87. Carrera de obstáculos
Suena el despertador, lo apago de un manotazo pero insiste a los pocos minutos, no sé por qué no lo tiro, me levanto y hago café, no soy persona hasta que no me tomo una taza y me fumo un cigarrillo, ¡mierda!, ayer no compré tabaco, cómo voy a comprar si no me queda un céntimo, tengo que ahorrar, no sé cómo, aunque debo estar agradecido por tener un trabajo, venga que llego tarde, el metro se pone imposible a estas horas, ayer le robaron a Juani, la pobre lloraba desconsolada, no por los sesenta euros, que también, sino por la foto de su madre, no tenía otra, yo la invité a comer pero ella no quiso, tal vez pensó que quería ligar, que también, pero lo hice para consolarla, yo tampoco veo a mi madre, la llamaré un día de estos, aunque no sabré qué decir, el jefe me citó para hoy en su despacho y me huele mal, si me despide lo mato, o me mato, no sé, lo primero que salga, voy a llegar tarde, mierda, así cómo no me va a despedir, y si me despide, qué le digo a mi madre, mejor no la llamo.
Parece que, al leer tu texto, la carrera de obstáculos casi la tenemos que superar nosotros, tal es la sensación de desasosiego y celeridad que le imprimes, con su redacción, al relato de unos escasos e intensos momentos de la vida de tu personaje. Enhorabuena y suerte. Saludos.
Efectivamente, Jesús, nuestro ritmo de vida nos obliga a realizar carreras de obstáculos a diario. Raro es el que no tropieza.
Un abrazo.
Una carrera tremendamente acelerada y llena de obstáculos por superar: la vida misma.Espero que consiga su medalla. Se la merece. Un abrazo y mucha suerte, Fernando.
María José, gracias por lo de la medalla, aunque me conformo con el diploma que supone que me leas y poder participar en ENTC.
Un abrazo.
Me ha gustado, Fernando. No solo el título nos mete en el tema propuesto sino también esa rapidez de lectura que le has imprimido como si estuvieramos en una verdadera carrera.
Abrazos
El solo hecho de que te guste, Javier, me convierte en vencedor de la carrera. Muchas gracias.
Un abrazo.
Retrato de una escena cotidiana.
Saludos
Así es, María Jesús. Cualquiera podría identificarse con esta carrera de obstáculos.
Un abrazo.
Trepidante monólogo interno. Una apuesta muy interesante. Suerte!!!
Muchas gracias, Celeste, digo Arantza.
Un abrazo.
Le has puesto alas a tu imaginación así que puedes estar tranquilo, seguro que no llegas tarde.
Un saludo, Fernando, y suerte.
No estoy seguro, Margarita… Mira lo que he tardado en contestarte.
Un abrazo.
Ojalá que acabe bien esta carrera y…que haya más, para muchos.
Suerte!
Más carreras seguro que hay, Luisa. Otra cosa es que acaben bien, o que gusten… Al menos, se intenta.
Un abrazo.
Fernando, fenomenal ritmo e ideas bien hilvanadas. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Fenomenal eres tú.
Un abrazo.
Me gusta mucho. Entre las prisas y la agilidad, se leen muchas cosas detrás de las palabras.Felicidades.
Tienes razón, Luz, o al menos esa era mi intención. Me alegra coincidir contigo.
Un abrazo.
Ese monólogo interior que no cesa y va creando un obstáculo tras otro, no solo me parece original, que también, si no que creo que es uno de los mejores relatos que he leído hasta el momento.
Suerte y abrazos,
No es que no me gusten tus palabras, Anna, que también, pero me sonrojan y apabullan, sobre todo viniendo de una maestra como tú.
Un abrazo.
Ana, tu comentario -como siempre- resulta muy acertado. Sabes entrar como nadie en el fondo de los relatos.
Un abrazo.
Hola, Fernando!
Un relato que refleja una descarnada realidad. Buen símil entre competición y esa carrera de obstáculos en que se ha convertido la vida moderna.
Suerte!