Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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10 AÑOS ENTC: PULSIONES


Esta es la convocatoria de celebración de 10 AÑOS ENTC.

En esta entrada del blog tenemos el vídeorrelato

PULSIONES, de Modes Lobato

Ganador de la 6ª convocatoria ENTC en el año 2016.

 

Solo podrán participar los usuarios o participantes de ENTC a lo largo de sus 10 años.

La participación en el concurso será posible a través de  este formulario desde el que se enviará el relato y el seudónimo correspondiente. La organización se encargará de publicarlo debidamente firmado con el seudónimo que nos indique en un plazo de 24 horas.

El relato será INÉDITO de un máximo de 150 palabras (sin contar el título) y tendrá que enviarse antes de las 23 horas (hora peninsular) del DOMINGO 23 DE ENERO DE 2022 cumpliendo estas dos condiciones:

 

CONDICIONES

    • 1 El relato responderá a una composición libre, pero deberá mostrar claramente algún vínculo en el tema, trama, personajes o ilustraciones que podéis ver en el vídeo superior… dicho de otro modo, se mostrará claramente inspirado en parte o todo este videorrelato.
    • 2. En el título o dentro del texto del relato participante debe insertarse un fragmento literal de al menos 4 palabras extraído del relato del vídeo. No se permite variación de tiempo, género, número, ni orden… LITERAL. DE 4 PALABRAS MÍNIMO. Este fragmento, para que sea fácilmente identificado por el jurado… TENDRÁ QUE APARECER EN MAYÚSCULAS.

 

Consultadnos cualquier duda. Revisad bien el texto antes de enviarlo porque, una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.

A finales de enero de 2022, el autor del presente videorrelato elegirá entre todos los presentados en esta publicación un relato que participará como FINALISTA para el concurso 10 AÑOS ENTC.

El fallo final del concurso se dará a conocer durante la celebración del 11 ENTCUENTRO celebrado en Arzúa en el próximo mes de marzo.

21 Responses

  1. JAMS

    DOBLE CONDENA, de Castell

    MI HIJA OLÍA A PAN. Y a manzanas rojas de la feria. A goma de nata, a colonia de cereza y cometas volando. Y se reía siempre como si te salpicara agua en verano. O te lanzaras desde un trampolín.
    Pero eso era antes de que la vida fuera todo esto que nos queda sin ella. Ahora su aroma se diluye y en su habitación solo huele a acero. Sin su risa, se están descoloriendo los juguetes y, en el edredón, los flamencos rosados hoy son como buitres al acecho.
    Su madre y yo, en la mesa, nos sentamos uno junto al otro, para no comer frente a frente sin ver otra cosa que no sea la derrota que nos dejó en los hombros. Para no enfrentarnos al desasosiego de nuestras bocas, al desvelo de no vengarnos ni tenerla, al menos, reposando dentro del nicho al que le llevamos flores.

  2. JAMS

    EL TRAUMA, de Ladybug

    Se metió ESA TARDE DENTRO DEL saco de los secretos con sus amigas la soledad y la tristeza, y se construyó un corazón de cemento y lo emparedó entre la ternura y el afecto. Dejó de ser la princesa en su casa y un amor de chiquilla en el colegio. Se convirtió en la criatura más huraña del barrio. Cascarrabias fue su apodo en sus continuos cambios de empleo.
    A nadie le contó su pena. Su angustia ante un suspiro, un resoplido, el simple gemido de un perro. Para ella todo eran jadeos. Los llevaba tatuados sobre sí. Siempre consigo.
    Le pasa desde que siendo una niña su mamá se casó con otro papá.

  3. JAMS

    EL ESCLAVO, de Bwana

    Ni él mismo sabe sus años. «Sesenta, o setenta», sonríe a sus nietos cuando se arremolinan a su alrededor para que les cuente historias. A menudo piensa que ya debería estar muerto, pues no fueron pocas las veces que a punto estuvieron de llevárselo consigo los espíritus de sus antepasados.
    Los niños escuchan, muy callados, su relato. Cuando de un machetazo le fue amputado un brazo en la primera plantación donde fue vendido; cuando el siguiente amo le abrasó ambos ojos con un hierro de marcar caballos; cuando le dejaron toda una noche desangrándose tras recibir cien latigazos. Pero su preferida es la de cuando EL PATRÓN TUVO HAMBRE, arrastró a la orilla del río a una esclava de trece años, hincó sus colmillos y garras en los tiernos pechos y nalgas y el abuelo, de un garrotazo a ciegas, lo mandó al fondo del Mississippi, donde nunca lo encontraron.

