48. EL ESTÍO (J.A. Iglesias)
El ocaso despide a la primavera y empuja al alba el verano. Atrás queda otra etapa de lluvias que da vida, mientras el calor se mete en las entrañas del soleado estío.
Por el trigo saltan los saltamontes verdes y pintan los limones de verde a amarillo. Se visten de gala con sus chalecos negros, para cantar alegres, los grillos. Las puertas del campanario abre sus postigos y en su torre una cigüeña otea a los niños que subidos en la higuera cogen higos. Bajo un vestido de púas los chumbos enrojecen bajo las pencas y por la arena caliente las pequeñas serpientes bailan, dibujando zigzagueantes ondas.
El sol menos perezoso, sobre el horizonte,madruga antes y se acuesta más tarde. Todo el día de excursión entre el mar y el monte, dibuja siluetas negras, unas en movimiento y otras quietas. Juega a tirarle a los niños bolitas de rayos tostándoles la piel.
Así el estío va llegando a su fin, hace ya las maletas para seguir viajando y dar paso al otoño. Al despedirlo, los castaños lloran hojas amarillas.
Muy poético. Un beso.