86. Una noche de verano
En el campo el cric-cric de los grillos se confunde con el lamento de los cárabos, el ulular del autillo o el croar de las ranas de una charca.
La tranquilidad se respira en esta noche de agosto. Un cielo despejado exhibe orgulloso sus constelaciones. En una calle cualquiera de un pueblo manchego, los vecinos tras la cena, lo contemplan dormitando en sus hamacas.
Un avión surca la negra bóveda celeste. Dentro acoge decepciones, ilusiones, sueños de encuentros o comienzos de una nueva vida.
A cientos de kilómetros, bajo ese mismo cielo, dos enamorados refrescan sus cuerpos en un inmenso mar. Acariciados por la espuma, con besos de sal, danzan entre las olas al son de una melodía de sirenas.
El calor es sofocante; un bebé llora, la madre primeriza, aún no sabe si llora por hambre, porque está mojado o porque el calor no deja que concilie el sueño. Lo acerca a su pecho, el silencio vuelve a reinar.
Mientras, en un pueblo cualquiera, están celebrando las fiestas patronales. Música, luces, risas…
…en la carretera acecha el peligro: gritos, llantos… en Urgencias luchan por retener una vida.
En el cielo cruza una estrella fugaz.
El mundo es grande y diverso, todos interpretamos un papel en un momento dado, como lo demuestra tu relato y en la línea de Calderón y su «Gran teatro del mundo». Al mismo tiempo y en diferentes lugares, que no tienen por qué ser demasiado distantes, pueden suceder escenas llenas de contrastes, que vayan desde el placer a la ternura o el drama.
Yo te deseo lo mejor en ese escenario abierto que va a ser 2021.
Un abrazo y suerte
Felices fiestas, espero que para ti y los tuyos hayan sido así las pasadas y la de la ilusión que queda por llegar.
Este texto como tú y Ángel coincidís está lleno de contrastes, pero también es muy real como el día a día.
En una conversación acerca del dichoso virus y sus consecuencias alguien dijo que para él el año pasado fue peor pues perdió a dos familiares. Cada cual ve su problema como ser individual, cada cual tiene sus propios límites en cuanto a lo que sucede alrededor, pero todos somos parte de una rueda, hoy reímos mañana…
Un besazo y mis mejores deseos para este 2021
El mundo es grande y a la vez es un pañuelo. Todos estamos en un mismo engranaje. Una veces nos toca reír, otras llorar. Dice el proverbio que «El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo».
Yo también te deseo, para este año que hoy ha comenzado, lo mejor del mundo. Que se cumplan tus sueños e ilusiones y que tengas felicidad. Un abrazo.