99. MI MUSA (Sandra Sánchez)
A mi musa la maté en una escollera. Fue un día de esos ventosos y desapacibles de otoño. Estaba mirando cómo rompían las olas cuando empezó a hablarme del mar, y del cielo y de la tristeza que todo aquello me provocaba; me dictaba versos y una necesidad tremenda de escribirlos en papel… entonces no pude más y la empujé; y su cuerpo de niña, pequeño y frágil quedo incrustado en aquellos bloques de hormigón bañados por el mar. Recuerdo su cuello partido, su cabeza torcida en un ángulo imposible, sus ojos grandes y azules mirándome fijamente… Hubo un tiempo en que casi logró convencerme, pero las charlas de mi padre sobre mi futuro hicieron que, al final, acabara matriculándome en la Escuela de Minas.
Sigo viéndola, veo su silueta cada día pegada en cualquier pared de cualquier calle, su cabeza torcida me sigue mientras yo acelero el paso. Pero hoy me paro y me quedo quieto, la escucho. Entonces me doy cuenta. Nunca se fue del todo. Siempre ha estado ahí, esperando a que volviera a sacar un folio en blanco. En el fondo, los dos hemos sabido siempre que yo no iba a ser ingeniero.
Ayyy la conciencia Sandra qué poderosa es!! Buena apuesta, suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias Nani!
Besinos miles!! 🙂
El eterno dilema entre lo que se debe y lo que se quiere. Por desgracia, de la poesía y de otras artes difícilmente se come. Los inquietos seguimos buscando esa musa-sombra cuando el resto de ocupaciones, que siempre son demasiadas, nos dejan.
Es difícil no identificarse con tu relato.
Un abrazo y suerte, Sandra
Así es Ángel, hay que compatibilizarlo como se puede, qué lotería tan grande el que pueda vivir de las Artes… ya te digo!
Un abrazo fuerte para ti también 🙂
Lo que cuesta librarse de ellas… genial Pulga!!!
Bsss!!!!
Muchas gracias Juancho, me alegro de que te haya gustado. Sí las musas cuando se ponen a insistir no hay quien se las quite de encima, otras veces las buscas y ellas a lo suyo, son bastante caprichosillas sí jeje.
Besosss 🙂
A la mía la maté en algún momento de la adolescencia. De vez en cuando le pillo de buenas y me da alguna idea para matar el gusanillo.
Muy buen relato, Sandra. Un beso y suerte.
A la mía le doy libertad absoluta, pero es muy caprichosa Asun 😉
Muchas gracias y besossss 🙂
«Criminis causa» del asesinato musístico: mandato paterno. Una cosa terrible para el protagonista, pero que hace de éste un micro buenísimo.
Te felicito, SANDRA, y te mando un beso.
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles, me alegra mucho que te guste.
Besazos!! 🙂
Uno no se libra de su musa así como así. No es que hiciera con la mía lo que tu protagonista, pero intenté darle esquinazo y… aquí estamos, en «Esta noche te cuento». Fíjate!!!
Me gusta que hayas convertido a la sombra difícil de la niña en alguien mágico, se lo merece después de todas las historias tristes y terribles que hemos escrito mirando esa foto.
Felicidades!!
Bueno el mío también empezó siento triste y terrible pero decidí darle una oportunidad Luisa. Muchas gracias!
Besazos! 🙂