AGO100. RECUERDOS, de Laura Garrido Barrera
Mis recuerdos de niñez son azules. Creí haberlos perdido en los entresijos de mi existencia. Los embotellé junto a un puñado de arena en mi botella de fantasía. No había vuelto a visionarlos hasta que ayer, ordenando el desván, se deslizaron envasados en la transparencia de su cristal rodante. Se estrellaron contra el suelo mezclándose con el vidrio fragmentado. Me senté junto a ellos observándolos desde la templanza que proporcionan los muchos años vividos. Instantáneas marinas se agolparon una tras otra sobre un mullido lecho de arena. Fui capturándolas una a una memorizando su esencia: el pato flotador, los abrazos de las sonrisas, los castillos sin almenas.
Fuera de la botella también eran azules. Por la noche me acerqué al mar y los lancé con mucha fuerza. Ahora flotan desperdigados para que otra persona pueda encontrarlos. Si es huérfano de buenos recuerdos se los podrá quedar y hacerlos propios. Yo tengo suficiente con haberlos vivido tan intensamente y poder recordarlos con tanta nitidez. Fueron todo un hallazgo para mi frágil memoria.
Precioso Laura, muy acertado el mensaje final: lo más importante de nuestras vivencias es el disfrute del momento en que las estamos saboreando.
Un fuerta abrazo y suerte.
Así lo creo Yolanda. Hay que saber disfrutar de cada momento, de cada segundo. Saber tomarlo como viene, sean de color azul o algo más grisáceo.
Gracias por tu comentario y un abrazo.
Siempre hay un arca del tesoro en alguna isla de la memoria.Los bajeles para llegar a ella son un misterio, pero alguna vez nos encuentran y zarpamos hacia un rumbo azul.
Me gustó mucho tu historia, con su botella, sus castillos y tu generosidad al compartirlos.
Suerte.
¡Qué bonito comentario!. Arcas del tesoro en islas de la memoria …es precioso, Antonia. Zarparemos hacia rumbos azules, siempre que podamos.
Encantanda de compartir recuerdos contigo.
un abrazo para tí, muy caluroso.
«Ahora flotan desperdigados para que otra persona pueda encontrarlos.» Pues, yo que ando junto al mar, amiga Laura,los he encontrado, me ha gustado compartirlo.
Pues, yo también soy frágil de memoria.
Un relato muy, muy bueno, diferente, distinto… Qué bien escribes. Yo un día me encontré una botella, ahora que lo pienso, lo mismo era la tuya…
Besicos salados.
Si la botella que encontraste tenía un patito de goma amarillo y un flotador tipo cabeza de pato ¡no hay duda!, es mi botella. Te presto mis patos para que te bañes a gusto, sin preocupaciones, y sin peligros. Ellos te custodiarán ante la peor ola que puedas imaginar.
😉 Gracias por compartir el enlace. Me gustó mucho descubrirlo esta mañana al despertar.
Un beso muy salado.
Precioso relato Laura, tierno y lleno de imágenes marinas, como tiene que ser.
Deseo que tengas mucha suerte porque tu texto la merece.
Besitos.
Gracias Yashira, recojo todos tus deseos de «buena suerte» y los encapsulo en mi botella de sueños.
Besos desde el mar.
Es verdad. Se pueden regalar los recuerdos. Todas las frases que comienzan con «tengo un amigo que…» son recuerdos regalados.
Sugerente regalo Laura.
Buen comentario Jesús. Tienes razón en la frase que señalas. Tener un buen amigo es más que un tesoro, ¡es un regalo de primera línea!.
Me alegro que te haya gustado.
Muchas gracias por leerlo.
un abrazo.
Muy bonito Laura, como tu blog, de tus palabras y las nuestras,de tus recuerdos y los nuestros.
Un beso.
Gracias Epífisis. Me alegro de que hayas visitado el blog; si pulsas a la izquierda, en el otro blog…también hay ¡¡bocetos!!. De mis bocetos y los vuestros …claro.
Me alegro que te haya gustado y recibe un abrazo desde mis recuerdos salados.
Muy poético esos recuerdos azules, y un acto de generosidad regalarlos al mar para que otros los disfruten. Venga, nos vemos en la playa literaria.
Las playas literarias son maravillosas Ximens. Puedes empaparte de letras y nadar entre rimas, puedes bucear entre metáforas y calentar el cuerpo en alguna elipsis de la que no quieras huir.
Muchas gracias por tu comentario, y un abrazo.
Un micro reconfortante, tierno, generoso. Las reflexiones que inclinan la balanza hacia el lado positivo de la vida son tan gratificantes… como tu relato.
Un besoooo muy grande, Laura. Y todavía demasiado calurosooo.
Muchas gracias Petra. Me alegra verte y encontrarte de nuevo. Veo que estás tan estupenda como hace unas semanas… 😉
Un beso también muy grande para tí.
También muy caluroso….
Muy hermoso, Laura. «Huérfanos de bellos recuerdos», los que así nos sentimos de niños tenemos la alegría de poder crearlos para y con nuestros hijos.
Gracias por ser tan generosa.
Un abrazo.
Hola Sara, creo que eso es lo importante : el poder crear unos nuevos. Otras instantáneas en las que poder vivir con aquellos que más queremos.
Espero que te hayan llegado algunos trocitos de recuerdos …ahora compartimos mar (o eso creo).
Un abrazo Sara.
Muy bellos tus recuerdos, Laura.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Gracias querida,
recibe un abrazo muy caluroso.
Muy muy bonito en la primera lectura, muy profundo en la siguiente. Los recuerdos estrellados contra el suelo es como el principio del mal del olvido, la botella de fantasía, tan frágil.. Un regalo para recordar, Laura.
un abrazo
Gracias Susana R. He regresado con una conexión más rápida que creo me permite contestar más rápido en este espacio. Me alegro de que te parezca un regalo ¡era mi intención!. ¡Besos!.
Muy bello tu texto, Laura y sobre todo lleno de generosidad, esa que has regalado con este micro que deja una sensación muy gratificante.
¡Mucha suerte!
Besitos
Gracias Ely, me alegro de que veas el tono generoso al lanzar mi botella al mar.
Muchísima suerte también para tí.
BESOS.
Laura, muy poético, lleno de símbolos y, al final, un mensaje muy generoso.
Un abrazo.
Gracias Nicoleta, me alegra de que lo hayas leído y hayas dejado este comentario para la posteridad.
Muchos abrazos.
Tus recuerdos azules han configurado una historia muy bonita y tierna, un regalo para la vista y los sentidos. Me ha gustado tu cuento Laura, mucho, mucho.
Un beso
Paloma Hidalgo
Paloma…echo de menos tu foto…¿la has perdido en este espacio?. Bueno, no importa ¡gracias por tu comentario que me llena de alegría al saber que te ha gustado!. Gracias.
Un besote.
Es muy cierto que cuando se alcanza una cierta edad los recuerdos se agolpan como si quisieran salir a la luz. Y también es cierto que es bueno compartirlos para que los demás los puedan disfrutar. Me ha gustado mucho el relato. Muy cercano para mí.
Mucha suerte querida Laura.
¡Gracias Elena!. ¡qué bien verte por aquí!. Me alegró mucho leerte en tu última entrada. Espero que tengas mucha suerte en toooodos tus proyectos.
Besos querida.