40. El gran escenario (Gemma Llauradó)
La vida es el escenario más inmenso en el que nos encontraremos jamás… Un teatro donde los paisajes no son de atrezzo. Un decorado que varía a cada minuto, que se llena de actitudes, gestos, retos, palabras, silencios, lágrimas, sonrisas, sueños, sentimientos y esfuerzo… En definitiva, de un sin fin de ingredientes que ornamentan y potencian el desarrollo de toda nuestra obra.
Un lugar en el que nada está inventado y todo queda por descubrir. Dónde siempre hay cabida para nuevos diálogos, donde el guión puede sufrir reiteradas modificaciones y los actores pueden ser reemplazados. Allí donde las ideas y las palabras se acompañan de gestos y miradas, donde la luz se enciende y se apaga, donde la música es el acompañamiento.
Y allí, delante de ese colosal escenario, está toda la gente que forma parte nuestro entorno, de nuestro día a día, aquella que estimula capacidad sentir, despierta nuestra sonrisa y activa nuestra felicidad. Toda esa gente que son nuestros espectadores, aquellos dispuestos a pagar la entrada que da acceso al gran escenario de nuestra vida.
La vida es un escenario, más bien, es el escenario, como bien apuntas, que cambia de decorado continuamente, como también de argumento y actores, nosotros mismos dejamos de ser el personaje que interpretamos en función de cómo actuemos, aprendamos, evolucionemos o nuestro cuerpo se degrade.
No existe una escenografía mayor dentro de una misma obra de teatro con guion abierto a cada minuto que transcurre, y sin un apuntador fiable que nos guíe si en algún momento titubeamos.
Un relato sobre ese reto que hemos de afrontar, que a veces se nos hace cuesta arriba, otras lo sufrimos o lo disfrutamos, pero siempre resulta apasionante.
Un saludo, Gemma