106. PURGATORIO (Belén Sáenz)
En Bahía Blanca los días discurren con cadencia de punteo de guitarra. Van y vienen repletos de silencio y a nosotros nos parece bien. Nada nos perturba si desde el alba permanecemos tumbados sobre la arena para que nos cubra un velo de sal crujiente. Ni hacemos ni decimos. Las ventanas nos miran ciegas de estores y visillos, y a veces pasa una nave a la deriva con las velas flácidas. Ondean en los puestos del mercadillo sábanas que un día fueron multicolores y han quedado blanqueadas por un sol encanecido. Las nubes fueron tormentas aclaradas en lejía. Los viejos caldean sus huesos al sol, los niños muestran cándidos sus dientes de leche.
Pero es la suya una sonrisa sin labios, de calavera. O eso nos parece, quizás nuestros sentidos adormecidos nos llevan a engaño. Así transitamos esta pequeña vida que nos ha asignado el santo de las llaves. Una eternidad sin umbrales, sin el peso de decisiones equivocadas. Con el único lastre de pecados níveos cometidos sin malicia, por arrogancia, con torpeza. Y nada nos es dado padecer ni anhelar salvo acogernos a la sombra fresca de los ropajes de la verdadera Muerte.
Otra maravilla de las tuyas.
En papel lucirá aún más.
Beso.
Muchísimas gracias, Yolanda. Viniendo de una autora de tantas maravillas como tú, me da muchos ánimos mucho tu comentario. Besos.
Belén, tu imaginación para crear imágenes de calidad no tiene límites. Lo demuestras en cada una de tus propuestas.
Leerte es un aprendizaje.
Besito virtual.
Gracias, guapa, me vas a sacar los colores por exageración. Lo cierto es que la imaginación me ha tardado en llegar en esta propuesta. Aquí aprendemos todos de todos y disfrutamos leyendo y escribiendo. Besos.
Me encanta. Me parece que no tendrás que pasar por el purgatorio para ganar la gloria. Mucha suerte, Belén y también un beso.
Gracias por tu lectura y tus buenos deseos. A ver si se ensancha el Pórtico de la Gloria (ya que vamos pronto a Santiago) y nos colamos todos en tropel. Besos.
Qué sitio triste. Me ha hecho pensar en un libro que leí en el que una ciudad encantada, una noche al año, se hacía visible para ver si lograba que alguien la desencantase y volviera a pasar el tiempo de nuevo, y la vida, y las cosas de la vida.
Tu purgatorio es peor porque no hay escapatoria, yo no la veo.
Felicidades
Qué libro tan interesante ese que mencionas, me dan ganas de leerlo. Sí, este purgatorio me ha salido blanco pero muy desolado. Gracias por tu lectura y tu visita. Muchos besos.
Me encanta, Belén!!
Gracias, señoría. Me alegra mucho su visita y que le guste. Besos.
Con este relato has conseguido acariciarme los ojos y el alma. Uno tiene la certeza de que la lectura es uno de los mayores placeres del mundo cuando lee joyas tan brillantes como esta. Me encanta. Me encantas.
¡Enhorabuena y gracias por escribirlo tan bonito!
Un beso.
Oooh, tú sí que eres encantador y me encantas, Pablo. Muchas gracias por tu comentario, te debo muchas caricias y muchos besos.
Una envolvente poética que contrasta con la desolación del purgatorio. Endulzando los sentidos. Un gusto leerlo.
Qué bien que te haya gustado y endulzado, Bea. Mil gracias por tu bonito comentario.
Muy bonito relato Belén, prosa poética. Saludos y suerte
Hola Pablo, me alegra de que te haya gustado y tu visita. Suerte para ti también.
Recuerdo del catecismo que nos hacían estudiar que el Purgatorio era un lugar de tránsito, como también de penalidad. Después de leer tu relato creo que no nos importaría, a la mayor parte de nosotros, pasar allí una temporadita, incluso una eternidad. Deberías redactar folletos de agencia de viajes. Hasta el infierno, si está tan bien descrito, sería un lugar apetecible.
Un abrazo, Belén. Suerte
Aún nos quedan colores, Ángel, así que podemos imaginar un infierno o un cielo si queremos, que para eso somos gente imaginativa. Aunque puede parecer atrayente pasar una temporadita en esa quietud, dado el ritmo acelerado que vivimos, creo que a la larga se haría durísimo. Suerte y abrazos para ti también, gracias por comentar.
Esa monotonía blanca sin umbrales que espera a los tibios se parece más bien a un infierno. Pero esa imaginación que nos regalas hace que los lectores nos sintamos en el cielo.
Suerte y saludos.
Esa ausencia y quietud de vida debe ser terrible, hasta el punto de desear la muerte verdadera. Muchas gracias por tu visita, Rafa. Suerte y abrazos para ti.
Escribes tan divina esa tediosa eternidad que hasta podría apetecerme quedar… (Bueno, solo un ratín). En la primera frase se concentra tanto la belleza como el ritmo del resto del relato. Me encanta. Suerte con él.
Besosss
Para un ratito está bien, pero sin abusar ;o) Nuria, muchas gracias por tu visita y comentario. Te deseo mucha suerte a ti también y te mando muchos besos.