Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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6. LA HIJA DE PERSÉFONE (Eduardo Martín Zurita)

¿Por qué pintas nada más que bodegones y marinas y bosques gilipollas para las putas tiendas de decoración? Porque te desmoraliza ese maldito marchante. Tienes que comprar un paraguas para su lluvia de estupideces. No se te va de la cabeza ni con el alcohol y hace que te sientas fracasado. Pedo, ¿a que sí? Venga, pintorzuelo, reconócelo, estás como una cuba. Muy pedo del Grand Marnier. Asómate al ventanal, casi ves doble. Asómate al ventanal. Uy qué cabronazo el gris del día. Conviene que lo respires, venga. Anda, una niña girando el cuello noventa grados. Para fijarse en la alfombra voladora que la ha traído. No, qué va, mira una alcantarilla. Está toda ella manchada de porquería la pobre. No, si no estuvieras tan curda contemplarías una silueta recortándose en la pared, levitando. La niña parece una extraterrestre. Pero qué estás diciendo. Una pequeña diosa del inframundo. Eso. Y el tipo que ha vuelto la cabeza para mirarla tiene la cara de alucinado que va a poner el marchante. Vamos, coge el lienzo, los pinceles…
¡Toma, marchante, capullo descorazonador! ¡Toma obra maestra! De esta millonetis, tío. Y sin comisiones. Un genio, con el título del cuadro ya y todo.

19 Responses

  1. Eduardo M. Zurita

    Queridos compañer@s:

    Las buenas intenciones chocan frontalmente con la realidad de las cosas. Edu, mi hijo, demanda más implicación de mi parte para con él, buena, muy buena señal y, a la vejez viruela, me ha crecido el negocio. No voy a poder hacer comentario de textos como venía realizando desde hace dos años. Eso sí, leeré con atención vuestros textos, pues tengo mucho que aprender de todos vosotros. Y espero poder seguir presentando los míos propios en cada tanda.

    Un abrazo y un beso, según corresponda.

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Acepto los dos, beso y abrazo. Suerte en todo, Eduardo. Tengo que leer tu texto con más calma, pero nos muestras en él cómo la ayuda del alcohol o de las drogas tiene o puede tener importancia como «reactivador» de la inspiración de los creadores, o, al menos, puede darles esa impresión, cosa que supongo buena, aunque puede que momentánea. El pobre artista se autoflagela con el recuerdo de los desprecios pasados, anhelando esa «casualidad» que le libre de esa no demasiado idílica «vida de artista», sportada hasta ahora. Perséfone, la diosa de los infiernos…, como de joven no es que estudiara mucho, y menos mitología, aunque, por supuesto, me suena, la conozco mejor como Proserpina, debido a mi afición por la música y tras haber escuchado (en disco y video, claro) varias veces el Orfeo de Monteverdi, ópera en la que aparece como personaje. Me hace gracia lo del Grand Marnier, que me suena como a «viejuno», como esas filloas (creps) creo que flambeadas con mantequilla y ese licor, Suset, o algo así. En resumen, buen relato y en tu línea, signifique lo que eso signifique. Me ha gustado. Un abrazo, Eduardo.

  3. calamanda

    Eduardo, me alegra este entusiasmo por dedicar un mayor acompañamiento a tu hijo. Te reportará muchas satisfacciones, y esfuerzo, ánimo y suerte. Buena y encriptada historia de perfile psicologico e imagenes claras tu relato. Suerte y abrazos

  4. José Ignacio Blanco

    Me sumo a lo ya dicho, ánimo y que no decaiga. En cuanto al texto, se intuye una situación no sé si de frustración o de hartazgo, quizá ambas cosas a la vez. Me gusta por lo directo y por lo irreverente, incluso estrambótico. Como digo siempre, ‘artistas y gentes de mal vivir’

  5. Salvador Esteve

    El alcohol mitiga la frustración, pero, a la vez, abre los poros de la mente, y ve arte en una silueta que explora los recovecos de la imaginación. Un gran relato como siempre, Eduardo. Dale un fortísimo abrazo a Edu, y coméntale que sus amigos son ya legión, y él, el estandarte. Abrazos y suerte.

  6. María José Sánchez

    Eduardo, ni te imaginas lo que te voy a echar de menos. El cariño que me has transmitido a través de tus comentarios no tiene precio. Tus palabras de ánimo han sido un bálsamo para mí. Por otro lado, entiendo que Edu es lo primero y apoyo tu acertada decisión. En esta nueva etapa, te deseo lo mejor.
    En lo que se refiere al relato, sin ninguna duda lo reconocería como tuyo aunque no lo hubieses firmado. Es realmente bueno.
    Besitos, querido amigo. Te sigo leyendo.

  7. Excelente monólogo interior, con borrachera e improperios incluidos, de este pintor frustrado por su marchante, al que está harto de darle el gusto pintando bodegones, y marinas y bosques para las casas de decoración. Que le pague sus millonetis el tipo, sin pedirle comisión, por ésta, «La hija de Perséfone», que a todas luces se ve que es su obra maestra.

