19. Rosa Rosae
La culpa fue del latín; bueno, de que me quedara para septiembre. Mi madre y mis hermanas se habían ido a pasar el verano al chalet de la playa. Y yo, mientras tanto, soportando el calor de Madrid custodiado por mi padre. Entonces apareció ella. Abrí la puerta de servicio y la vi. ¡Cómo me alegré de confundir las declinaciones! Acababa de terminar primero de Filología Clásica y era preciosa. Todo me parecía maravilloso, hasta el latín. Comenzamos declinando la palabra «rosa». Con el vocativo ya usaba la puerta principal. En el genitivo se quedaba muchas veces a cenar. Me sentía tan feliz y eso que nunca nos dejaban solos. Pero desapareció antes del ablativo. Y con ella el chalet, la casa y mi futura matrícula en la universidad privada. Eso, además del Mercedes que conducía mi padre cuando se fugaron juntos.
Hola, María. Un original enfoque del color rosa. Me ha gustado tu «Rosa Rosae», y eso que ya no recuerdo las declinaciones (jajaja). Muy bien llevado. Un desenlace triste para el protagonista, pero ingenioso para el lector.
Un abrazo y mucha suerte.
Gracias Amparo. Yo solo recuerdo la primera declinación, la verdad.
Y mucha suerte también. La atmósfera puritana que has creado en ese pueblo de cazadores de brujas está muy bien conseguida.
Un abrazo.
Hola, María. Me ha traído a tu texto ver que hemos elegido un título similar. Estuve por cambiar el mío (al ver que tú lo publicaras primero) pero al leerlo he visto que no tienen ninguna semejanza en el contenido. El tuyo es literal, aún recuerdo esa primera declinación en segundo de bachillerato (antes de la ley del plan ESO) con la que nos introducían en el latín y que ahora es una lengua que no se incluye salvo para específica. Una pena, porque es nuestra lengua mater de la que deriva la que hablamos (o las, en mi caso también el gallego) Bueno, pues que me ha gustado tu texto, la excusa de la declinación y la picardía final.
Saludos.
Hola Manoli. Yo también he leído tu texto, con esa vuelta de tuerca tan bien dada al clásico de La Bella Durmiente. Muy buena.
Un gusto saludarte.
Un giro muy original para el tema de esta convocatoria. Me encanta la sucesión de los modos declinativos y su reflejo en el avance del enamoramiento del chaval, sobre todo porque al final comprendes que los avances eran del padre y no del hijo.
Estupendo relato. Mucha suerte y abrazo