43. ACTRIZ ENAMORADA (IsidroMoreno)
Soy coqueta y sofisticada. Lo sé y no lo quiero evitar. Sólo tengo cuatro cosas importantes en la vida: Yo, mis vestidos, él y yo. Ya sé que me incluyo dos veces, pero es que así me estimaré como la mitad de mis importancias. Es la vanidad de las actrices.
Vivo y duermo confinada entre mis trajes que necesito para trabajar y ganarme, día a día, su cariño. No me importa que se me note que estoy enamorada.
Él me convirtió en actriz y, en cada papel, en cada función, pone sus palabras en mí, me presta su voz, su aliento y su alma. Sé que también me quiere.
Momentos antes de salir a escena, y como en un mágico ritual, me viste despacio, me alisa mi dorada melena, me habla con susurros para relajarme y a continuación, introduce su mano bajo mis sayas. Es entonces cuando creo que se me humedecen de emoción mis ojos.
Ambos sabemos que nuestro arte nace cuando me presta sus palabras; en sus movimientos de mano y sus dedos dentro de mí. Y el clímax de mi existencia comienza en el instante en que me asoma al escenario de este pequeño teatro de guiñol.
Muchas grandes actrices tienen mucho de divas, aunque la de tu relato no es autosuficiente, ella sabe que necesita y se encuentra en íntima unión con un hombre; sin él, no hubiera alcanzado ningún estrellato. Precisa de su contacto, de sus manos, de su hálito, para lucirse ante el público, para vivir, en suma.
Un relato muy atractivo y elegante, con forma de cuento clásico, con el amor como si fuese un personaje más.
Un abrazo, Isidro. Suerte
Este sería un caso de lo que en el sistema animal se llama «Simbiosis o mutualismo» en que uno aporta al otro lo que no tiene, y viceversa, con el único fin de subsistir ambos de la mejor manera posible.
Muchas gracias, querido amigo, por tu gentil comentario y tu lectura. Además es para mí un honor la visita del EdH-2020 ante quien me descubro y, como siempre, te envío un par de abrazacos de un amigo.
Mil gracias.
Me has tenido en vilo, Isidro. Qué actriz más entregada. El clímax de tu relato ha redondeado el micro. Un abrazo fuerte y suerte.
La actriz siendo lo que es y estando enamorada, no le quedaba otra que estar entregada a su amor, compañero, jefe, amo… quizás en la intimidad le llame ‘amo’, porque es una palabra muy parecida a «amor» ¿No crees?
Bueno no deja der un ‘flash’ de una personalidad y una situación un tanto especial narrada en forma de microcuento.
Mil gracias por leer y comentar, Aurora. Me alegra mucho leerte por aquí.
Un fuerte y sincero abrazo.
Buena historia de intriga progresiva y ese golpe final muy bien apuntado, que deja un relato redondo. Suerte y un abrazo paisano.
Muchas gracias, querido Pablo, por tu amable comentario. Es un placer tener paisanos tan atentos como tú.
Un fuerte abrazaco, como dicen por nuestra tierra llana.
Muy bueno, Isi; hábilmente llevado para esconder la sorpresa final y haciendo de paso un estudio psicológico de esa vanidad a la que casi nadie escapa. Muy bella también la narración. Si alguna vez había pensado yo en un posible amor en esa relación, lo había imaginado en sentido opuesto. Mucha suerte con este relato, amigo. Un abrazaco.
Una de las ventajas literarias de tratar con objetos inanimados, y darles vida, es que de esa forma nadie se da por aludido, luego, nadie se enfada ni se pone en tela de juicio la conducta o respuesta de ese inanimado. Habría que ser un genio como Cervantes para crear unos personajes que, como Quijote y Sancho, no ofendieran y nadie se diese por aludido con sus reacciones a veces grotescas y ridículas, pero… ¿Quién se considera un loco y fantasioso o un voluntario escudero sin salario, analfabeto, gordo y feo? Nadie. Todos tenemos un elevado concepto de nosotros mismos y aun en el más sincero y objetivo de los casos, siempre acabamos mirando por encima del hombre a aquella pareja de descerebrados.
¡Vaya rollo que te he contado, amigo Quique! Creo que se me nota mucho el confinamiento, jejeje.
Mil gracias por leer y por tu generoso comentario.
Un abrazaco.