    Me gustó, MARTÍN (y gracias por hacerme refrescar mis conocimientos de historia griega vía don Google). Y no te pierdas, que aquí se te aprecia, y mucho.

    Cariños,
    Mariángeles

  8. ¡Qué maravilla Eduardo! Como siempre leerte es un placer. Esa letanía de frases entremezcladas, pensamientos, desvaríos, monólogo cargado de hartazgo y superación, menos mal que aquí seguirás para deleitarnos. Por otro lado, tu comentario me ha dejado triste y alegre a la vez. Me reconozco egoístamente triste ya que he disfrutado sobremanera con tus comentarios, pero alegre al saber que Edu disfrutará más de ti. Nos dejas buenas noticias salpicadas de necesidad de leerte, pero todo se andará, y, si en algo te he conocido, sé que el mono de esta página no te dejará alejarte demasiado. Espero que sigas leyendo y compartiendo con Edu todas las cosas que aquí pasan, dejo un gran abrazo para él, un abrazo tierno, lleno de buenos deseos. Para ti y resto de tu familia, muchos besos y una sonrisa de admiración.

  9. Barceló Martínez

    Hola Eduardo, solo puedo decir que me encanta este relato. El monólogo interior salpicado de pensamientos inconexos, a veces. Lo has representado con maestría, esa de la que solo puede hacer gala alguien con el oficio bien aprendido, y creo que no es el único que realizas con demostrada solvencia, el de padre y el de amigo lo bordas.
    No te echaré de menos, porque vas a seguir estando ahí y porque no se puede echar de menos a alguien que llevas dentro del corazón. Abrazos.

  10. Eduardo, voy a echar mucho de menos tus siempre amables y acertados comentarios, pero nada hay más importante que un hijo. Disfrutad mucho el uno del otro y yo me sentiré contenta si tienes un rato para leernos.
    Nos presentas un relato lleno de frases caóticas y expresiones que sorprenden, pero son el resultado de lo que siente el pintor al ser presionado por su marchante. Acaba pintando bajo los efectos del alcohol realizando un cuadro inquietante en el que aparece la hija de Persephone, reina del inframundo, salida de las profundidades a través de la alcantarilla.
    Buen relato para la reflexión.
    Besos apretados llenos de poesía, amigo.

  11. Una excelente y poderosísima razón la que tienes para no «descuidar» tu tiempo con nuestros relatos. Leerlos no implica tanto, por eso lo aplaudo, porque se lo entregarás a Edu, él saldrá ganando y tú, especialmente tú.

    De tu relato, esta vez, he sacado pocas cosas en claro, tengo que visitarlo alguna/s vez/ces más, sé que lo sabes…;-)

    Un abrazo para ti. Para Edu, un Besote.

  12. Nuria Rubio

    Hola, Eduardo
    Al igual que el resto de compañer@s y amig@s de ENTC, me alegro profundamente de esta nueva y positiva etapa en la vida de Edu. Comprendo y aplaudo -como no podía ser de otra manera- tu decisión de dedicar a tu hijo el mayor tiempo posible.

    En lo que respecta al relato que presentas, mi lectura está en la línea de la ofrecida por Pilar Alejos. Dibujas con palabras cómo se fragua la inquietante obra pictórica de un artista presionado por las exigencias impuestas por su marchante. El estado de embriaguez en el que está sumido el personaje se refleja lingüísticamente en un discurso caótico muy logrado (términos sorprendentes, frases inconexas, etc)
    Es la tuya, en suma, una buena e interesante propuesta.

    Mis mejores deseos en el terreno personal y literario.
    Un beso inmenso para Edu y otro para ti.

  13. Eduardo Martí Zurita

    Me habéis emocionado, queridos compañer@s; me habéis emocionado mucho. Y a Edu, mi hijo. Muchas, muchísimas gracias mías y de su parte. Permitidme que mi emoción suba un tono, por lo menos, ante el comentario de Nuria, Nuria Rubio, a la que quiero con toda mi alma.

  14. Alucinante o alucinado relato. Tengo que leerlo otra vez, con más calma, Edu. Pero la atmósfera que se respira en él es como un vaho etílico.
    Te felicito por esa nueva y adorable ocupación que nos hurta tu presencia.
    Suerte y abrazos,

  15. Eduardo Martín Zurita

    La adorable eres tú, querida Anna, sin duda alguna. Y no solo tu escritura. Todavía me acuerdo de tu calor humano en la fiesta del 17 de diciembre, cuando sin Paloma Hidalgo: es natural que estuviese muy reclamada, me encontraba como nave a la deriva. Y que hagas una nueva lectura de mi humilde texto alucinado, sí, estás en lo cierto, me llena de un orgullo muy grande, muy singular. Un beso entrañable.

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