Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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NOV70. BIBLIÓFAGO, de Sara Lew

Desde que se tragó sin masticar a Hans Blunssen (un joven profesor amante de la lectura, viudo y con tres hijos a su cargo), el dragón azul no ha cesado de arrasar bibliotecas. Devora libros a todas horas. Aunque los prefiere antiguos, con sus hojas macilentas y olor a rancio, no le hace asco a las nuevas ediciones, menos sabrosas quizás, pero más blancas y crujientes. Siempre que termina de engullirse aquel sustancioso festín, el dragón azul vuela hasta la aldea y eructa sobre los pobladores todas las palabras con gran fogosidad y elocuencia. Nadie lo escucha verdaderamente —solo oyen gruñidos incomprensibles y rugidos aterradores entre bocanadas de fuego— salvo Emily, Marcus y Claus, que transcriben detalladamente en sus libretas las lecciones que les dicta su padre.

53 Responses

  1. Un cuento en toda regla, Sara. Y me encanta que los niños sepan escuchar el mensaje de su padre. Los niños saben leer entre gruñidos y bocanadas de fuego…

    Un abrazoooo grande (de dragón bueno)

    1. Es verdad, Amparo. Me ha salido un cuentito a la antigua 🙂
      «Cualquier palabra que me invente ya existe en otro idioma» dice mi hijo, y añade: «Seguro que hay alguien por ahí que la entiende».

      Un abrazo.

  2. Este dragón comedor de libros …me recuerda a aquellas leyendas basadas en tus dibujos de hace un par de años. ¡Es precioso! original, y pura fantasía al servicio de las palabras inventadas de este mes.

    Un abrazo Sara y que tengas mucha suerte con tu bibliofago!!!! Besos

  3. Sara, me gusta mucho este dragón que cambió su dieta desde que se tragó sin masticar al pobre profesor; parece que no solo el dragón se tragó al profesor, sino el profesor devoró por dentro al dragón hasta que se confudieron, de un modo fantástico.
    También me gusta la resonancia nórdica de los nombres, que me recuerda el mundo de Andersen. Felicidades y suerte.

    1. Dicen por ahí que «somos lo que comemos», y yo añadiría también que «somos lo que leemos», así que, sin duda, ha habido un cambio maravilloso en el dragón azul.
      Lo de los nombres es que me imaginé la historia transcurrir por allí, por esos paisajes nórdicos o sajones 🙂
      Un abrazo, Nicoleta.

  4. Es precioso, Sara. Un cuento de dragones y palabras que a pesar de la fogacidad con las que las sueltan serán guardadas al menos por sus hijos y estos a sus hijos y así hasta llegar a ser de nuevo inventadas.
    Suerte porque es muy original
    Besicos

    1. Son lecciones que esos niños no olvidarán jamás, que les ayudarán a afrontar la ausencia de su padre, porque esas palabras significan que su padre sigue ahí de alguna manera.
      Un abrazo, Carmen.

  5. Tan imaginativo, tan consecuente el desarrollo de la historia mágica que nos regalas, que me alegra. Siempre es de agradecer un cuento que te lleve volando al mundo de la fantasía. Abrazos, maga.
    Suerte la tienes.

    1. Gracias, Antonia. Si el dragón no pasa frente a mi puerta para invitarme a asirme de su cola y llevarme volando a su mundo, tendré que inventarme la fantasía yo 🙂
      Un abrazo.

  6. La antropofagia pudiera dar a un bibliófago. No sabía la historia, pero vaya usted a saber si esa tradición del 23 de Abril que en Catalunya se expresa regalando un libro no venga de que el dragón se comió a una muchacha lectora compulsiva y quisiera cambiar a las damiselas por incunables!. Me gustó tu cuento del érase una vez… nació una palabra.

    Un beso y mucha suerte

  7. Muy interesante el vínculo que adjuntas, Rafa. Así que era el olor a vainilla, con lo que me gusta… Yo también soy de oler los libros. Y, si te fijas, cada editorial tiene un olor característico, distinto .

    Un abrazo.

  8. Vaya, Sara. Pues si te soy sincera no entendí el relato antes. Lo había leido un par de veces y no me decía nada.. Al verte ganadora he vuelto a leerlo (tenía que ser bueno por fuerza, pq el Jurado de ENTC raras veces se equivoca) y joder, ahora si. No me había quedado con la copla del profesor viudo y con tres hijos. Problema mío, sin duda, por lerda y torpe.

    Un abrazo.

  9. Bueno Sara, mis más sinceras enhorabuenas, no había leído tu cuento, y menuda joya que me había perdido, leyendas, libros y ternura, bonito cocktel. Es un honor compartir podium contigo.

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