51 ADOLESCENCIA ESTELAR (Belén Sáenz)
La estrellita Albanza titila tímidamente cada vez que el rubio Saturno se pasea por la Vía Láctea con su séquito de satélites. Le ama y, rendida al poderoso influjo de la gravitación, se está quedando afónica de luz propia. Hoy ha intentado espolvorearse con brillantina para colarse en su órbita, pero Titán la ha expulsado de un soplo fugaz. Su nodriza la luna, vieja consejera en amores contrariados y emparejamientos provechosos, la cubre con besos de chispas fugaces y canta nanas con voz de plata para adormecer su pena. Pero Albanza se apaga a causa de un anhelo palpitante que no comprende, doloroso como el vértigo de una implosión. No le queda otro remedio a Selene que conjurar en su cuerpo celeste un revuelo de las mareas, la esencia de todas las mujeres. Recurre a su cara oculta y, en fase menguante, se deshila en espejos de hielo para amamantar a su lucero. Antes de diluirse como una gota de leche en el firmamento pronuncia el vaticinio: Será tuyo esta misma noche. Pero ten mucho cuidado, perla mía —le previene con un guiño—. No será fácil lograr que ese truhan deje caer alguno de sus anillos.
Ni el mismo Eros habría sido capaz de tejer tan bien esta historia de amor. No faltan mitos ni estrellas y, seguro, que con Selene como alcahueta, este galán tan rubio, dejará caer al menos uno de sus redondos tesoros en el dedo de la pequeña Albanza. Gracias por ofrecernos este relato cósmico. Mucha suerte sis!!!
Besosssss!!
Bellísima historia de amor astronómico. Me deslumbra el brillo apagado de esa estrellita enamorada. Mucha suerte, Belén. Besucos.
Si atracciones y cortejos son habituales en toda la naturaleza, es de esperar que también se hallen presentes en el espacio exterior, dentro del universo donde todo está englobado.
Ya sea a nivel galáctico o en el entorno más cercano, las inclinaciones, acercamientos e indiferencias, forman parte del juego. La Física tiene sus leyes, de las que nadie puede zafarse. Solo queda desear que Saturno corresponda y tenga a bien compartir uno de sus anillos.
Un planteamiento original, Belén.
Suerte y un abrazo
Qué doloroso el amor no correspondido, así sea el de una estrella que, pena mediante, va perdiendo su brillo… Me encantó esa luna hechicera amamantando a su perla, su lucero, con espejos de hielo… Ojalá que se le cumpla el vaticinio.
Un micro triste, pero cósmicamente hermoso.
Cariños,
Mariángeles
Si el amor en la adolescencia terrenal es complicado, a escala planetaria debe ser un verdadero Big Bang. Belén, me ha encantado tu historia, mucha suerte para ella.
Un beso.