101. Ingravidez (María Rojas)
Al levantarme trato de poner los pies en el suelo. He perdido la gravedad y me elevo. No puedo controlar mi cuerpo que, ingrávido, flota a su antojo. Volando recorro la casa, salgo por la ventana y, con dulce liviandad me pierdo en el espacio sideral. Libre. Sin pensar más en el control del televisor, ni del ordenador, ni de la difícil propuesta de vivir.
No sé si habrá alguien que, en algunas situaciones puntuales, no sienta deseos de evadirse como tu protagonista, con esa «dulce liviandad». A veces es demasiado el peso que nos apega al suelo que pisamos.
Un abrazo y suerte, María
Ángel, eres un comentarista muy detallista y acertado. Efectivamente una de las intenciones de este micro es la evasión ante tanta insensatez que a veces nos rodea.
Felicidades y suerte.
Hola, María.
Venga, baja de la nube, que aún tienes mucho que hacer aquí.
Entreveo una situación personal, de tu protagonista, de abandono, de pesimismo.
Nos pasa a todos, la verdad.
Suerte, guapa.
Un abrazo.
Querida, tocaya.
Es bueno andar de tarde en tarde por las nubes. Vuelves como nuevo.
Un abrazo fuerte y a estar bien que es lo importante.
María: Una Condensación de lo que representa la vida cotidiana actual, y todas sus cadenas.
Imágenes muy precisas para narrarlo y que el lector se identifique, con su deseo de liberación.
Muy conseguido.
Suerte y abrazo.
Gracias, tocaya. Hay días en que el Cosmos es tan atractivo, que no te importa para nada perder la gravidez.
Un fuerte abrazo.
No hay nada como liberarse de las garras de la gravedad y de su contumaz pesadez. Mejor buscar el vacío con una buena bocanada de helio
Suerte y abrazos ingrávidos
En doscientas a veces muy difícil, en tan pocas como en tu relato, dificilísimo. Un viaje espacial hacia los astros, un viaje astral. Muy buen. Me gusta.
María, coincido con JUan, dejas abiertos distintos caminos. buen ritmo y fenomenales metáforas. Suerte y saludos
Esa dulce lilvianidad es muy tentadora, es parecido a lo que me ocurre a mí últimamente cada mañana o en medio de la noche, cuando pienso que ojalá fuera eterna y no amaneciera nunca.
Sin embargo también puede ser una ensoñación pasajera, lo cierto es que tu relato contagia paz y a la vez desasosiego por ese abandono a la deriva.
Bueno como ves no me ha dejado indiferente.
Un abrazo.
Coincido con tu protagonista. En ocasiones es necesario aislarnos de todo lo que nos rodea, de aquello que nos ata, y dejarnos llevar. Y qué mejor propuesta, para sentirnos libres, que levitar. Ojalá.
Me gustó mucho María.
Ton.
«Lo bue, si bre, dos veces bue». Un micro el tuyo, para mí vital-filosófico. La vida versus la libertad. Podría afirmarse que allí donde hay vida no cabe la libertad misma. Pero tú lo contradices y, entiendo, que con poesía de la mano. Me recuerdas a Caroline de Gunderode, me parece que se escribe así y no sé si está bien traducida la estrofa: «Nostálgica, vagabundeo por el infinito». Me encanta esa «dulce liviandad». Un sencillo micro inmenso.
Besos.
Querido Juan, pareces un gran mago que das con los secretos más recónditos de los enigmas triangulados.
Una vez más un abrazo cósmico.
En la brevedad está el gusto, lo has conseguido. A ver cuándo nos evadimos de esta manera para salir de este atolladero en el que estamos metidos. Saludos.
Los microbreves son complicados porque a veces tienen truco. Hay que leerlos despacito y varias veces.
He entendido dos cosas. A la primera que se va de este mundo, que se muere, vaya. Y al releerlo la veo meditando, tan concentrada que se olvida de la tecnología y de lo que le rodea.
Todo podría ser. ¿No?
Mucha suerte.
Lo más parecido a soltar lastre, interpreto yo. Me gusta la brevedad conseguida en este micro que dice tanto sin necesidad de más palabras.
Suerte y un abrazo, María.
Miguel Ángel, Marcos, Calamanda, Asunción, Ton, Eduardo, Antonio, Esperanza y Cristina.
A todos mil abrazos por detenerse en este micro. Levitar y olvidar aunque sea por breves momentos las ataduras de la gravedad.
Felicidades
Un estado de ingravidez dichosa y deseada. Sobre volar la monotonía, los problemas, el vivir que intuyo que es un sinvivir.
Genial esa levedad en tu relato.
Un beso María.
El peso de las responsabilidades y quehaceres cotidianos sobrecargan nuestro mundo, solo la imaginación nos permite volar. Muy bueno, María. Abrazos.
María, hay distintas formas de que te pudiste haber evadido, desde un desdoblamiento, un coma, un fantasma, un viaje astral a traves de las resquicios del techo de la casa. Este mini relato tiene una cadencia deliciosa y tan suave que nosotros mismos, como lectores, nos vamos elevando en la lectura hasta llegar a un final que se difumina como la esencia de un buen perfume.
Besos y abrazos.
Ohh, el viaje que nos espera a todos, pero con el matiz del dolor final. Suerte, María.
maría, me ha encantado tu ingrávido relato. Se eleva por su gran calidad. Nos haces ver la liberación que supone el cortar por lo sano con esa moderna esclavitud que tenemos hacia los medios que nombras.
Enhorabuena.
Un beso.
Patricia, Javier y Pablo.
Gracias por comentar sobre los diferentes viajes que ven en este relato y que nos elevan a mundos placenteros.
Feliz primavera
Hola María. Me gusta tu relato porque compactas en muy poco el comienzo de un viaje apasionante. La frase final me parece maravillosamente acertada. Bonito el mensaje que nos dejas escondido entre tus letras. Mucha suerte 🙂