementarias, sobre un mismo texto. Los tres dan materia para pensar, revisar y corregir, aprender en definitiva. Antes de seguir quiero contar que este micro llevaba bastante tiempo en la carpeta de pendientes a falta de un final que me convenciera, cuando Mel me invitó ya me rondaba la idea de este final y me pareció interesante someterlo al juicio de El Microscopio.
X es el lector con el que cualquier escritora sueña, se deja llevar por el relato y va más allá, rellenando sus huecos y extrayendo información de la que yo misma no era consciente al escribir. Y se centra más en los aspectos estilísticos, algunos más relacionados con la corrección, otros con el gusto personal, pero todos sus apuntes son acertados. Z, por su parte, es el crítico que más me va a hacer trabajar. Estoy totalmente de acuerdo con él en la necesidad de la visibilidad en la narrativa, pero en un microrrelato esta visibilidad tiene el límite que le da la corta extensión del texto, solo podemos permitirnos alguna breve pincelada; responder a todas las cuestiones que propone me llevaría a pasar del micro al relato breve y esto, junto con el cambio de tono (o el paso a la tercera persona), daría lugar a un texto totalmente distinto y más ambicioso: me lo apunto como tarea. Por cierto, que tiene toda la razón en que ese «porque» es incorrecto y debería ser un «por que».
Por último, agradezco a Gina la acertada ambientación musical y a Pamela la estupenda ilustración, es un lujo marcharse de aquí con esos dos regalos.
Lapsus: No Pamela, sino Paloma, ¿por qué será que me he equivocado? Eso de Pamela me suena de algo :-).
Pues la «afortunada autora» fue aquella a la que descabalgó en la Copa «el señor de la palabra precisa», así que voy a perdonarle el chichón visto lo bien que me ha tratado. No es el estilo de relato que suelo escribir y me hace mucha ilusión que le guste a un aficionado a esa temática. Un abrazo.
Y de mi analís no dice nada. Endebé…
Nunca imaginé que este relato pertenecía a Elisa de Armas. Tal como ella misma ha dicho, no es su estilo. Pero me parece perfecto que cambiemos de formas y maneras para contar nuestras historias.
Creo que este relato puede dar mucho de sí, incluso más largo, resaltando las tres fases del dichoso ataúd. Es original y divertido. Y la autora tiene recorrido y calidad suficiente para exprimir la idea hasta lograr un relato completamente redondo.
Veo que no he sido la más puntillosa a la hora de corregir. Es la primera vez que hago un ejercicio semejante y, sinceramente, me ha encantado. Si ya es difícil hacerlo con los relatos propios, con los ajenos …
Esto también me sirve a mí misma para futuras intervenciones en el Microscopio, siempre que me reclamen. Seré, lo prometo, mucho más cruel y despiadada. Juasss.
Bromas aparte, espero que a Elisa le resulten valiosos los argumentos que hemos comentado.
Muy acertadas tanto la ilustración como la música.
Hasta una próxima intervención, se despide Y.
Ha sido un inmenso placer
Mira por donde me estaba yo preguntando quienes serían mis compinches en eso de realizar la autopsia y resulta que te tenía aquí al lado, je je.
Me alegra haber coincidido contigo en este espacio Elena.
Yo ahora estoy de vacaciones y voy a aprovechar para escribir.
Supongo que tu estarás escribiendo ya la siguiente Novela. Si es así te deseo que el Mediterráneo te traiga mucha inspiración.
Un saludo.
Hola, soy José Ángel Gozalo y tengo algo que confesar: Soy el señor X.
Bien, pues decir que me ha encantado el relato de Elisa y he disfrutado la experiencia de analizarlo. La verdad es que las impresiones de los compañeros me han hecho fijarme en aspectos que se me habían pasado por alto. Eso de no saber nada del autor en esta ocasión ha sido un plus porque no partes de ninguna idea preconcebida.
Quedo a disposición de Mel por si quiere volver a contar conmigo tanto para opinar como para ceder uno de mis pequeños para analizarlo bajo la Lupa.
Saludos para todos los compañeros.
Elisa, pues ya nos hemos encontrado en la tesitura contraria (como me decías cuando analizaste mi relato «El circo»).
Me descubro como Z, y te pido perdón por ser quien más te va a hacer trabajar, jajaja, lo siento. De todos modos, ya sabes que no tienes por qué hacernos caso, son simples recomendaciones basadas en nuestras opiniones subjetivas. Pero si te parece bien tenerlas en cuenta para darle una vuelta al texto y te gusta más el resultado… fenomenal, objetivo cumplido.
Un saludo.
Y saludos también a mis compañeros de análisis y a las chicas del Microscopio.