30. LA HORA INFELIZ (Belén Sáenz)
Cambiaron el trazado de la interestatal y la cafetería de Joe moría de olvido. Se expandieron los escotes, se acortaron las faldas de las camareras para avivar las consumiciones. Mientras, los neones parpadeaban agónicos. El expositor de Coca‑Cola tamborileaba de puro aburrimiento. Era mi oportunidad de volver al mercado laboral, desde que compartimos taquilla en el instituto le tenía cariño a aquel viejo cabezota. Sin pensármelo demasiado, me apañé un disfraz de payaso con retales de cortinas, coronado por el gorro de ducha de mi abuela. Poco ortodoxo, sí, pero el maquillaje pondría la guinda. Ni los chistes ni las zapatetas animaban a los elegantes caballeros y las distinguidas damas, y mucho menos sus monederos. Desalentado, me giré para esquivar el reflejo de mi fracaso en el pulido mostrador. Fue entonces cuando empezaron a acercarse los clientes, ocupaban la barra como quien se juega la vida a las cartas. Y cuanto más deprimido componía yo el rictus, cuanto más ramplón el cafetito que sorbía, mayor el derroche en batidos espumosos, hamburguesas despampanantes y vertiginosa tarta de zanahorias. Joe está exultante y me presenta como su salvador. Un triunfador. Claro que él, como el resto de la gente, también evita mirarme.
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La contradicción humana en todo su esplendor.
Muchas gracias por tu visita, Edita. Sí que somos seres complejos y contradictorios, por encima y por debajo del disfraz de payaso.
Parece que la desgracia y el dolor ajeno tienen más éxito que un buen chiste.
Muy buen relato, Belén. ¡Mucha suerte!
Besos apretados.
Muchos besos apretaos, Pilar. Somos así de crueles, o yo pienso que es más bien vacío e inseguridad. Gracias por tu visita.
Mirar a los ojos el declive, no nos hace gracia y lo evitamos para acallarnos por dentro.
Suerte,
Besicos muchos.
Es un abismo que nos atrae y nos da miedo, asi que reaccionamos de una manera totalmente ilógica. Me alegra mucho tu visita, Nani. Un abrazo.
Todo el mundo tiene problemas, pero mirar a alguien que está peor parece que anima al personal, invita a pensar aquello de «en el fondo no estoy tan mal», lo que no conlleva, necesariamente, que nos preocupemos o interesamos por lo que le sucede. Mira que somos complejos y retorciditos.
Una crítica en toda regla a una de las facetas de la psicología humana, a menudo poco edificante.
Un abrazo grande y suerte, Belén
Gracias de nuevo por tu excelente análisis, Ángel. Es una reacción defensiva para huir de nuestro propio miedo, pienso yo. Abrazos y suerte para ti también.
¿Qué es lo que nos atrae de personas como el protagonista, aunque no seamos capaces ni de mirarlo a la cara? ¿Su derrota? ¿El creernos superiores a él?.. Sugestivo texto, en su fondo y en su forma. Enhorabuena, Belén. Suerte y un abrazo.
Jesús, yo pienso que no nos atrevemos a mirar al fracaso de cara por si acaso nos vemos reflejados en él y eso no nos gusta. Un abrazo, Jesús. Gracias por tu visita que me alegra mucho.
Hola, Belén.
Magnífico texto el tuyo, en el que pones de manifiesto una soltura al escribir nada habitual. El abatimiento del otro nos motiva, la tristeza en otro nos alegra, hasta el punto de gastar nuestros dineros. No sentimos bien así. Pero como somos. Profundizas en la psique humana y de qué manera. Y el beneficiario de todo eso, el dueño del bar, felicita al payaso sin mirarle a la cara. En fi…
Me gusta mucho tu propuesta. Todavía late en mi memoria tu micro sobre Superman en el REC, era maravillante.
Un beso y feliz todo para ti siempre.
Me gusta mucho tu comentario, qué reflexión tan elaborada y que explica muy acertadamente lo que he querido decir. Qué alegría que te acuerdes todavía de mi gatillazo de Superman. Felicidad para ti también y me alegra mucho haberte conocido en persona.
Joe sabe que le estás salvando y que está aprovechándose de algún modo de tu infortunio (aunque solo sea impostado). No se lo tengas en cuenta, seguiréis siendo amigos.
En cuanto a lo de que vende más la desgracia, sí, lamentablemente es así, somos así. Por eso es bueno el micro por recordarnos cómo somos, aunque quizás lo queremos olvidar.
Excelente.
Hay que perdonar a Joe, sí, y al resto de ocupantes de la barra, que somos todos nosotros. Me alegra mucho tu visita, Luisa. Muchos besos.
Belén, te ha salido un relato redondo. Suerte y feliz año
Feliz año para ti también, Calamanda. Me alegra que te guste el relato. Besos.
Muy bueno, Belén!!!
Me encanta la atmósfera que has creado para envolver tu historia. Pesa sobre cada personaje, lo condiciona casi como ese disfraz de trozos de cortinas debe de atrapar al escuálido payaso.
Un abrazooooo!!!
Hola, Amparo. Gracias por tu comentario, me alegra que te guste el relato, a pesar de los retales del disfraz. Te mando un abrazo muy apretado a ti también.
Esas decisiones abstractas que cambian la vida de las personas singulares, cuántos negocios hemos visto desaparecer por ello, pasas y da tristeza ver el vacío que han dejado, pero tu protagonista, aún pareciendo fracasado, consigue su objetivo y cumple su misión.
Me encanta Belén cómo lo has planteado y lo ameno que resulta tu relato. Mucha suerte y saludos.
Cuanto más lo leo, más me gusta. Tiene tantos matices como aristas. ¡Eres muy buena, Belén!
Suerte y besos!