99. Mamá 24×7
Tengo una trona en la cocina pero es aspiracional. Lo mismo que mi cama de 1,80 o esa mascarilla hidratante relax que guardo en el baño desde hace meses.
Por fin se escucha silencio, mínimamente roto por tres respiraciones profundas entre mis brazos y mi espalda torcida. Esta noche estaban muy pesados. Lola me ha puesto perdida con el puré y los otros dos venga a reírle las gracias. Cada vez gritaban más fuerte… y no he podido más. Les he pegado un buen grito (varios, es verdad) y se han puesto a llorar… He tenido que respirar muy hondo (mucho) para juntar fuerzas; para abrazarles y secar sus lágrimas… Ahora estamos juntos en mi cama; los cuatro y paz.
Creo que voy a regalar la trona.
Y me prometo que el día que consiga dormir sola me pondré la mascarilla y dormiré muy estirada, estrenando sábanas recién planchadas.
Muevo el codo de Lola que se me clava en las costillas. Me gusta sentir el calor de sus cuerpecitos junto al mío y acompasar mi respiración con las suyas. ¿Cuándo caducará la mascarilla?
Ya mañana, que será otro día.
Ay Isa… Que esto es muy autobiográficoooo, jajajaja. Todas tenemos mil cosas que hacer más allá de ellos… Ya sea una mascarilla o escribir un relato. Suerte!!
Tienes razón! No he escapado lo suficiente de mí misma ?. Creo que es por este verano hippy que llevo; menos mal que me dejan leer libros tan bonitos como el tuyo. Besazos!!