63. DESEOS INALCANZABLES
No se cansa de repetirle a sus hijos cuando le dicen que está vieja, que ya es una abuelita: «Sí, pero una abuelita sin nietos. ¡A ver si espabiláis, cogéis una novia y me dais nietos!».
Pero nada, como quien oyera llover…
Y es que ya se ha visto a si misma mirando con envidia en los parques a los abuelos que pasean y juegan con sus nietecillos.
Ahora- piensa- cuando ya sus hijos son jóvenes que apenas necesitan sus cuidados, echa de menos a quien cuidar, a quién dedicarle todo el amor que aún lleva dentro.
Y es entonces cuando se observa pensando en alto, ¡cuánta alegría sentiría oyendo las risas y juegos de los niños! mientras los que pasan a su lado la miran desconcertados.
¡Seguro que hasta se olvidaría de sus incipientes achaques!
Es cierto, lo vemos en muchas familias, cómo sacan fuerzas de donde no parecía haberlas para correr, agacharse, tirarse en el suelo, jugar y malcriar, sobre todo malcriar. Algo tendrá esa continuidad que a tantos abuelos inspira. Tal vez la extrema juventud de los nietos que supuran vida por todos los poros traspasa algo de energía a los abuelos. Suerte y abrazos, Gloria.
Muchas gracias, Rafael. Tienes razón. Creo que esa energía inacabable, esa alegría infinita se traspasa de forma mágica a los abuelos, quienes al lado de sus nietos parecen revivir de nuevo, sacando fuerzas de donde creían que ya no existían. Entonces recuerdan cosas de su infancia que quieren comentar y compartir con sus nietos, mientras sonríen felices.
He de confesar que me encantan los pequeñajos, creo que tenemos mucho que aprender de ellos, además de no olvidar a la criatura inocente y limpia que fuimos y conservamos dentro.
Donde hay niños hay alegría y son un regalo, está claro. Ya sabemos que hay personas que no les gustan, como también hay quien desprecia la Capilla Sixtina, tiene que haber de todo.
Comprendo a tu protagonista, pero cuando las cosas dependen de terceras personas, no solo de uno mismo, no queda otra que conformarse. Hablar solo por la calle puede ser un desahogo y ya no es algo tan raro; con la tecnología actual resulta corriente. Supongo que siempre puede buscarse una opción, como ayudar a niños necesitados, a los ingresados en hospitales, para que esos «deseos inalcanzables» no lo sean tanto.
Un abrazo y suerte, Gloria (y a terminar bien el año)
Muchas gracias, Ángel. Te deseo lo mismo. Yo lo terminaré teletrabajando la Noche de Fin de Año. Sí, tienes razón, siempre existen esas opciones para disfrutar de esas opciones. Un gran abrazo y que 2022 venga venturoso. Deseo también que 2021 se lleve al Covid, que ya ha enredado mucho. Besos mil.😘🤗🤗🤗