93. Artistas sin mecenas
¡Hay mechero, mech…! ¡Hay mechero, mech…! El hombre repite la letanía como si estuviera recitando un mantra. A sus pies, un cartel sorprendentemente artístico. Llama la atención la imagen del mechero tan realista que parece de verdad. Hastiado, continúa entonando en perfecto compás las dos palabras mirando sin ver los cientos de cuerpos somnolientos que continúan saliendo precipitadamente por la puerta de la estación.
Esperando en el semáforo, me entretengo en mirar a mi alrededor. En el bordillo de enfrente hay dos violinistas tocando el Minueto Célebre de Boccherini con una delicadeza que conmueve por lo intempestivo de la hora, el lugar y el público tan poco entregado. Un poco más lejos, sentada en un banco hay una chica joven custodiando una manta con un despliegue de bolsos de crochet. A su lado, una bolsa de tela de la que sobresalen varios ovillos y algunas agujas de tejer. Poso mi mirada con avidez infantil en las formas delicadas de un búho y me dan unas ganas enormes de comprar uno.
El semáforo se abre. Vuelvo al modo autómata. Al pasar por delante de los músicos les doy una moneda y me encamino hacia mi trabajo en el museo.
Hola, Sara. Bienvenida a Esta noche te cuento. Pues va a ser verdad eso de que quien no tiene padrinos, no se bautiza. Cuántos artistas, por centranos en el tema que nos ocupa, desgraciadamente, son invisibles a pesar de su valía y, otros, pudiendo no merecerlo son engrandecidos, solo porque alguién, por el motivo que sea, así lo decide… Suerte y saludos.
Efectivamente, la triste realidad es ésa.
Muchas gracias por acogerme en esta gran casa, Jesús.
Sara, coincido con vuestros comentarios. Bien contada tu historia de suerte y destino. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda. Lo mismo te digo. Que los dioses te sean favorables
Hay obras de arte por todas partes, pero hay que saber verlas y… tener el tiempo. Afortunadamente, por su trabajo, tu protagonista tiene esa capacidad de ver, observar y valorar, por mucho que después vuelva al modo «autómata».
De modo que, siendo optimista, ¿cuántos de los que pasan sin ver, o eso parece, no serán capaces de apreciar la belleza, sea esta la que sea?
Buen texto, Luisa
Sí, la verdad es que la mayor parte del tiempo todos vamos en modo autómata y hay que hacer un esfuerzo para reparar en los artistas anónimos que nos rodean. Y sí, seamos optimistas y pensemos que de un modo u otro, el arte nos llega.
Gracias por tu comentario, Luisa