2. BICHOS
Carlos Javier revisa cada dos días su amplia colección de coleópteros. Procura que no se llenen de polvo y que formen filas y columnas perfectas de naturalezas muertas.
En un Congreso de Entomología regional conoce a Isabel, lo suyo son los lepidópteros.Las mariposas son más difíciles de mantener, pero son más lucidas.
Los dos hablaron sobre sus colecciones en el bar de la Facultad, comentaron los últimos artículos publicados en sus revistas científicas y compartieron trucos para mantener en buenas condiciones la colección.
Sin darse cuenta se echó la noche encima y cerraron el bar. Carlos pidió un taxi y levó a Isabel a su casa. Se despidieron con dos tímidos besos en la mejilla, intercambiaron sus móviles y quedaron en verse pronto. Carlos durmió apaciblemente esa noche, Isabel se acostó con una sonrisa dibujada.
En el bar de la Facultad de Biológicas, en una repisa cercana a la ventana, descansaban dos cajas, una de coleópteros y otra de lepidópteros. Esa noche nadie las echo en falta.
Por apasionante que pueda ser una afición, no hay nada que supere al trato humano y, más en concreto, a esas sensaciones tan especiales que se producen cuando dos personas congenian. Ya recuperarán esas colecciones, lo importante es la que acaban de iniciar de forma conjunta, formada por momentos compartidos. Han empezado con calma y paso firme, lo que quizá augure un largo tiempo en común, un amplio surtido de días por delante.
Un relato muy positivo con un título simpático, al menos para los que nos parecen interesantes los insectos.
Un saludo y suerte, Ángel José
Gracias Ángel,a mi también me gustan los bichos,hasta los de dos patas.Sí,es un relato simple y directo pero creo que real.
Salute
Parece ser que el bichito del amor los picó a estos dos amantes de los bichos, y por lo que se lee en ese cuidado obsesivo de sus respectivas colecciones, lo hizo en el momento justo… Hay que ver lo mucho que alguien se llena de cosas cuando lo que le están faltando son personas y el vínculo amoroso que traen consigo…
Me encantó esta historia de bichos, ÁNGEL JOSÉ.
Un beso,
Mariángeles
Gracias medio tocaya,pues tú lo has dicho todo,cuanto más objetos menos personas,bueno nadie es perfecto.
Un abrazo Mariángeles.