ENE110. DESPEDIDA, de Ana Rosa de Artíñano Comin
Cuando despertó, los rayos de luz se empezaban a colar tímidamente entre las rendijas de la persiana, olía a silencio. Me acerqué a su cuarto, le ví sentado en la cama con el pelo revuelto restregándose los ojos soñoliento, poner los pies sobre el suelo, apenas mide un par de palmos.
Avanza por el pasillo en busca de los restos de la Navidad que ya se ha escapado por la ventana arrastrada con prisas por el calendario.
De puntillas sobre la gran mesa del salón, apoya las manos intentando alcanzar alguna figurita del belén que ha quedado rezagada, una oveja sin patas, una cabeza desmembrada, un camello abandonado, el musgo seco que deshace entre sus dedos y tira al suelo.
la ilusión ha ido desapareciendo de su rostro, busca el árbol, solo halla el esqueleto, sin adornos, sin luces que yacen en una caja abandonada en una esquina del salón.
– Mamá ya no hay nada!!- me grita con los ojos abiertos como platos,mirándome fijamente. – ¿Volverán?
– Si, volverán cada año, mientras tú quieras con ilusión que exista la Navidad.
Describes y creas atmósferas muy bien .Me gusta también el ritmo las metáforas.Atrapas y eres buena narradora.
Si me permites, intentaría un final más «sorpresivo» y no convencional Tú puedes.
Un saludo afectuoso.