31. Por una manzana (Josep Casals)
Culminada la creación del mundo, Dios dedicó el domingo a descansar. Al atardecer, le apeteció acercarse al vergel que cultiva junto al jardín del Edén para comerse la manzana. Era la más grande y bien formada del árbol y la había dejado para que madurara natural y así alcanzara el punto justo de aroma, textura y sabor.
Pero la manzana no estaba.
¡Malditos! El rostro se le tiñó de morado. Las venas de las sienes parecían ciempiés a punto de reventar. Se lo había advertido, ¡me había fiado de ellos! Los ojos, muy abiertos, eran como mapamundis surcados por ríos y afluentes rojizos.
Se dirigió a la oficina del Centro de Creación dando bastonazos a cuanto hallaba a su paso. Encendió el ordenador. ¡Ahora verán! Resoplaba sentado en el borde de la silla; la mano derecha crispada sobre el ratón. Abrió el fichero “Creación” en modo edición y empezó a teclear con furia. Insertó guerras y pandemias, el dinero, la política y las religiones; noches frías, días negros, drogas duras y palabras vacías; accidentes de tráfico y pesadillas, la mala suerte, incendios, violaciones, hambre, inundaciones… Finalmente, empuñó de nuevo el ratón, clicó en “Guardar cambios” y a continuación sobre “Ejecutar”
Igual que la curiosidad hizo que Pandora desatase todos los males del mundo con solo abrir una caja, Eva, en connivencia con Adán (no es justo achacarle todo a ella en exclusiva), también incurrió en algo similar con tan solo una simple manzana. Se sabe cómo empiezan las cosas, pero no como terminan.
La supuesta debilidad humana parece la causante de consecuencias indeseadas, pero tu relato deja caer que a ruptura del idílico edén se produjo, en realidad, más bien por la ira no controlada, a la vez que vengativa, de un ser omnipotente y en teoría perfecto, que en la práctica no lo fue tanto.
Una versión modernizada del Génesis, con el enfado divino y excesivo como ingrediente principal.
Suerte y un saludo, Josep
Gracias, Ángel. Muy acertado tu razonamiento. Yo pienso que, visto como está el mundo, algo así debió pasar.
A lo mejor no se dio cuenta de que la tenía con solo abrir el ordenador, eso sí con un mordisquito de nada.
Uf!, qué poca paciencia, no hay que ponerse así que luego pasa lo que pasa.
Me ha encantado. Felicidades
Muchas gracias, Virtudes. Tienes razón, luego pasa lo que pasa.
Ja, buenísimo.
Jo, gracias, Pablo.
Enhorabuena una manera muy original de describir lo que es un ataque furibundo de ira y con visos de ser una gran verdad que aunque pueda no serlo lo es.
En efecto, Juanma, una gran verdad que aunque pueda no serlo lo es. ¡Gracias!
Josep, me ha encantado esta original versión del Génesis 3.0. Enhorabuena!
Rosalía, gracias. Te leo.
Me ha encantado. Siempre disfruto leyendo historias sacadas de tiempo o lugar y esta tuya está muy bien sacada y contada. Has presentado un maravilloso Dios iracundo. Suerte y abrazos, Josep.