39.- LÁGRIMAS VERDES (Esperanza Temprano)
Las primeras gotas del rocío le salpican en los ojos y se despierta armando tal escandalera que los luganos huyen en desbandada. Ha dormido tantas lunas que su gorro se ha cubierto de musgo y sus polainas de hiedra. Se atusa mirando su reflejo en la charca de las ranas y se sacude la chaqueta para quitarle el olor a hierba recién cortada. Con un trébol de cuatro hojas en la solapa, avanza decidido hacia el claro del bosque desde el que se divisa la aldea y tras rascarse con fruición sus orejas puntiagudas suspira porque, por fin hoy, ella se unirá a él para siempre. Mientras la espera, se mimetiza en un arbusto y después en un sauce bajo el que, unas mujeres hacen la colada. Las escucha hablar de la hija del furtivo, cuentan que ha acabado en un manicomio porque le dijo a todo el mundo que en el bosque habitaba un duende que la amaba. El agua se vuelve verde y las lavanderas huyen despavoridas. El sauce que les daba sombra ahora llora, a través de sus hojas, lágrimas verdes.
Un triste desamor argumentado en el choque entre la tozuda realidad y la fantasía. Has descrito al detalle (me ha parecido oler a hierba) el despertar del ser mitológico, que se da de bruces contra el triste rumor que las lavanderas (genuína red social de la época)se intercambian, sin duda entre otros actuales rumores. Todos compartimos las lágrimas, las del sauce llorón y, por supuesto, las del abatido duende.
Enhorabuena, suerte y abrazo riojano.
Gracias Alvaro por el comentario. Me alegra mucho que te haya llegado el olor a hierba, porque esa era la intención, meter al lector en el bosque. Gracias por tus palabras. Un abrazo,
Qué personaje tan bonito para un cuento que rezuma verde por todos los lados. Me encanta
Muchas gracias, Paloma por tu comentario. Viniendo de ti, todo un honor. Un abrazo,
Si el amor tiene algo de mágico es porque todo lo puede, pero en este caso la realidad y el sentido práctico han vencido, para desgracia de los amantes. Ella ha sido catalogada de loca y él parece condenado a vagar por los bosques sin esperanza, por mucho que los fluidos de su tristeza sean verdes y un trébol de cuatro hojas le anunciase buena suerte.
Con una forma que recuerda la de los cuentos clásicos, entre el hechizo y lo cotidiano, narras muy bien un amor imposible, una ilusión que no podía ser por mucho que se empeñasen los protagonistas.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Gracias Ángel por tu detallado comentario. Las disecciones que haces de los textos son alucinantes. Un lujo que abalices así los relatos. Un abrazo y gracias de nuevo.
«analices» quería decir
Me ha encantado cómo nos has dibujado el personaje. Un relato lleno de color, imágenes y emoción. Ese sauce llorón deja mucho que pensar. ¿Habrá más duendes mimetizados a nuestro alrededor?
Un abrazo grande para ti, Esperanza.
Me alegra que te haya gustado. Seguro que a nuestro alrededor hay un montón de seres que nuestra retina no capta y que nos acompañan en los actos más cotidianos.
Un abrazo apretao, Amparo.
El amor suele ser una locura para quien no lo conoce y sobre todo para quien juzga qué es «normal» y qué no… Tu micro me conmovió y me partió el corazón a partes iguales: por la belleza y precisión con que se describe al duende-su aspecto y todo lo que hace- por la imagen de esas lágrimas verdes cayendo sobre las lavanderas, y por lo trágicamente triste (o tristemente trágico, según el cristal con que se mire) de un amor que era y hubiera debido seguir siendo hermoso.
Me encantó, ESPERANZA.
Cariños,
Mariángeles
Gracias Mariángeles, comentarios como el tuyo suben la moral a cualquiera. Por lo pronto que te diga el lector que le ha conmovido y partido el corazón a partes iguales, me parece un halago importante a tu texto y se agradece mucho. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo apretao,
¡Qué bonito, Esperanza! Hasta el título es divino 🙂
Un abrazo,
Elena
Gracias Elena, qué bien que te haya gustado. Un abrazote
Esperanza… Me en-can-ta. Tan bonito como triste.
Besinos.
Gracias Nuria, que mas puede pedir una escritora aficionada que guste lo que escribe!! Besos
Muy bonito. Un cuento de los de verdad, de esos que te gusta que te cuenten por los noche, pero sin cambiar ni una coma.
Felicidades Esperanza, tu también tienes ese verde de la luz en tu nombre.
Feliz día y gracias por tu precioso cuento.
Gracias Mercedes, jo, que comentarios me estáis dejando, me voy a sonrojar y el rojo era de la anterior edición ? un beso y gracias por comentar.