  4. JAMS

    AMARGA ESPERA, de Matilda Johnson

    Le había pedido que no le vea pero me había vuelto a desobedecer: anoche MI HIJA OLÍA A PAN, a queso y uvas. Ya una vez empuñé la hoz para salvarla, cuando niña, nunca le dije qué nos empujaba a salir de aquel pueblo a toda prisa; y ahora, que camino inseguro apoyado en un bastón, que solo me quedan las palabras para defenderla: no me escucha. Impotente no me atrevo a decirle que en la taberna ya se han empezado a cruzar apuestas sobre cuándo caerá en las manos del señorito o el tiempo que este tardará en cansarse de ella.
    Si le cuento lo que he oído, las chanzas y risas, las razones por las que he dejado de ir a la cantina, me arriesgo a perderla; y después, cuando se sienta rota y sola, ¿quién la consolará, estará a su lado y le dará fuerzas?

  5. JAMS

    DAD DE BEBER AL SEDIENTO, de Lirio

    Hola, cerdo. Veo por tu cara que me reconoces y no sabes cuánto me alegro de que sea así. Estaba deseando que llegase este momento. Por hombres como tú merece la pena cumplir cada encargo, y cuando os encuentro siento cómo LA PIEL DE MI cuerpo se eriza de pura satisfacción. Sí, hombres como tú, asesinos, maltratadores, violadores habéis conseguido, y mira que era difícil, pudrir mi corazón, que ya solo tiene ganas de vengarse.
    Y mi guadaña, sed.

  6. JAMS

    ALIVIO, de Bartleby

    Aquella tarde EL PATRÓN TUVO HAMBRE. Ya preparaba el horno cuando llegaron los de Servicios Sociales y se llevaron a mi pequeño. Se tuvo que conformar con la guarnición.

  7. JAMS

    EROS Y THANATOS, de El Principito

    La hija del capataz se cartea con un jornalero DEL CAMPO DE TRIGO.
    Apenas se ven, ni pasean, ni se besan…Pero no les importa porque les basta con el placer que encuentran en sus letras.
    Hay un amigo del jornalero que se encarga de llevarles las cartas.
    Por el camino siempre las lee, satisface sus pulsiones con el apasionado cruce de misivas en el que tres empiezan a ser multitud.

  8. JAMS

    HEAVYS, de Beltraneja

    Y MI HOZ, SED canturrea mientras improvisa unos acordes en la guitarra. No sabe por qué, pero se ha despertado con esa frase rondándole en la cabeza. Es la hostia, con esas dos “z” tan afiladas que parecen cortar, aunque no está muy seguro de la segunda. Pero, ¿Qué historia puede inventar para ese estribillo tan potente? ¿Una revuelta sanguinaria de campesinos contra el patrón, en plan social? ¿o un espíritu que vuelva del más allá para vengarse, estilo gótico sobrenatural?
    Se le está haciendo tarde, así que se quita el pijama de ositos, se embute en los pantalones “marca paquetón” y en la camiseta de calaveras, después va a la cocina, apura el cola-cao que mamá le ha preparado y marcha al garaje donde le espera la banda. Van a flipar.

  9. JAMS

    IMPULSO, de Carballo

    Esa tarde el campo olía a heno y a uva, todos retozaban sobre la hierba, a la espera de las órdenes del patrón.
    Luego los adultos nos fuimos a vendimiar mientras los adolescentes y los más pequeños permanecían en la hacienda bajo el cuidado de algunas mujeres.
    Cuando regresé LA PIEL DE MI HIJA OLÍA A PAN, a sudor y a hombre.
    Yo desconfié del hijo del patrón. Era el único que estaba autorizado a acercarse al horno.
    Preso del terror y de un arrebato, en ese instante se me nubló la razón.
    Cogí la hoz y todo se transformó en el color de la sangre.

  10. JAMS

    MAGIA, de Rizzitos

    ESA NOCHE DENTRO DEL circo no había nadie, las taquillas desiertas, la gran puerta estaba abierta. Decidió entrar. Entonces escuchó unos golpes y se encaminó en esa dirección. Por fin detrás de un tiovivo a medio instalar descubrió un…la verdad, no sabría cómo describirlo…nunca había visto algo semejante.
    Parecía un carromato de madera no tratada circular. Al lado se encontraba un enorme payaso descolorido que tampoco pudo reconocer. Se oyó una gran carcajada, justo cuando el payaso tomaba intensos colores y lucía una enorme y roja nariz.
    El circo se inauguró esa noche y Aurora desapareció para siempre, el patrón del pueblo clausuró el circo tras 10 años abierto.

