207. EL VILANO, de Vilano
Era octubre, soplaba viento del sur. Ese viento caliente que consigue que algunos corran, otros se escondan y muchos pierdan el juicio. Y todo se tiñó de naranja. El aire se enrareció, se hizo más pesado e irrespirable. Una noche de humo en la mitad de la tarde ensombreció el hayedo. En unas horas el mosaico de colores se transformó en gris. Cientos de años convertidos en humo y ceniza.
Miles de vilanos recorren la distancia entre la vida y la muerte montados en la brisa. Tardan meses en renacer. Volverán a vivir. Hoy el primero ve la luz, comienza a respirar. Apenas un punto claro destacando sobre la oscuridad, una estrella en el suelo. Comienza la colonización, este primer vilano es el punto y seguido en la biografía del hayedo.