DIC65. MUERTE DE UN RELOJ, de Fran Rubio
LAPSUS
Tuve que romper una ventana para que el aire puro tuviese oportunidad de entrar en la casa, veintiséis años cerrada, desde aquella trágica Navidad.
ENSERES
En la mesa pervivían restos momificados de esa noche: mazapanes-piedra, copas con licor cristalizado…: objetos-testigo de aquellos hechos gestados en la alterada mente de mi padre. Todo quieto desde entonces. Todo menos el reloj.
CRISIS
Nada existía más mágico que las Navidades en el pueblo: la chimenea siempre encendida, nieve en las calles, los otros chicos que regresaban como yo… Aquel año cumplía trece y mi padre estaba esperándome cuando bajé del autocar que me traía del internado. Me abrazó como nunca antes lo había hecho.
AÑICOS
A las doce, cuando Tío Luis, el hermano de mi padre que vivía con nosotros, destapó la botella de cava, él sacó su machete y le cortó el cuello; después se lo clavó a mi madre en el corazón. Me miró y dijo: “Feliz Navidad, hijo mío”. Lo encontraron en el monte dos días después, cerca del collado. Había muerto de frío.
CATARSIS
Me quedé mirando el reloj, como hice aquella noche, y en ese instante se paró. Para siempre. Feliz Navidad, papá, dije veintiséis años después.
Hola Fran. Muy buen relato. Me gusta la división en capítulos, da la impresión de que van llegando como pequeños flashes de esa noche trágica a la memoria del protagonista. Es un recurso muy cinematográfico. Tu relato es muy visual, especialmente la parte «enseres» tiene una ambientación muy lograda gracias a una adjetivación excelente: mazapanes piedra, licor cristalizado.Muy bien cerrado el relato con esa especie de liberación que experimenta el protagonista al enfrentarse al pasado y con ese reloj parado que cierra definitivamente el doloroso episodio. Creo que con este comentario tan extenso he dejado claro por qué me ha gustado tu texto jiji. Ea, ya no soy más petarda. Un beso, suerte y feliz navidad.
Muchas gracias, Mercedes. Con este comentario tan extenso lo que has conseguido es subirme la autoestima 2 centímetros por lo menos. Ah, y de petarda nada, Me alegro que te guste.
Un beso.
Me ha parecido muy original la división del texto, nunca había visto algo así en un micro, le da un tempo distinto a lo habitual y engancha. Coincido 100% con Mercedes en lo de cinematográfico. Saludos y enhorabuena por un relato tan logrado.
Hola Ana. Gracias por tu comentario. Es cierto que al dividirlo en pequeñas secuencias se consigue un efecto cinematográfico.
Un abrazo.
Fran, de punta me has puesto los pelos. Además con esos parones cinematográficos, se me iba acumulando la tensión.
Me parece original y terrorífico: buen cuento de Navidad.
Un besoooo
A mí me gustaría que me ocurriese también lo de los pelos, pero no puede ser: carezco de ellos. Un cuento negro de Navidad; me alegra que te guste.
Te lo devuelvooooooo.
Una Navidad secuenciada en guión negro; remover recuerdos muchos años después es como revivirlos de nuevo, aunque el tiempo lo dejara en la misma hora.
Ana, agradezco tus palabras y me alegro de verte por aquí. Es un placer leer tus comentarios.
Un beso.
Sí, como bien dices, una navidad en negro. Parece una de esas crónicas de la España negra rural que tan frecuentes eran hace unas décadas.
Gracias por tu comentario, A. del Rincón.
Recuerdos congelados con el eje de ese reloj que al final, por fin, se para, como si el protagonista se reconciliara consigo mismo. ¿Entendió algo que antes se le había escapado?
Un abrazo.
Entendió, o más bien aceptó unos hechos, el comportamiento del padre… Una reconciliación, como bien dices, aunque más con el padre que consigo mismo. Esta puede ser una interpretación.
Un abrazo, Susana.
Más o menos ya te lo han dicho todo, me gusta mucho el ritmo, la contextualización con los ENSERES, la velocidad del desenlace y el cierre del reloj. Muy buen relato. Suerte.
Muchas gracias, Jesús. A mí también me parece un desenlace muy rápido, pero tuve que cargarme muchas palabras por cuestión de espacio (el relato llega a las 200 justas). En principio tenía un ritmo más pausado, pero creo que el resultado final, con esa velocidad con que aparece el machete, «pilla» un poco de sorpresa al lector y se acerca algo más al «espíritu» de microrrelato.
Gracias.
Navidad Negra. Me gusta mucho, y punto. La idea del reloj y la estructura del relato. Lo que no cuentas. Por mí irías al libro.
Gracias, Ximens. Un honor verte por este rinconcito. La idea del reloj, como bien dices, es el alma del micro. De hecho, el relato nació a partir de una frase que dijo mi chiquillo de cuatro años: «este reloj está muerto». Ya ves, a veces, de donde puede nacer una inspiración.
Y hablando de libros y coincidencias, resulta que ayer fui a Castellón a la presentación de «Primavera de microrrelatos indignados» y al abrir el ejemplar para buscar mi relato, tu nombre aparece arriba de él debido a un error de edición porque tu relato es el anterior al mío.
Bueno, lo dicho Ximens, un placer y gracias.
Hola, Fran. Ya sabía que mi nombre se había ido de la página, pero es lo que tiene ser antisistema. Me alegro de que aparezcamos en la misma barricada.
Navidad trágica en cinco escenas que para mi gusto es como pequeñas escenas teatrales al ritmo de «se abre el telón y…». Tu cierre, con esa catarsis, me ha dejado un buen cierre de micro. ¡Ay que ver de dónde nace la inspiración, a veces! Dale un abrazo a tu chavalín de cuatro años 🙂
Un beso fran, encantada de leerte.
Relato extremecedor. Me ha gustado mucho y además es muy visual.
Suerte.
Besicos muchos.
Una fórmula narrativa original, que presta un ritmo rápido a las escenas, adecuado al tema.
Felices fiestas.
Original y creativo tu micro, Fran. Muy cinematográfico con ese reloj que marca toda la historia. Me gusta, como lo has estructurado y como empleas cosas cotidianas para hacernos ver la historia.
Mucha suerte.
Besitos
Realmente bueno tu relato Fran. Lo has escrito de una forma que engancha. No te digo mas porque muchas de las cosas que pienso ya te las han puesto arriba y no me quiero repetir.
Enhorabuena y felices fiestas.
Saludos