2. ESTILOS Y CIRCUNSTANCIAS (Ángel Saiz Mora -EdH 2020-)
La primera vez que entró en clase enmudecimos. Al silencio le siguieron cuchicheos de admiración y envidia.
Tomó asiento en primera fila, donde estuvo todo el curso, algo coherente con una estudiante ejemplar.
Alejada de toda vestimenta formal mediante prendas básicas, su sobria elegancia despuntaba entre el rosario de marcas exclusivas, una ostentación propia de nuestra universidad privada.
Muchas trataron de imitarla, pero no sabían lucir con igual soltura zapatillas deportivas graciosamente ajadas, ni unos pantalones rotos.
A pesar de ser muy cordial, al término de las clases siempre se marchaba deprisa para estudiar. Nunca pisó la cafetería ni hizo ningún gasto. Ese halo misterioso incrementaba su leyenda.
Un sábado, camino de la pista de tenis, se reventó una rueda de mi deportivo al lado de un mercadillo ambulante. Sin el hombre que tuvo la amabilidad de ayudarme con la de repuesto no habría podido seguir. Extrovertido, me contó que no le pesaba trabajar de sol a sol para ofrecer lo mejor a su familia.
Me acerqué a su puesto de melones, para comprar alguno como agradecimiento. En un cartón, bajo una fotografía de mi compañera, pude leer: «A prueba y a cala, mi hija será abogada».
Ángel, no dejas de sorprenderme, grandioso micro. Eres toda una inspiración, tus micros no necesitan de ningún corte para ver y probar lo maduros que son y están. Un gran abrazo desde la distancia. Antonio
Si algo bueno tienen las telecomunicaciones, como estamos comprobando ahora más que nunca, es que las distancias no parecen existir.
Agradezco mucho la lectura de una persona de mundo como tú. Me alegra que te haya gustado. Ya sabes cómo funcionan los relatos y los melones, hasta que alguien no le hinca un poco el diente no se puede saber si están, al menos, aceptables. Muchas gracias y otro abrazo grande para ti, Antonio.
Si por algo se ha caracterizado la literatura es por no entender de distancias. Siempre me ha fascinado leer algo que una persona hace tiempo escribió. A veces me encuentro con escritos míos y es como si volviese a encontrarme con la que un día fui. Eso pasa con tus relatos, Ángel,y perdóname el rollo, pero al leerte nos da -a mí por lo menos- la sensación de que cuentas algo que a cualquiera de nosotros le pudo pasar. Y eso hace que la distancia «individual» se funda con el consciente o Imaginarium global.
Bueno, siempre he sido muy introspectiva de las que se van por los cerros de Úbeda) y ahora más.
Que me ha encantado, vaya.
Abrazo grande
Todos tenemos una individualidad innegable y es bueno que así sea, la diversidad enriquece. Al mismo tiempo, ello no es incompatible con una conciencia colectiva, un sentir general que hace que nos sintamos cercanos y que la complicidad sea un hecho.
Tú sabes muy bien, Manoli, que los que nos empeñamos en juntar letras lo que queremos es no dejar indiferente, transmitir, mas en concreto: conectar; si me he acercado un poco a ello ya me doy por contento.
Introspección y cerros de Úbeda son términos aplicables a mi persona también, te lo puedo asegurar, así que no tienes que disculparte de nada, todo lo contrario, soy yo quien debo agradecerte tus palabras, que siempre es un placer leer, no solo las de este comentario, igualmente las de tus poemas y relatos.
Gracias de nuevo y otro abrazo grande para ti, Manoli
Eso demuestra que la elegancia es innata Dicen que el hábito hace al monje. Pero esta chica no necesita ropa de marca para dejar embobados a sus compañeros.Me ha encantado cómo vas desarrollando la historia.Cómo va fluyendo de forma natural hasta llegar al final. Precioso el relato. ¡Enhorabuena!
Es innegable que hay personas con una elegancia natural, que, con cualquier cosa que se pongan, llaman la atención. Cuando por motivos económicos no queda más remedio que vestir «de trapillo» ese don natural viene muy bien, ya que disimula las carencias.
Muchas gracias, María.
Un abrazo
Los esfuerzos siempre reciben grandes recompensas, en este caso regalo para el padre y para la hija que sigue adelante cumpliendo objetivos. Suerte Ánngel
Esta joven de familia humilde sabe aprovechar los esfuerzos que conlleva una educación que supera sus posibilidades económicas. Ello no solo merece la pena y dice mucho y bien de ella y de sus padres, sino que también hace que destaque. Su apariencia sobresale sobre el resto, aunque su vestuario sea mucho más barato.
