25. Ella y Él no son Uno
Aún llevaba trenzas cuando le conoció. Él era un hombre veinte años mayor, muy vivido que la engatusó demasiado pronto. Aquel matrimonio sólo fue una historia de amor para ella, él adquirió una nueva posesión y en poco tiempo amplió su capital con cuatro hijos.
Ella , joven, alegre, enamorada y volcada en su familia. Él serio y circunspecto creando un halo de temor disfrazado de autoridad, obligando a sus pequeños a tratarlo de usted siguiendo sus estrictas reglas para todo. Y en medio de todo unos celos enfermizos (cree el ladrón que todos son de la misma condición), un mujeriego empedernido que desconfiaba de la mujer que encadenó a su vida con una alianza de boda hacía ya casi diez años.
Aquella gélida mañana de enero no pudo más y se subió a un tren hacia Madrid, los niños estaban en el colegio y luego los recogían los abuelos para pasar la tarde; su marido hacía noche en el camión. Sería el comienzo de una nueva vida…no contaba con que los cuatro hilos tensores de su vida la impulsarían a comprar un billete de vuelta.
Nadie se enteró.
Esperaría un tiempo y volaría, aguantar ya no era una opción.
Dos personas se relacionan, surge una chispa especial y se unen. A veces esa relación perdura, se comparten muchas cosas, defectos y virtudes incluidas. El problema no es la diferencia de edad, sino el intento de una de las partes de dominar a la otra, un defecto que degenera en obsesión dañina.
Tu protagonista tomó la decisión de comenzar de nuevo, tan respetable como justificada, como responsable fue la determinación posterior, resignada, de ocuparse de esos cuatro inocentes que la necesitaban, un paso que mantendrá latente hasta el momento adecuado.
Un relato sobre inicios que se malogran y otros aplazados, con vistas a un futuro de liberación y esperanza.
Un abrazo y suerte, Ana
Gracias como siempre por tu comentario. En las historias de amor no siempre influye la edad pero la experiencia también es un grado en las mentes dominantes y obsesivas. La juventud en cambio responde al impulso y ella descubrió que era capaz, solo tenía que preparar «su «momento»
Un abrazo grande