135. Mensajes de amor
La ola arrastró contra mis pies un patito de goma. Exactamente como el tuyo. Instintivamente levanté la cabeza buscándote pero sólo encontré una ola inundada de patitos de goma amarillos. Todos iguales. Como el tuyo. Cerré los ojos para hundirme en la marea amarilla y sentí su abrazo húmedo y congelado acariciando mi corazón.
Ese día llegaron a nuestra playa trescientos ochenta y nueve patitos de goma. En el telediario dijeron que un barco había perdido su carga en el mar. Tú y yo sabemos que eso no es cierto: que cada patito era un beso que me mandaste por cada uno de los trescientos ochenta y nueve días que llevaba sin ti.