13. Una plaza con solera (Javier Igarreta)
La plaza nació como triángulo trapezoidal. Un aborto del urbanismo, junto al río. En la antigua huerta de las monjas. Algún cronista incluye un cementerio. Un aluvión de gente de pueblo dio sentido al descabellado proyecto. Los balcones se llenaron de flores y pájaros enjaulados. Una ajustada metáfora del agridulce sinvivir del animado núcleo poblacional. Después daría paso a un abigarrado microcosmos, en consonancia con la heterogénea procedencia de sus nuevos moradores. “Demasiado cambio”, decía una vecina de enfrente. Siempre me chocaron los ademanes ceremoniosos con que acariciaba a su gato sobrealimentado. Alguien me comentó de su afición al esoterismo.
Hoy me despertaron unas luces oscilantes, la ambulancia, pensé. Asomado a mi ventana vi coches de policía. Ayudados por los bomberos accedieron a la vivienda. La señora había activado su alarma, pero no estaba allí. Tampoco el felino. De pronto, alguien la vio encaramada en una lámpara. Reducida a su mínima expresión emitía un ultrasonido que aumentaba de intensidad al chocar contra la ventana. Amparada en el secreto de sumario volvió a su ser. El felino salió de su encierro. Aún pasean al anochecer junto al río. Ella cantando a la luna, el gato, triste y azul.
Los actuales, cada vez más, son malos tiempos para la magia. El entorno urbano que todo lo engulle y transforma ha encerrado también bajo su influencia, como pájaro en jaula, a una mujer que en otros tiempos habrían llamado bruja, a la que no le faltan atributos para ello, como la compañía de un gato o su renegar de un mundo asfixiante que no le gusta. por más que su vida transcurra dentro de un triángulo, símbolo espiritual y esotérico. Resulta lógico que actúe de forma incomprensible a ojos ajenos, que se aferre a la naturaleza, a su afición a la noche y a la siempre misteriosa luna. Ella es diferente, como este original relato.
Un abrazo y suerte, Francisco Javier
Tienes razón, no son buenos tiempos para la magia y cada vez hay más gente encerrada en sus propias circunstancias. Muchas gracias por tu generoso comentario. Un abrazo.
Hola Javier,
Ángel te ha hecho un comentario muy completo y con detalle; yo quería decirte que lo he leído y releído porque me ha parecido genial la manera de enseñarme ese pueblo contrahecho, usando las palabras con los sonidos más apropiados en cada momento.
La historia escogida para convertirse en el centro de la plaza triangular no podía ser más adecuadas.
Enhorabuena
Muchas gracias Isabel por leer y comentar mi relato. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.