92. BILLETES
Te duelen las manos por el frío, ¿qué esperabas en una estación de autobuses en Burgos en diciembre? Menos mal que te has puesto dos camisetas por debajo, que tienes un calefactor viejo y que con el lío que hay de gente tienes que estar concentrada para no confundir los billetes. Estos de ahora van al pueblo pero los dos anteriores iban hasta Madrid para después volar a Sídney. Ya te gustaría a ti viajar a Australia, a ver los canguros y el palacio ese de la ópera. O lo que sea. Te conformas con ir a Málaga como los cuatro chavales del bus de las nueve. De Málaga sabes poco pero te imaginas tomando una cervecita en una terraza disfrutando del paisaje… Uno para Donostia, en el bus de las tres y media. El golpe en la ventanilla te ha sacado de tu ensimismamiento andaluz pero ya te has ido a la playa de la Concha. Y allí te quedas un rato, hasta que te pidan el próximo billete, disfrutando del olor a sal que te llega del mar aunque desde tu ventanilla solo se vean autobuses, humo de tubo de escape y gente con maletas.