Mnstrscp2019 – R3 (fabulas)- E6
R3 – E6 : fascinantes y fabulosas fábulas
Los participantes con los alias
GATO CON BOTAS – PULGARCITO – GARFIO
- * Deberán escribir un relato de máximo 150 palabras (titulo no incluido)
- * Antes del domingo 24 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- * Este es encuentro del genio, y os concede la gracia de versionar cualquier fábula que desees (los tres cerditos, la libre y la tortuga, los músicos de Bremen, el patito feo…) si quieres nos das una moraleja, si no, pues nada, no es obligatorio, ya nos conocemos los cuentos.
- *pero lo que sí debes hacer es introducir un elemento de otro cuento clásico por ejemplo en la ilustración verás que los cerditos han construido casas no de paja, madera y piedra, sino de chocolate (Hansel y Gretel) de hielo (la reina de las nieves) y el torreón (de Rapuncel), eso sí debe ser algo fácilmente reconocible (espejito mágico, zapatito de cristal, un garfio, la rueca…) aunque podrás indicarlo en los comentarios del formulario de entrega del relato.
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Vers. LA CIGARRA Y LA HORMIGA de Pulgarcito
Sus abdómenes se hinchan y los timbales entonan un coro lastimero en honor a la cigarra. A las puertas del hormiguero el frío acalló su voz. Nadie entiende por qué abandonó su árbol protector. La culpa anega los ojos de la pretendida del finado, pues piensa que iba a su encuentro para deleitarla con su bel canto. La hormiga, con las antenas cabizbajas, rumiaba su pesar. Quizá llevó demasiado lejos su enseñanza ejemplarizante hacia la holgazanería de su amigo. Ojalá tuviese una varita mágica para devolverle la vida.
Todos se despiden con abrazos y entre la vegetación se dispersan. La hormiga atraviesa el asfalto rumbo a su repleta despensa. Ensimismada, su mente divaga sobre la tolerancia, la amistad, sobre la fugacidad de la existencia, sin atender el rugido que se le acerca.
Su cuerpo, fusionado con la negra rueda del automóvil, recorre, ya sin vida, la A-40 camino de Aranjuez.
La varita mágica del Gato con botas
—Está oscureciendo —dijo Caperucita agachándose junto al Hada, que removía a conciencia la hojarasca—. Mire, quédese a dormir en casa de mi abuela y mañana madrugamos y seguimos buscándola, ¿le parece bien?
—Jo, qué rabia, si tiene que estar por aquí —se lamentó el Hada. Pero apenas se veía y aceptó agradecida la invitación de aquella niña tan simpática.
Unos minutos más tarde llegaron a una cabaña. Caperucita abrió la puerta y acompañó al Hada a la chimenea para que se calentara. Allí le atravesó el corazón con el atizador. Entonces agitó la varita y ¡ploff! se convirtió en lobo feroz.
Cortó al Hada en filetes y los envasó, empaquetó los huesos y guardó las vísceras en tarros de cristal, para el largo invierno.
—Aún queda espacio en la alacena —pensó relamiéndose, mientras recordaba a aquellos dos niñitos que había visto merodeando por los alrededores, tirando migas de pan.
Cleptomanía incorregible de Garfio
Alicia Liddell ha vuelto a hacer de las suyas. Su habilidad es reconocida desde que privara de su reloj al Conejo Blanco y se ganó a pulso el alias de “Ricitos de oro” cuando sustrajo la trenza de Rapunzel.
Nadie ha logrado capturarla. La Guardia le pisa los talones, pero se da a la fuga huyendo veloz en una alfombra mágica robada en las Mil y una Noches. Ayer fue vista rondando la casa de los tres ositos.
Papá Oso está indignado por la presencia de la intrusa y ruge la urgencia de tomar medidas drásticas. La dulce y compasiva Mamá Osa recomienda acudir a un hada especialista, para que trate de una vez a la muchacha. Nadie se ha percatado aún de la desaparición del más pequeño de la familia.
¡Vaya, cómo cambian los cuentos!
Votado. Suerte a los tres
Difícil la elección. Pero ahí está. Suerte.