36. EVA AL DESNUDO ( Paz Monserrat)
Caín y Abel viven en una familia antigua pero muy cariñosa. Antes de dormir su mamá les habla del jardín frondoso en el que vivían de novios. Y de aquel árbol con los frutos tan jugosos. De que papá y mamá solían pasearse desnudos sin sentir frío ni vergüenza. Siempre le piden la misma historia. Pero cuando le preguntan por qué ahora lleva esa túnica tan bíblica, ella es incapaz de ser sincera. Les dice que con la glaciación hace más frío. O que le gusta vestirse a la moda de su tiempo. No les confiesa que les está protegiendo de la visión de su vientre completamente liso. No querría acomplejarlos por tener ese botón plantificado en medio de sus barriguitas. El final de aquel horrible tubo gris que su padre tuvo que cortar y anudar. Los dos con la misma anomalía, pobrecillos. No quiere ni imaginar que se les deshaga el nudo. Lo llama cariñosamente ring ring y aparenta no darle importancia, aunque en realidad sabe que es un ombligo y les prohíbe tocárselo. Y, sobre todo, no quiere que Caín descubra que el de Abel no sobresale como el suyo y se ponga a compararse con su hermano.
Juegos de palabras y dobles sentidos para la historia de la primera familia que se supone existió, con un pasado, una nueva situación y una madre, Eva, consciente del peligro amenazante que se cierne sobre sus hijos y cómo puede ser causa de una desgracia; algo que va más allá de su perspicacia femenina, pues lo que puede suceder ya está escrito y continúa, la envidia acompaña al hombre desde el principio de los tiempos.
Un relato muy bien montado e ingenioso, con un título que le sienta como un guante.
Un abrazo y suerte, Paz
¡Muchas gracias, Angel! Tú siempre tan amable. Admiro tu generosidad y tu ubicuidad, ojalá pudiera contagiarme de estos dos virus, por usar términos microbiológicos adecuados al momento.
Me ha gustado esta peculiar visión de Eva y sus dos retoños, con ese ombligo que se puede interpretar en varios sentidos, y ese peligro en ciernes. Buena propuesta, suerte y un abrazo, Paz.
Me gusta que te haya gustado, Pablo. Un abrazo bíblico!
Jajaja… ¡buenísimo!
Gracias Dominique, por esa risa tan fresca. Abrazote!