Muchas gracias, Manuel.
Abrazo
Ole esa familia, que es un verdadero tesoro. El padre, por luchador. La hija, por comprometida. Ojalá esos valores no se pierdan nunca. Esa chica llegará muy lejos, seguro.
¡Suerte!
Besosss
Ella tiene todos los ingredientes para triunfar: el apoyo absoluto de su familia, que no repara en gastos para su formación, incluso más allá de sus posibilidades; encanto natural, que suple el poco dinero del que dispone para vestuario; capacidad de trabajo y amabilidad. Solo le hace falta el empujoncito necesario que debería darle la suerte.
Muchas gracias por tu lectura y tus palabras, Nuria.
Besos
La misteriosa y admirada compañera de la Facultad proviene de una familia humilde. Es lo que descubre tu narrador, de clase acomodada.
El micro va dejando indicios de ese descubrimiento final. Lo que parecía estilo no era más que pobreza y determinación.
La educación es el único medio de ascenso social de las clases más desfavorecidas y tu protagonista y su padre aúnan esfuerzos por salir de su entorno.
Me ha encantado el relato, el modo de contarlo y los valores que transmite, algo que no es nuevo en tus letras.
Felicidades y un abrazo, Ángel.
La mejor herencia que pueden recibir los hijos es la formación, pero qué voy a decirte a ti que tú no sepas mejor que nadie, para eso eres nuestra querida profe particular.
Has analizado muy bien el relato, como no podía ser de otra forma, haciendo hincapié en que el estilo exterior de la protagonista venía dado por la «pobreza» y la «determinación».
Una de las satisfacciones que proporciona escribir es poder conocer a personas como tú, que no solo juntan letras de maravilla, también son personas formidables, de quienes se puede aprender.
Muy agradecido, Carmen. Ahí va otro abrazo
Me ha encantado tu historia cómo me has enganchado para seguir leyendo y que final tan bien resuelto. Una moraleja excelente. Relatazo, felicidades, Ángel. Un abrazote
A veces pienso que, con no aburrir con las historias que se me ocurren, ya me doy por satisfecho. No hay mejor premio para mí que me digan que mantienen la atención y transmiten algo.
Muchas gracias, Pablo
Un abrazote
Esa frase final de un padre orgulloso, cierra la moraleja que vamos intuyendo. Que la educación puede hacernos llegar a lo alto, que la elegancia no depende de las modas, que el amor y el sacrificio por los hijos es la mejor herencia. Que un buen escritor consigue emocionar a sus lectores.
La educación puede hacer llegar a lo más alto, es cierto, como también que es la mejor herencia, algo, como todo lo que merece la pena, igual de válido en cualquier tiempo y ajeno a las modas.
Mil gracias, Paloma.
Un abrazo
Destacaría la fluidez y naturalidad que sabes imprimir en tus letras nos atrapa fácilmente. Eres un escritor «todo terreno» con recursos para cualquier género.
Aquí el realismo de esta circunstancia en la que todos podemos de alguna manera vernos reflejados, nos transmite una gran reflexión acerca de ese amor responsable del padre de la protagonista, que no pertenece a la misma clase social del narrador y coprotagonista, sorprendido por ese mensaje del cartón de los melones, lo mismo que nosotros los lectores, quienes admiramos profundamente la relación de estos protagonistas llenos de humanidad.
Pienso que el ángel que llevas dentro, aparte de tu nombre, nos ha robado el corazón.
Un abrazo muy grande.
Aunque se trata de una ficción, el mundo está lleno de personas similares, con unos detalles u otros. Padres y madres que lo dan todo por su descendencia, que comprenden que la formación es algo muy importante, mucho más que la ostentación (aunque sean palabras que suenan parecidas). Hijos e hijas que valoran y aprovechan el sacrificio de sus padres, que hacen que se sientan orgullosos.
Como todos los que pasamos por aquí, trato de reflejar lo que veo, lo que imagino, o lo que me gustaría que fuese.
Agradezco mucho tu lectura y tus amables palabras, Milagros.
Otro abrazo grande para ti.
Me encantó esa frase final, ese padre poniendo todo su esfuerzo por su hija. Es como si tu relato fuera simple pero a la vez muy bello. Felicitaciones!
El hombre, posiblemente, no pudo tener muchos estudios, pero seguro que es trabajador y, se nota, tiene los objetivos muy claros. Él hace todo lo que puede por su hija, de quien demuestra estar bien orgulloso. La intención y el fondo, más que la forma, es lo importante en este caso y en ese final, como también, en todo el relato.