  11. JAMS

    MENTIRAS, de Doña Urraca

    Tenías hambre.
    — La mies es mucha, pero los obreros pocos —dijo el patrón.
    — El jornal no llega a cubrir nuestras mínimas necesidades.
    — No solo de pan vive el hombre.
    — Estoy extenuado.
    — Ora al Señor de la mies para que envíe prosperidad.
    — Nuestras familias han tenido que emigrar —replicaste con un tímido gesto de ira que ensombreció tu rostro.
    — Busca quien te ayude. Deja que los niños se acerquen a mí —dijo Jesús—, suyo es el Reino de los Cielos, y yo les ayudaré a alcanzar el futuro.
    — Tenemos hambre. Mi hija tiene que comer ahora en este reino.

    Y tu hija tenía hambre.
    — No puedo más.
    — Si tuvieras fe como un grano de mostaza, dirías a ese monte «Pásate de aquí para allá, y se pasaría, y nada sería imposible».
    — Tenemos hambre.

    Y EL PATRÓN TUVO HAMBRE.
    — Mándame a tu hija, que le dé de comer.

  12. JAMS

    LA MALA DIGESTIÓN, de Wenceslao Izquierdo

    Cuando EL PATRÓN TUVO HAMBRE, los jornaleros pararon sus tajos y compartieron como siempre su comida con él. Malvado y desconfiado, hacía probar su plato a un zagal; hoy, por fin, le tocó al huérfano suicida.

  13. JAMS

    CUIDADO CON LAS MANOS QUE VAN AL PAN, de Onírica

    Que LA PIEL DE MI HIJA OLÍA A PAN tierno aquella mañana de domingo. Es lo primero que dijo el patrón al llegar de invitado a nuestra finca. Y de eso entendía un rato, ya que era el dueño de varias panaderías. Que mi hija estaba muy crecidita y se cimbreaba como las espigas de trigo. Así lo expresó, demostrando que también cultivaba la poesía.
    Después de comer y varias copas se sintió como en su casa. Todos le reíamos las gracias. Hasta que su mano se equivocó de camino y tropezó bajo el mantel con el muslo de Susana. El pie de ella fue certero y el dolor del patrón en sus partes pudendas, cierto.
    Se marchó sin halagar, ni en prosa ni en rima, la puntería de Susana.

  14. JAMS

    TONALIDADES, de Andrómeda

    Tu cuello, con las venas hinchadas por una cólera irracional basada en falsas acusaciones, grana.
    Mi hombro, tras ser golpeado con una silla que se partió sobre él, morado.
    LA PIEL DE MI HIJA, habiendo recibido el impacto de la pata que salió despedida, irá palideciendo hasta asemejarse a la caja que la contiene.

  15. JAMS

    SALVAGUARDIA, de Procrastinator

    De niña observó que los ojos de los hombres centelleaban al mirarla. En sus entrañas arraigó la idea de que poseía un arma poderosa.
    Aquel día solo tuvo que insinuar el alimento de su cuerpo Y EL PATRÓN TUVO HAMBRE. Sabía que su padre, de temperamento impulsivo y celoso, anegaría su lujuria de rojo. Ahora fermenta su maldad en la cárcel. Por fin su madre y ella vivirán sin miedo. Y desnuda ante el espejo sonríe.

  16. JAMS

    FALTABAN CURAS, de Agüerojero

    Don Jesús vino de Venezuela. Decían que ella era su hermana viuda. LA PIEL DE MIguel, el sobrino, lucía el mismo lunar en la mejilla. Algunos decía que se parecían hasta en la tonsura.

  17. JAMS

    CAROLINA EN UN INSTANTE, de América

    ESA TARDE, DENTRO DEL coche esperé que oscureciera para acercarme a tu puerta.
    Abriste sin pensar, sin esperar encontrarte con esta mujer bajita y cargada de decisión. Te miré sin bajar el arma. Entonces percibiste la sangre caliente empapando tu camiseta de Bob Dylan. Pensaste que ibas a morir. Yo también lo pensé. Por eso, antes de que fuera tarde, justo antes de que te desplomaras, pronuncié el nombre de Carolina. Me miraste sorprendido, hasta que lo entendiste todo.
    Era mi hija, expliqué, pero tú ya lo sabías. Empezaste a derramarte hacia el suelo. Nuestros ojos se encontraron. En los míos, una niña de rizos, con la boca llena de risas, creciendo hasta convertirse en mujer. En los tuyos, esos mismos rizos atrapados entre tus dedos y la misma boca repleta de gritos ahogados. Luego, los cerraste.

  18. JAMS

    PRODUCTO MEDICINAL, de Carlos

    ESA TARDE, DENTRO DEL ascensor, la cogió de la mano y se la acercó a la bragueta. Lo miró sin remordimiento y vio cómo crecía su excitación. No quiso mirar de nuevo. Sacó entonces su armónica y recordó que poseía la medicina de la música. Con ella había roto a muchos abusadores y rendido a los más verdes.

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