27. Sin guion
Siempre me ha gustado el teatro, de niña me disfrazaba mientras veía las películas de Sofía Loren y de joven hice algún casting, aunque sin mucha suerte. Tuve hijos, tres, y entre pañales y papillas soñaba que era la protagonista de un musical. Pero la vida pasó, empecé a peinar canas y enviudé, mis hijos crecieron y partieron buscando un futuro mejor. En invierno siempre les entra la morriña y me compran un billete de tren para que vaya a pasar una temporada con ellos, y ahí estaba yo, entre traqueteo y desconocidos. Un breve buenos días y ya la ayudo con la maleta dieron inicio al viaje. No dudé en apoyar mi cabeza en su hombro cuando me lo pidió, y hacerme la dormida, lo de entrelazar nuestras manos fue improvisado. Aquellos señores se acercaron, echaron un vistazo y continuaron su búsqueda por el resto del vagón, allí no había ningún anciano que viajara solo. Acarició mi brazo y me indicó que ya podía incorporarme y que estaba muy agradecido. Le sonreí, y nos pusimos a charlar de la vida. Ni la Loren lo hubiera hecho mejor, y aquel señor tampoco tenía nada que envidiarle a Vittorio Gassman.
Hola Beatriz, he entrado porque me extrañaba que nadie hubiera comentado este relato. Últimamente no suelo comentar, salvo que algún micro me llame muchísimo la atención o piense que puedo hacer alguna aportación interesante, cosa difícil, porque yo no soy más que un esforzado aprendiz. Me parece que has escrito una bonita historia, llena de sensibilidad y con un final feliz muy bien resuelto. Me parece que empleas demasiado tiempo en contarnos la vida de la protagonista, que podías resumir en un par de pinceladas, como sus anhelos de actriz y que va a ver a sus hijos, y dedicar más tiempo a narrarnos como es el encuentro entre los dos viajeros, que queda un poco como un resumen. El final me parece simplemente delicioso. Sospecho que quizá me he vuelto a meter en un jardín, pero lo he hecho con el máximo respeto y con cariño.
Sobre los títulos, no sé si hay algo escrito o no, pero habitualmente no suelen llevar punto, salvo que sea una decisión personal o se ponga para reforzar alguna idea. En ese caso, adelante. En cualquier caso, espero que no te haya molestado mi comentario y si así ha sido pido disculpas de antemano, nada más lejos de mi intención. Bienvenida y deseando leer tu próximo relato. Besossss!!!
Hola Juancho, en absoluto me incomoda tu comentario, muy al contrario, me ha alegrado 🙂 que haya llamado tu atención el micro lo suficiente para entrar y comentar, ya es un éxito para mí, así que encantada. Muchas gracias por tus consejos, los tendré en cuenta. Este micro es más corto de lo que era en un inicio, quizá dejé de recortar demasiado pronto 🙂 Y el título ya está actualizado, sin el punto y en realidad también sin el acento, ya que he visto que la RAE lo quitó hace unos años. Yo también me considero una aprendiz que intenta sacar tiempo para escribir y mejorar cada día un poco más. Gracias de nuevo y nos leemos, a mí el final también me gusta mucho 🙂