Mnstrscp2019 – R3 (fabulas)- E8
R3 – E8 : la prudencia, la paciencia
Los participantes con los alias
CAPERUCITA ROJA – LA BESTIA – BLANCANIEVES
- * Deberán escribir un relato de máximo 150 palabras (titulo no incluido)
- * Antes del domingo 24 de noviembre a las 12 de la noche (hora peninsular española)
- * Que utilice el/los animales que desees pero que nos deje una enseñanza sobre la prudencia o la paciencia el saber encontrar el momento idóneo, el no precipitarse, ser cauto en vez de alocado…
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Negro futuro de Caperucita roja
Todo marcha según lo esperado. La temperatura no deja de aumentar, lo percibimos. En los últimos años se ha acelerado el deterioro. En cuanto destruyan otro bosque más ya no tendrán posibilidad de retorno. Lo cierto es que, para lo indefensas que parecen estas criaturas, han resultado muy resistentes. Sus predecesores, aquellos lagartos gigantescos, parecían mucho más fuertes y, sin embargo, apenas duraron un instante. En cambio, la especie actual supo adaptarse mucho mejor a la adversidad. Si no fuera por su empeño en autodestruirse hubiera costado aniquilarlos, pese a nuestra superioridad. Vivimos en la sombra, conectadas entre nosotras. Somos una sola inteligencia, no importan los individuos, solo la supervivencia de la especie. En nuestro código genético está todo lo aprendido durante trescientos millones de años. Nuestras antecesoras viven en nosotras y nosotras seguiremos vivas en nuestras descendientes. No tenemos prisa. Pronto las cucarachas volveremos a dominar la Tierra.
La paciencia como técnica de pesca de Blancanieves
Érase un gato atrevido que se rió a carcajadas en la cara escamosa y dura de un cocodrilo y como estaba hambriento y además era impulsivo, se puso a pescar cerca de la cascada donde solía tomar el sol aquel inmenso reptil, en apariencia, pasivo.
—Ahí parado no te vas a comer un “roscopez”—gritó el minino con retintín.
—Yo, como el águila de la cima, he aprendido a esperar y nunca me ha faltado un pez que llevarme a la mandíbula—replicó el cocodrilo. Luego añadió sereno: “Quien anda deprisa, tropieza”. Pero el morrongo imprudente, que ya capturaba una carpa, gritó con menosprecio:”Hambre fiera no da espera” y, distraído, no vio planear al águila que lo enganchó con sus garras para el aperitivo. Así, el imprudente perdió sus siete vidas de un tirón y tuvo que soltar el pescado que cayó justo en la boca, siempre abierta, del cocodrilo.
Jimena y los lobos de La Bestia
En el bosque de las hadas blancas, reina la armonía. Los pájaros trinan, los jabatos pasean con mamá jabalí, las mariposas forman nubes de colores, y las pequeñas hadas revolotean entre los árboles, dejando tras de sí halos de estrellitas. La ardilla Jimena, que está leyendo un cuento en su guarida, decide bajar a recoger bellotas. Como es casi invierno, le cuesta encontrarlas. Lleva un rato buscando y, sin darse cuenta, se ha alejado hasta la linde del bosque. De pronto escucha un aullido. Entre las sombras de la noche, Jimena busca un árbol al que subirse, pero no ve ninguno. Los lobos afilan sus feroces fauces, y la rodean lentamente bajo el brillo de la luna.
Entonces Jimena, que ha leído este cuento y sabe lo que va a suceder, escapa dando saltos entre las palabras y se esconde detrás del final, hasta que lleguen las hadas.
FIN. aS
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