Mnstrscp2018 – R1 – Encuentro12
Los participantes con los seudónimos : ELVIS – MARIA CALLAS– RODIN
Esta ilustración entra en concurso y la voy a titular stoneENTC : de piedrita a piecita, porque algún enteciano ha apilado piedras grandes (del tamaño de botellas, dice) uf!!
Deberán escribir un relatazo digno de este concurso que se ajuste a estas bases
PLAZO : Antes del domingo día 16 de septiembre a las 24 horas peninsulares españolas
Relato que TRANSCURRA en : STONEHENGE
Deberá contener una de estas dos frases (o las dos, si os atrevéis)
a) Que parezca un accidente.
b) Llegaron a cuatro patas y gruñendo como jabalíes.
EXTENSIÓN máxima de 150 palabras (frasecita(s)) no incluida(s)
TODO LO DEMÁS: estilo, época histórica, temática etc es LIBRE
Votación a mejor ilustración de Arquitectura
Elvis vive… por ahora de ELVIS
El 16 de agosto de 1977 me quedé profundamente dormido en el baño. Desperté en Stonehenge, sin extrañarme y con el impecable aspecto que lucía en los años cincuenta. Apoyado en una piedra, un señor barbudo llamado Rodín me dijo que llevaba allí desde 1917, esculpiendo aquel santuario prehistórico. A pesar de intentarlo, no conseguimos hilar ninguna conversación: a mí no me interesaba la escultura y él ignoraba qué era el rock and roll.
El 16 de septiembre apareció María Callas. Al reconocerme, me comentó que el mundo me lloraba. «Ahora nos llorará a los dos», respondí cortésmente. Le presenté a Rodín. Maravillado por su belleza, le pidió que fuese su próxima modelo. Entonces llegaron a cuatro patas y gruñendo como jabalís una bruja, un ángel y un diablillo que, tras darnos papel y lápiz, nos hablaron con voz cavernosa: «Manos a la obra, gandules, que solo puede quedar uno».
Oh Elvis!!! siempre me he preguntado donde estabas porque nunca te había visto por mi zona, y no me podía creer que hubieses llegado a la planta de abajo del todo, uff, que tranquilo me quedo. Por cierto a la Callas le dices que aún nos debe pagar las vidrieras que rompió con sus gorgoritos.
El elegido de RODÍN
El llamamiento se escuchó durante la noche. Las mujeres rebuscaron en sus roperos y, apresuradas, comenzaron a ataviarse con las túnicas nuevas. Los hombres ajustaron sus ropajes con correones de esparto y apagaron todos los incensarios. El ansia por satisfacerlos crecía de año en año, pero el temor a no superar la prueba y sus posteriores consecuencias les desalentaba. Varias decenas de vecinos caminaban hasta el lugar marcado. En silencio. Bajo la gran roca, el pergamino con las instrucciones. Tenían solo dos horas.
Finalizado el tiempo, los niños llegaron a cuatro patas y gruñendo como jabalíes. Sedientos. Hubo gritos. «Sal de mí», repetían algunos. «Quema», dijeron otros mientras intentaban apagar las brasas que prendían sus cabellos…
Cuando se hizo la luz, una equilibrada y majestuosa construcción de piedra rodeaba a otra menuda de piezas de colores. Solo salvaron a uno. Un viejo que babeaba satisfecho mirando su torre multicolor, sin recordar su nombre.
Juegos de niños de MARIA CALLAS
Se les hacia tarde, debían partir. Los padres llamaron a los niños por telepatía y éstos llegaron a cuatro patas y gruñendo como jabalíes. Habían estado jugando un montón de rato con unas piedras y las dejaron situadas de una manera graciosa.
Cuando subieron a la nave recibieron una regañina de los jefes de sus padres, que a través de conexión intergaláctica les mostraron su indignación por ir dejando tantos rastros en el planeta: que si unas piedras en circulo por aquí, que si unas cabezas enormes en una isla, que si una gran muralla por allá, que si unas pirámides en un desierto…
volteaddos ja ja
Listo suerte.