42. RESISTIR ES VENCER (Rafa Olivares)
Indefectiblemente, cada viernes, a media tarde, recibimos el habitual ataque. Primero con la descarga furiosa de agua templada que provoca desbocados torrentes cuyo arrastre debemos evitar. En un principio pensamos que era cosa de la naturaleza, pero su repetición sistemática cada siete días nos llevó al convencimiento de que se trata de una acción premeditada y hostil. Afortunadamente, vivimos en un medio muy frondoso y podemos agarramos a troncos o tallos y esperar a que escampe. Antes de que desaparezcan los últimos riachuelos, llega la descarga química que nos cubre de una espesa espuma de la que nos protegemos aguantando la respiración. A continuación, otra lluvia torrencial, y de nuevo toca aferrarse a un plantón seguro. Tras las últimas gotas, el enemigo repite su estrategia de cada semana y provoca vientos de fuerza ciclópea con la intención inequívoca de expulsarnos del territorio por los aires. Por último, tratan de gasearnos. Una nube tóxica que entumece temporalmente fauna y flora se expande por nuestra selva; adheridos a la corteza aguantamos. Siempre sufrimos algunas bajas pero en la siguiente acometida ya somos muchos más. Así que no, no va a ser fácil acabar con nuestra prolífica comunidad de liendres y piojos.
Rafa, me gustó tu relato.Una metáfora de lo que para muchos sucede en su vida real. «Resistir» contra todo.
Suerte.
Manuela
Cierto, es aplicable a muchas facetas de la vida.
Gracias, Manuela.
Abrazo.
Lo que para unos es una invasión, un parasitismo inaceptable, para otros es pura supervivencia.
Un canto a la resistencia, que combina dramatismo y acoso, con un toque de simpatía, en una narración impecable.
Un abrazo, Rafa. Suerte
Los piojos es que narran muy bien.
Gracias, Superángel.
Un abrazo.
Me has tenido con el corazón encogido y al final he soltado una carcajada de alivio. Pero en realidad describes unos acontecimientos que en cierta manera, estamos provocando y sufriendo y que aunque resistimos, también puede resultar que un día eso que nos rocían, puede ser demoledor e irreversible. Muy buen relato Rafa, claro que eso no es de extrañar. Suerte.
Besicos muchos.
Esa carcajada es el mejor premio que podría recibir.
Gracias, Nani.
Muchos besicos.
Jajajajaja. Esta invasión es de lo más original. No lo vi venir en absoluto. Es aún mejor cuando lo lees sabiendo de qué habla. Te faltó usar el arma más eficaz: ese peine especial para estos casos. Me pregunto cómo lo hubieras descrito: peinando la zona, quizás 🙂
Muy bueno.
Un abrazo
Quizás habría hablado de un rastrillo -un peine habría dado muchas pistas- sin apenas resquicios entre sus púas.
Gracias, Elena, y felicidades por el Monstruoscopio.
Abrazos.
Lo estaba viendo venir pero… no lo he disfrutado menos.
Muuuyyy simpático
Si aunque lo vieras venir no te ha decepcionado ya me doy por satisfecho.
Gracias, Luisa.
Besos.
¡Jajajajajaja! Rafa, me has hecho reír con ganas. Me ha encantado el microverso capilar que te has sacado de la manga… aunque ahora me pica toda la cabeza.
¡Un saludo y suerte!
De la manga no, que es lo que vi en la foto. Prueba con vinagre, dicen que va bien.
Feliz de que te haya divertido.
Gracias, Alicia. Besos.
Hola, Rafa. La verdad es que me has tenido desconcertado durante todo el relato. No sabía de qué se hablaba hasta que llegó el final, el sorpresivo final, y por fin se desveló el intríngulis de la cuestión. Me he reído a gusto de la ocurrencia. Genial, y el título perfecto.
Un fuerte abrazo y muchas gracias por arrancarme una sonrisa después de la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido Eduardo Martín.
Seguro que el amigo Eduardo, siempre tan generoso en sus comentarios, sigue leyendo nuestras modestas creaciones y apreciándolas en más de lo que valen.
Gracias, Ángel. Celebro haberte arrancado unas sonrisas.
Abrazo.
Querido Rafa, no sabes cómo me ha gustado tu relato. Me pillas en un momento con una gran sensibilidad hacia la comunidad piojil. Ser madre de una niña de ocho años que no se quiere poner coleta es razón más que suficiente para verse totalmente identificada con tu historia. A parte de los paralelismos que puedan establecerse con la vida, a mí lo que me llega al fondo del alma es la resistencia infinita de esa especie a soltarse del amarre capilar. Jajajaja. Ha sido genial. Un fuerte abrazo.
Una especie resistente a cualquier ataque, ya sea físico o químico. Y esa inspiradora imagen de Victor Lax que bien merece tu sonrisa.
Gracias, Aurora.
Besos.
¡¡¡Jajajajaja!!! Ya sabía yo, que si encontraba tu relato iba a morir de risa, o por lo menos, una sonrisa al recordarlo, me endulzaría el día. ¡¡¡Jajaja! Me imaginé el final cuando iba por la mitad. Eres buenísimo, amigo. De verdad. Me quito el sombrero, como siempre. ¡Muchas felicidades! ¡Qué risa! Jajaja! Y yo, vi la foto, y como siempre, al revés que tú, siempre pensando en cosas horrendas. Pero ¡jajaja! Gracias por la risa, amigo querido. Un besote enorme, mi gran Rafa!
Gracias, Consue. Te confieso que una primera idea me llevó al espacio común de la peluquería y la novia y llegué a escribir una historia bajo esas premisas. Después traté de buscar otra idea menos evidente y surgió esto que me encanta que te haya gustado.
Abrazote rumbo México.