Muchas gracias y un abrazo, Ana
Un retrato de las diferencias entre clases sociales y el modo de minimizar las.
Magistral, como siempre.
Un abrazo, amigo.
Por mucho que pensemos que en general las sociedades avanzan en igualdad, las diferencias sociales siempre están ahí; a veces son ostentosas y, casi siempre, del todo injustas. Resignación es una palabra que solo deberíamos aplicar cuando no queda otro remedio. Nadie que desee trabajar por una buena formación debería renunciar a ella por falta de medios.
Muchas gracias, Yolanda
Un abrazo
Al igual que tu personaje, capaz de lucir cualquier cosa que se ponga, a ti da igual cuál sea la propuesta de cada convocatoria que sabes condimentarla para destacar siempre.
Enhorabuena. Suerte y abrazo para ese EdH2020.
Hay un autor de quien, el que suscribe, procura no perderse nada de cuanto sale de su pluma, o de su teclado, por el simple hecho de disfrutar y aprender. Siempre he de sujetar los dedos para no incluir demasiados adjetivos, porque sé que valora la contención, propia y ajena. Por eso, me limito a decir:
Mil gracias, Rafa-EdH2019.
Un abrazo
Como me ha gustado ese final de padre orgulloso de su hija. Claro que se esfuerza por ella, si al otro no duda en ayudarlo por más que es evidente que son de mundos distintos.
Y entras muy bien con esas vestimentas que al principio he pensado que era la que empezaba con ellas, no por falta sino por visionaria.
Un abrazote, EdH2020
Ese melonero es buena gente porque se desvive por su hija, por darle más incluso de que tiene, pagar esa universidad privada no debe resultarle fácil. Además, como bien dices, es generoso con cualquiera, también con un joven que conduce un deportivo, al que no duda en sacar de un apuro. En cuanto a ella, estilosa por naturaleza, más que visionaria, es pobre, la verdad, pero lo lleva con una dignidad tal que crea escuela.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Javier.
Ahí va otro abrazote
Es una suerte nacer en una familia donde los padres son capaces de darlo todo por que sus hijos salgan adelante. No hay padres malos ni buenos, todos lo hacen como saben, o como pueden o , a veces, como les dejan, pero lo que es cierto es que hay toda una generación de padres, que ahora son muy abuelitos, que tenían un alto concepto de la entrega.
Ojalá todos tuviéramos ese mismo alto concepto para darles a ellos todo lo que nos han dejado en herencia. Tantos valores…
Es muy original tu propuesta, Ángel, y no por lo que yo acabo de decir que es obvio para todos, si no por esos ricos melones y el mensaje directo a los clientes.
Un abrazo en este abril lluvioso.
Por lo general, todos los padres intentan dar todo lo que pueden a sus hijos, lo harán mejor o peor, pero la intención es buena, sin importarles los sacrificios. Los de esta muchacha no se limitaron a permitir que fuese al colegio y luego a la universidad, que ya sería bastante tal vez, procuraron que la universidad fuese privada, de prestigio (sin por ello hacer de menos a la pública), pensando que ello redundaría en beneficio de su hija, aunque supusiera un sacrificio económico muy considerable. El hombre, además, está muy orgulloso de ella, porque es aplicada y sabe aprovecharlo, de ahí que lo exprese a su manera, como mejor sabe, en el lugar donde más gente puede verlo: su puesto.
Muchas gracias y un abrazo, Mercedes
Con que elegancia describes la elegancia, la dignidad en la pobreza, querido amigo. Un abrazo.
Has definido muy bien uno de los aspectos de este relato: «La dignidad en la pobreza». Con independencia de las circunstancias a las que alude el título, todas las personas son igual de dignas.
Muchas gracias y un abrazo, Puri
Coses ideas, Ángel, con las palabras justas que la labor quede perfecta, y la idea se luzca entre ellas. Esta vez no ha sido menos.
Un abrazo.Mucha suerte.
De vez en cuando sale algún desgarrón también, pero ahí seguimos, intentando aprender siempre, sobre todo de quienes mejor cosen palabras, un grupo al que tú perteneces por méritos propios y constantes.
Muchas gracias y un abrazo, Paloma
Ángel, enhorabuena por tu historia tan cercana, por la forma de ver la vida sus protagonistas, que de ningún modo deja indiferente, y por el modo de contarla. Suerte y abrazos virtuales.
La manera de ver la vida depende mucho, hay que reconocerlo, del entorno; queramos o no, nos condiciona. La grandeza de las personas hace que sepan trascender esas circunstancias impuestas, para tratar de ver más allá, como hace la protagonista y su padre, como también su compañero, a pesar de tenerlo todo más fácil.
