21. Tempo di Rock
María, zapatos negros de hebilla con calcetines de punto hasta el tobillo; falda plisada por encima de la rodilla, ni demasiado larga ni demasiado corta; camisa blanca metida por dentro, bien abotonada hasta el cuello y dos coletas terminadas en lazo con la raya perfecta dividiendo en dos la cabellera. El ritmo de su vida, con el violonchelo apretado entre sus muslos, lo marcaban el dos por cuatro de las marchas, los tres por cuatro de los vals y algún atrevido nueve por ocho de Wagner o Bach.
Hasta que llegó Jaime, el repetidor, con los vaqueros rotos, la camisa por fuera y el pelo cayendo sobre la frente mientras mueve la cabeza al son de Dream Theater, Pink Floyd y Led Zeppelin.
Ahora, el único ritmo que sigue María es el trece por dieciséis de las mariposas en su estómago.
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Como homenaje a la música, y como forma de comentario alternativo, quiero compartir con vosotros una canción que esté relacionada con algún aspecto de vuestros relatos. Espero que te guste la que he elegido para el tuyo.
JOAN JETT & THE BLACKHEARTS – I love Rock’n Roll
https://youtu.be/iC8oP4Z_xPw
Muchas gracias, Rafa! Muy adecuada tu elección 🙂
El amor es esa sensación mágica que niega toda lógica. Tu protagonista, acostumbrada a una imagen y a un ritmo muy medidos, ve tambalearse todas sus costumbres y preferencias vitales cuando aparece en su existencia un individuo con el que, en principio, no habría de congeniar, pero la objetividad no tiene espacio cuando gobiernan las mariposas interiores.
Un relato simpático y bien construido.
Un abrazo y buen verano, Marian. Suerte
Hecho con amor.
Hola. Asi que 13×16, ¿eh? – vaya, vaya… una música de verdad por aquí, no me lo puedo ni creer. Y seguidora de Portnoy, Petrucci, Rudess y compañía (aunque a mí me molaba mucho Sherinian), aunque no pillo lo de PF y LZ, pero bueno, imagino son una licencia poética.
¿Me harías un pequeño favor? Echa un ojo al vídeo este que te paso. Creo que te va a encantar, tiene mucho que ver con tu texto:
https://www.youtube.com/watch?v=sdAnGpUcxhE
Y mucha suerte. Este relato es de los que gustan aquí, estoy convencido te irá bien con él.
El primer adjetivo que se me ocurre a la hora de calificar este relato es «primoroso», o sea, hecho con habilidad, cuidado o (en este caso y) delicadeza. Es una bonita historia de contrastes en el que la protagonista descubre que su vida es más plena siguiendo el nuevo ritmo que le marcan las mariposas de su estómago. Mucha suerte, Marian.