AGO102. MAR AZUL, de Sisinio Hernán Aguilar
Me encontraba abordo del Antonioto Usodimare en su última travesía y abrumado por tanta gente desconocida de diversos confines, muy enterada y con mucho mundo. Estaba en la barra de la sala de fiestas bebiendo whisky y fumando mi primer cigarrillo junto a compañeros que iban a estudiar a Europa. Era una tarde de enero y había dejado el Callao en rumbo a Génova. Todo me era extraño y a veces paralizante. A una sorpresa seguía otra. Como no sabía bailar abandoné la sala. Quería estar solo con mi cigarrillo y contemplar el mar. A lo lejos se veía una pareja de delfines enamorados que nos acompañaba. Elevé la vista y descubrí chicas de faldas flameantes asomadas al borde del puente de primera clase. Charlaban, fumaban y reían mirando el horizonte azul y las crestas blancas que se abrían al paso de nuestro barco. Me sentía sedado por esas voces suaves y parlanchinas. Yo no hablaba inglés pero podía imaginar lo que les entretenía con esas risas maliciosas. Al día siguiente, mientras en la barra saboreaba mi café recibo un sobre del barman.
«Te espero al amanecer, Cabina 777, Nora, la del centro, la que no fumaba“.
Una escena muy visual la que describes abordo del barco, y gracioso ese primer cigarrillo con la sorpresa final. Cómo nos gustan las faldas flameantes. Venga, suerte.
Muy simpático el relato y eso que hoy día es casi al revés «la que fumaba».
Un abrazo Sisinio.
Un micro evocador de viejos tiempos, Don Sisinio; en el que el cambio de continentes sólo se hacía por mar y siempre contenía un sinfin de historias.
Buen microrrelato, sin duda.
Un abrazo,
Lindo final, encantada de verte por acá, Sisinio, ¡suerte!
Muy visual tu relato, Sisinio. Y con final divertido.
¡Suerte!
Besitos