Muchas gracias, Calamanda.
Abrazos
Hola, Ángel.
Lo primero, enhorabuena por tu discurso en la entrega de premios. Está claro que tienes bien ganado tu título de «Enteciano de honor 2020», un año que no será el mejor de todos, pero que sin duda nadie podrá olvidar. Estamos navegando en una catarsis y en ENTC tenemos una tripulación de lujo para vadear el temporal.
De tu relato, decir que hay personas que tienen la cualidad de la elegancia innata, se vistan como se vistan. Es algo admirable y que produce cierta envidia sana, si es que eso existe. Es el caso de tu protagonista que, además, está tratando de dotar a sus neuronas de una cualidad comparable y hacer bueno el esfuerzo de ese padre por que su hija pueda acceder a un nivel superior en la escala laboral y social, aunque, para mí todos los trabajos son igual de dignos si se desarrollan con dignidad y la de vendedor de melones es una actividad tan honorable como la que más.
Tocayo, decirte que confío, espero, anhelo y deseo que todo te vaya bien a ti y a tu familia es quedarme corto.
Un fortísimo abrazo, que espero poder darte en persona muy pronto. Salud, suerte y mucho ánimo.
La elegancia natural sin duda existe. Como tantos dones innatos, que pueden ser muchos, muy diversos y cada cual tiene los suyos, cuando se ha nacido sin él, como por ejemplo, sin oído musical, es posible, con esfuerzo y dedicación, mejorar esa carencia de serie, pero nunca se llegará a igualar con las personas que, sin darse cuenta, poseen ese talento o cualquier otro desde que nacen.
Todos los trabajos son dignos si se desarrollan con dignidad, como muy bien dices, algo que estamos comprobando, quizá más que nunca, hoy día. Por primera vez se aplaude a los sanitarios de forma unáníme, no siempre bien valorados antes, y no digamos a transportistas, reponedores y limpiadores/as. Otra cosa es que una persona tenga intención y capacidad para formarse y no pueda hacerlo por falta de medios, que no disponga de las mismas oportunidades que otros, que han nacido en circunstancias mucho más favorables.
Es una alegría para mí tu lectura y tus palabras, que te agradezco infinito.
Te echamos de menos en Comillas (aunque disfrutamos mucho con un relato tuyo teatralizado); fue la última actividad que algunos tuvimos antes de que el mundo cambiase.
Volveremos a vernos y a abrazarnos, aunque no sepamos cuándo, esperemos que sea más pronto que tarde. Mientras tanto, ahí va este abrazo fuerte para ti aunque sea virtual, tocayo, junto con mis mejores deseos de salud.
Hola, Ángel. Tu micro es ejemplarizante, ya que tanto el papel del padre como el de la hija son encomiables. El padre, con su trabajo humilde pero tan digno como cualquier otro, hace posible que su hija tenga la oportunidad de formarse, cosa que él no pudo hacer. La hija, consciente de esa realidad, aprovecha al máximo la ocasión acudiendo cada día a la universidad. Su forme de vestir es austera pero no exenta de elegancia, cualidad que forma parte de su personalidad, y que brilla especialmente en contraste con el ambiente de pijerío que la rodea. La frase final muy lograda. Felicidades, Ángel, un gran relato en pocas palabras. Suerte y un abrazo.
Todos tenemos defectos, aunque también, donde unos ven imperfecciones otros ven virtudes. Lo que nadie puede negar es que si algo existe que hace grandes a las personas es el amor, la entrega, el sacrificio altruista, en definitiva, el dar lo mejor de sí mismos. Este padre y esta hija seguro que no son perfectos, como nadie lo es, pero su actitud es un modelo que todos, de una manera o de otra, haríamos bien en seguir. La joven tiene, además, el don de la elegancia, lo que hace que en el ambiente en el que se encuentra no solo no desentone con su vestuario forzosamente austero, sino que incluso destaque.
Muchas gracias, Juana.
Quedo a la espera de leer tu relato. Mientras, ahí va un abrazo.
Saber estar, incluso cuando no estás “en tu sitio”. Y aprovechar al máximo las oportunidades. Entrega de un padre correspondida por la actitud ejemplar de su hija. Las circunstancias adversas pueden modificar el estilo de las personas. Pero también es cierto que las personas con valores sólidos tienen más posibilidades de mantener unas actitudes sobrias y coherentes. En un entono en el que, demasiado a menudo, predomina lo superficial… el contraste puede llegar a generar admiración y envida. Preservar la intimidad con discreción blinda el secreto de esa fuerza interior.
