02. Maniobras de distracción (fuera de concurso)
Siempre soñó que mis labios sabían a mar. Lo sé porque a sus ojos era una sirena cantarina que le empujaba a un eterno naufragio. Nunca me lo dijo así, pero solo había que leer los nudos de su pecho y el ahogo de sus palabras. Como su saliva aliñada con lágrimas hipotecaba la dulzura de cualquier beso, disimulábamos oteando el cielo para descifrar señales de luz y buscar estrellas que nos revelaran alguna senda celeste que pudiéramos recorrer juntos sin amargura. O escrutábamos el océano, por si la plata de los peces perfilaba para nosotros una ruta salada entre las olas.
Era ley de vida que algún día cambiara la manera de mirarnos.
Pero entretanto, nos empeñábamos en devorar cada minuto, cada partícula de sol, cada eco de voz, cada armonía de pensamiento, cada roce fortuito, cada sombra entrelazada, jugando a construir un mundo furtivo y efímero que nos acogiera. Y sin percatarnos, ese transcurrir intenso del tiempo, en oleadas de felicidad minúscula, fue la época más hermosa que vivimos.
Cuando el aire a nuestro alrededor dejó de reverberar, conservamos las manos unidas: teníamos los corazones repletos de ilusión y la mirada madura de los que sobreviven al amor.
Eso que llaman enamorarse, que la ciencia define como un conjunto de reacciones químicas que se activan entre dos sujetos de una especie con destino a preservarla, en su fase inicial, que tú has descrito de forma admirable, conlleva una suma de sensaciones ilusionantes, pero que tienen (ha de ser así, porque si no, el corazón no lo resistiría) una caducidad. El mérito es que, pasada esa fase y las posteriores se mantengan las «manos unidas», la «ilusión2 y esa «mirada madura de los que sobreviven al amor».
Un relato que es algo más que una distracción, es una placer para el espíritu, lleno de sabiduría y con un uso certero del lenguaje.
Un abrazo y suerte, Eva
El placer es siempre leer tus comentarios, me haces preguntarme qué necesidad tengo yo de usar tantas palabras con lo bien que tú lo cuentas jajajaj. Gracias Ángel y suerte también a ti Un abrazo.
Hola Eva,
Me ha encantado la frase «…ese transcurrir intenso del tiempo, en oleadas de felicidad minúscula,…». Un abrazo y suerte
Hola Isabel. Muchas gracias. Es que la felicidad no puede ser mayúscula y continua, creo que nadie resistiría eso. O si así fuera, tendría necesidad de paréntesis nada o menos felices para poder saborearla. Un abrazo.
Hola Eva, una deliciosa ensalada de relato y poesía, dulce y sabrosa.
Enhorabuena, para mi ha sido un placer leerlo de principio a fin.
Suerte, un saludo.
Hola Juan Antonio. Creo que es la primera vez que alguien me dice que escribo ensaladas, pero si te ha sabido rica, encantada de haberlo hecho. Muchas gracias y suerte a ti también.
Precioso como describes el amor con el paso del tiempo. Sólo algunos afortunados saben apreciarlo…y disfrutarlo tanto como cuando he leído tu relato. Un saludo
Muchas gracias Cristina. El tiempo , al pasar, siempre deja huellas en todo. Un abrazo.
Me parece también un texto poético precioso y con un gran mensaje acerca de la realidad del amor ajeno al tiempo y a los cambios de «estación», donde el deseo se transmuta en complicidad.
Un saludo, Eva y suerte.
Gracias Milagros. La complicidad es algo sumamente satisfactorio que ayuda a sobrellevar muchas cosas. Un saludo a ti también.
Bonito texto lleno de poesía y una descripción del amor muy personal y bella. Excelente Eva. Suerte para el resto que ya no concursas. Un abrazo
Gracias Pablo, aun no concursando siempre que pueda concursaré. ENTC es uno de los vicios que aún me puedo permitir. Un abrazo.
Lo difícil es saber cómo sobrevivir al amor. Precioso, Eva!
Besos apretados.