Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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1. DESDE LA CÁRCEL

Me lie con el bedel de Anatomía y una tarde me invitó a sus dominios.
Entramos en un recinto enorme con grandes vitrinas y armarios de madera como de otra época.
Grandes frascos llenos de un líquido amarillento y turbio dejaban ver cabezas cortadas por la mitad, apreciándose el cerebro, los dientes y la lengua en una mueca de asco y terror.
Fetos, con sus posturas encogidas y el cordón umbilical como el cable de los astronautas, que a veces por las irisaciones del líquido y la iluminación parecían moverse.
En una especie de rotonda estaban los abortos monstruosos, con dos cabezas, varios miembros, parte de un cuerpo que emerge de otro y una cabeza de un bebé sin calota.
Me apoyé en el lateral de una de las vitrinas medio mareada, levanté mis ojos y tras mi imagen, empezó a definirse una multitud de tarros grandes con penes y testículos de diversos tamaños y formas que flotaban libremente.
A mi lado, el bedel se había bajado la bragueta y se abalanzó sobre mí, lo único que tenía en la mano era un bolígrafo bic que introduje en su ojo izquierdo, más por su ímpetu que por el mío.

6 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Ese muestrario de aberraciones demuestra, al menos, un par de cosas: que la Naturaleza, por muy madre que sea, también se equivoca a veces y de qué manera; también, que ese bedel podría haber buscado un lugar más agradable para lo que podríamos denominar una clase práctica de anatomía, cualquiera habría sido mejor, hasta el cuarto de las escobas. A menudo no nos paramos a pensar en que cualquier acción tiene algún tipo de consecuencia, alguna, como es el caso, fatal. Quien permanece en prisión debe de tener tiempo para meditar sobre sus acciones precipitadas, aunque dar marcha atrás al reloj no sea posible.
    Una colección muy peculiar y un relato contundente e intenso para comenzar con fuerza el tema propuesto.
    Un abrazo y suerte, Epi

  2. CALAMANDA NEVADO CERRO

    epifisis, tu estilo no decae sino todo lo contrario. Siendo agresor y tan poco romántico, ese bedel no tenía ningún futuro. Suerte y saludos

  3. J. Ignacio

    Llámame corto (con minúsculas), pero me ha costado entender a qué venía el título. Y sin embargo, es buenísimo. ‘Desde la cárcel’, pero qué imaginación la tuya!!

    Aunque me parece un caso de intento de agresión sexual, con premeditación y alevosía. A la cárcel debería ir el ‘coleccionista’ ¿no?

    Pues con la que está cayendo, resultaría aconsejable llevar un bolígrafo Bic siempre encima. A ser posible, de aquellos de cuatro colores que no sé si se siguen fabricando hoy día. Porsiaca.

    😉

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