29. LA NOVIA
Hacía poco más de un mes que habían comprado esa destartalada casa. Subían al desván los muebles antiguos para que no se estropearan hasta terminar la obra.
Eran solo las 6 de la tarde, se habían quedado sin luz, así que Pepe salió a buscar un electricista. No pasaron ni 10 minutos cuando el cielo se tornó gris, se oyó un gran trueno, seguido de una nube de piedra que empezó a descargar toda su furia sobre la casa. Los rayos de vez en cuando iluminaban la tétrica sala.
María oyó claramente como la llamaban, era una voz dulce de mujer que decía:
-¿Qué haces María? ¿Por qué has quitado mi espejo? Mira, me he puesto el vestido de novia.
Al volverse, vio un traje de novia, pero sin rostro, vacío, sin alma…
Le tembló todo el cuerpo desmayándose. Todos pensaron que se debía a su embarazo.
Al día siguiente subió al desván y allí estaba el espejo, al acercarse vio horrorizada el reflejo de un vestido de novia, pero esta vez sí tenía rostro, era el suyo. Noto como volaba hacia el balcón y caía. Oyó risas, palmas…
El pueblo murmuraba, la casa maldita se lleva otra novia…
Necesitamos tenerlo todo muy claro, definirlo y encuadrarlo dentro de parámetros conocidos. Cuando un suceso escapa a nuestra razón, a la lógica en la que nos manejamos, pasa al terreno del misterio, no puede ejercerse sobre él ningún control.
Los sucesos desgraciados, al tiempo que enigmáticos, que ocurren en esa casa, es lógico que alimenten temores colectivos y leyendas. A la hora de buscar un hogar hay que tener en cuenta toda la realidad que la rodea, incluida lo que no aparece en ningún informe, pero está muy presente.
Un saludo y suerte, Alicia