Relato muy bien construido, Ángel. Fluye desde el principio, tiene ritmo y acompaña al lector hasta la sorpresa final. Enhorabuena.
Un abrazo y mucha suerte.
Saber estar en cualquier circunstancia, hasta en la más adversa o cuando más fuera de lugar parece que nos pone el destino; aprovechar al máximo las posibilidades y no dejarse influir por lo superficial, haciendo caso siempre a esa fuerza interior a la que aludes, ese el secreto para superar cualquier obstáculo, para intentar alcanzar las metas legítimas que cada uno se propone.
Has hecho una lectura detallada y certera, un análisis completo y muy lúcido de todo lo que he intentado transmitir a través de estos personajes, que te agradezco infinito.
Un abrazo Josep Maria, y a cuidarse y a cuidar a los demás, como tú sabes.
Elegante, trabajadora y destacada. Como su creador. Y no hablo del padre. 😉
Esa muchacha, al igual que su padre, cada uno con su estilo, tienen muchas cualidades, con la constancia y la ilusión como motores de su proceder.
Muchas gracias, Edita.
Un abrazo
Los padres siempre queremos que nuestros hijos tengan un futuro mejor que el nuestro, sobre todo si somos gente trabajadora y humilde. Por ellos hacemos esfuerzos y sacrificios inmensos para que reciban la mejor educación posible. Luego, cuando vemos en las personas en las que se han convertido, eso es nuestro mayor orgullo.
Besos apretados, Ángel y mucha suerte.
Sacrificio, generosidad y, al final, orgullo, todo ello abonado con el sentimiento permanente del amor, uno de los motores que mueve el mundo, que hace que todo sacrificio sea poco.
Muchas gracias, Pilar.
Besos
Tu mini logra captar toda la esencia de lo que fue la vida y la obra de la diseñadora Coco Chanel.
«La simplicidad es la clave de la verdadera elegancia». La chica en cuestión «no da el brazo a torcer» (como dicen en mi pueblo) por lo que logra suplir la falta de recursos para adquirir ropas a la moda con una actitud y presencia para llevar la ropa, un «je ne sais quoi» que hace que las ropas viejas y rotas luzcan a la moda.
Detrás de esté estilo irrepetible, hay una historia de un padre que se sacrifica por el sueño de ambos,
Una mini directo y limpia que se lee sin ningún tropiezo hasta la frase final del padre que revela el secreto de ese «buen hacer» de la joven a la hora de vestir.
Un saludo, Ángel y gracias por el comentario de la vez pasada.
Una verdadera experta en moda seguro que tiene presente una realidad tan básica como que la elegancia es algo natural, que puede acompañar al mas costoso y sofisticado diseño o no; como también, que puede haber dignidad hasta en la pobreza. La apariencia externa tiene dentro un motor: el de aprender, el de superarse, que es el que obra el milagro de sacar petróleo de las piedras, como se suele decir, hacer hasta del atuendo más humilde un envoltorio lleno de estilo.
Agradezco mucho tu visita, tu lectura y tus palabras
Un abrazo, Patricia
Grandísimo relato, Ángel. Creo que este texto es un ejemplo perfecto del carácter de tus letras y, cómo no, de tu persona. No sé si te lo he dicho alguna vez, creo que sí, pero cuando leo tus historias no puedo evitar imaginarlas como base para guiones cinematográficos. No tienen fisuras y sus planteamientos están tejidos siempre sobre nobles valores universales. Espero que el chico del deportivo reaccione positivamente ante su descubrimiento. Por cierto que el padre de la chica me ha recordado al mío, vendedor ambulante toda su vida, aunque él no ha conseguido hacer carrera de ninguno de nosotros, jajaja.
Enhorabuena, amigo, y mucha suerte con este gran relato. Un fuerte abrazo.
Sabes que en estos tiempos nuestros (al menos antes del coronavirus) parece que muchas veces priman más los efectos especiales que las historias sencillas, de carácter humano y, por ello, con cierta vocación universal. Lo más probable es que ningún director de Hollywood estuviese dispuesto a hacer una película a partir esta pequeña historia, pero para mí tus palabras vienen a ser como recibir un Óscar o un Goya.
Al chico del deportivo se le ha brindado una oportunidad de oro para conocer que existen mundos diferentes al suyo, donde las personas tienen el mérito de sobrevivir en un entorno complejo, de intentar mejorar con dignidad.
No me cabe ninguna duda acerca del orgullo de tu padre hacia sus hijos, en especial hacia uno que escribe.
Mil gracias y un abrazo grande, amigo Enrique