56. Soñar el encuentro – Calamanda Nevado-
En realidad no había necesidad de ponerse así. Pero la casa no estaba acondicionada. Sin sofá, ni sillas. Sin luz eléctrica. Las paredes dibujadas de lagartos. Los techos de serpientes, pájaros, flores y hojas como detalle artístico. Apareció de pronto con los brazos y tobillos adornados con plumas, pronunciando mí nombre y alargando las vocales. Llevaba atados alrededor de la cintura diversos objetos artesanales. Me tendió las manos, sonriente, y me atemoricé. No se parecía a lo que había pensado encontrar, ni en sueños.
Se puso a bailar solo, frente a mí. Cuando cesó, me ofreció una bandeja llena de piedras, dijo. “Elije una”. Se me puso la carne de gallina a pesar del calor. Me sonaron las tripas y vi todos los guijarros iguales. Mira que desee que alguno brillara o pareciera especial. No llevaba bolsillos para guardarlo y me lo metí por el escote. Entonces ordenó. “Nos vamos” ¿Adonde? Pregunté. A ver el cambio de luna. Eso no sonaba divertido. Quedé parada mirándolo. Tienes un peculiar sentido del humor. Murmuré. Me sentí víctima. Parecía un desconocido. Di gracias por dejar el billete de vuelta del avión, en el hotel. Vocee en distintas lenguas hasta quedar afónica ¡Idiota, idiota!
Tal vez no haya peor enfado que el que se puede llegar a experimentar con uno mismo. Tu protagonista lamenta profundamente el berenjenal en el que se ha metido, enojada hasta el punto de insultarse, preguntándose cómo no pudo prever y evitar una situación tan incómoda.
Los sueños, ilusiones incluidas, no siempre se corresponden con la realidad, pero a veces no queda más remedio que practicar prueba y error.
Esa cita inesperadamente grotesca ha de terminar alguna vez, el enfado también. Seguro que de todo ello, ya calmada, sacará alguna enseñanza, porque de todo se aprende, de los errores quizá más.
Un abrazo, Calamanda. Suerte
Por favor, pero cómo le pasan esas cosas a tu prota. Confío en que aprenda un poquito.
Besos y suerte con tu historia!!
Ángel, hola, vaya que si se aprende de los errores. Y una vez admitidos hasta pueden resultar divertidos y ayudarnos a conocernos mejor. Angel, enhorabuena por tus trabajos, relatos de abogados, y tu sensibilidad. Gracias. Suerte en tus cosas y abrazosss
Perdón, le he respondido a Ángel, #cachisenlamar
Gracias Towanda. Esta chica parece que ha pecado de ilusa. Como dice Angel; aprenderá. Abrazossss
Me gusta el extrañamiento inicial en el que nos ha metido tu protagonista. Nos ha llevado a su sueño. Pero algunas veces, los sueños incumplidos o tergiversados producen un choque mayor cuando llega la realidad. Pero es tan bonito soñar… De todas formas, seguro que saca alguna enseñanza. Suerte y abrazos, Calamanda.