39. PARÁLISIS AGITANTE Virtudes Torres
Desde hace tiempo dedica más minutos a mirarse en el espejo.
No busca estar preciosa, eliminar esa arruga que acaba de aparecer, delinear más el contorno de sus ojos. Tampoco pone labios de pez ni ensaya besos.
Ejercita los músculos de su cara. Eleva la ceja un milímetro, estira los labios hacia arriba…
¡Dios, cómo cuesta! Cada día el esfuerzo es más duro.
El espejo se empeña en devolver la MÁSCARA que ahora va formándose en su rostro.
Traga saliva y, esta vez sin esfuerzo alguno, una lágrima corre por su mejilla.
Virtudes, ¡qué difícil es reconocer los cambios que el tiempo deja en nuestro rostro! Hay veces que tardamos en aceptar esos pequeños daños que quedan para siempre en nuestra cara, ya sea en forma de pequeñas arrugas, casi imperceptibles, pero que luego se transforman rápidamente en marcas más visibles. Y no digamos ya, si además aparece la papada, la falta de firmeza en la piel o cuando surgen los primeros michelines en nuestro cuerpo. Y esas transformaciones, inevitablemente le ocurren a todas las personas con el paso de los años, incluso a las que son tan bellas como Cate. Buen texto, Virtudes. Un abrazo, Gloria
Hola Gloria.
Ojalá y a mi protagonista las marcas del rostro fueran las que le preocuparan.
Si te fijas en el título ese es el nombre de la enfermedad que descubrió J. Parkinson.
El efecto máscara es uno de los síntomas.
Un beso y muchas gracias por tu comentario.
Muy bueno, me sentí identificada. No entro en detalles. Descripción impecable de esa parálisis.
Suerte
No sé si alguien cercano a ti está padeciendo ese intruso. Desde fuera es muy fácil influir ánimos. Pero os deseo toda la fuerza del mundo para hacerle cara. Un abrazo.
Sabemos que lo de estar jóvenes y lozanos es algo efímero, pero a veces, la degradación se acelera y, por bien que se quiera llevar, nunca es agradable. Nos preocupa nuestro aspecto y es lógico, es la primera carta de presentación ante los demás, de quienes necesitamos su aceptación. Es del todo comprensible esa lágrima final de tu protagonista.
Un relato sobre la impotencia ante el paso del tiempo y sus secuelas, acerca de la resistencia inútil ante lo inevitable.
Un abrazo y suerte, Virtudes
Ángel mi protagonista no llora por perder la lozanía. Su tristeza está en esa enfermedad que va minando poco a poco todos los músculos del cuerpo y lo que es peor quien la sufre es consciente de ello. Parálisis agitante es lo que se conoce como Parkinson.
Un abrazo.
Una enfermedad que hace temblar tu cuerpo y tu vida. Una mujer que lucha contra la rigidez facial y contra la imposibilidad de mostrar sus emociones. Muy bueno y terrible relato, Virtudes. Abrazos y suerte.
Temblores son uno de los síntomas de esta enfermedad que no conoce edades ni sexo. También el efecto máscara es otro.
El peor de todos es que la persona que lo sufre es consciente de ello.
Un abrazo para ti Salvador y muchas gracias por leerme.
Hola Juan. Empiezo por el final. La foto me ha traído de cabeza(jeje, nunca mejor dicho)
Desde hace algún tiempo me ha dado por saber, por conocer los síntomas de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
Esto ha venido porque he participado en unos certámenes donde el tema eran estas enfermedades. También porque durante la entrega de premios de «Mírame a los ojos» de la Caixa, conocí a un chico que no tendrá aún cuarenta años y lleva varios con el dichoso Parkinson. Tiene una niña de un año y su voluntad es fuerte. Se niega a ser un enfermo aunque a veces la enfermedad pueda más. Tiene un blog del que soy seguidora. Es mi forma de saber que le apoyo. No conozco otra.
Un abrazo muy fuerte. Te deseo una feliz primavera.
El espejo no miente nunca por más esfuerzos que hagamos y siempre nos muestra lo que queremos esconder. Muy buen relato. Suerte.
Besicos muchos.
Este espejo no tiene como función decirle que pasa el tiempo inexorablemente. Es su «maestro» en enseñarle a dirigir esfuerzos para que sus músculos no se queden rígidos a causa de esa terrible enfermedad.
Muchos besicos también para ti.
Aunque en una primera lectura me pareció que tu protagonista luchaba contra esa máscara metafórica que todos nos ponemos para salir a la calle (sonrisas de compromiso, etc…), leo en los comentarios que realmente hablas de uno de los efectos de la enfermedad de Parkinson.
Creo que el no haber entendido la intención última del relato, no le resta mérito, puesto que está muy bien escrito y las otras interpretaciones que se han dado también podrían ser válidas. La pista del título pasa un poco desapercibida para quien no conoce a fondo, o de cerca, la enfermedad.
A lo mejor, dado que la extensión del relato te lo permitía, podrías haber dejado alguna otra pista al lector, referente a otros síntomas más conocidos.
Pero, en cualquier caso, se interprete como se interprete, el relato es bueno.
Suerte y abrazo,
Hola Anna: Gracias por tu lectura y también por tu crítica constructiva. No te puedes imaginar cuánto la agradezco pues he caído en el mismo error que tanto me enfada cuando leo algún texto y me quedo sin saber de qué va porque yo no estoy metida en el tema del que se habla.
Como bien dices podía haberme extendido más y dar algún otro síntoma como pista, pero como yo sabía de qué iba lo dí por entendido.
Vuelvo a darte las gracias y también un abrazo.
Hola, Virtudes. Yo tampoco relacionaba esa parálisis agitante con la enfermedad de Parkinson. Señal de que cuando algo no nos toca de cerca no solemos hacer demasiado caso; por ejemplo, cuando leemos alguna noticia sobre personas que la padecen. Recuerdo los casos de Helen Mirren, Michael J. Fox, Alí y, seguramente y por desgracia, otros muchos. Buen relato para hacernos reflexionar sobre todo esto, Virtudes. Un beso y suerte.
Pues sí Jesús, llevo más de un año estudiando todos los síntomas de la enfermedad del Parkinson. También el Alzheimer me preocupa. Conozco gente que las padece y familiares que, sobre todo en relación con la segunda, son los auténticos sufridores.
En el próximo relato procuraré ser un poco más clara. Jajaja.
Un abrazo para ti y gracias por tu lectura.