40. Las mil y una
Es desde el balcón que, cansada de repetir el mismo guion por tiempos inmemoriales, decide cortarse la trenza y anudarla en la baranda para usarla a modo de cuerda. Se le ocurre ser capitana y dedicar media docena de vidas a cazar a la ballena blanca, con ese fin se embarca y pelea durante siglos con el arpón y la ballena hasta que se acuerda del Titánic al ver pasar un trasatlántico de lujo pero, no sabe cómo, acaba en el castillo del conde Drácula. Ante la ausencia de luz del sótano echa de menos su antigua torre y, en la soledad de la noche, se pregunta si volverá a crecerle la trenza para emular a la Ligeia de Poe.
Con la imaginación se puede partir de un balcón, pero nunca se conoce el punto siguiente ni dónde será el final. Con letras y recuerdos se pueden recorrer escenarios y personajes de buenas historias clásicas que han enriquecido las horas de muchos lectores durante generaciones, que bien valían este homenaje.
Un abrazo y suerte, Manoli
Que se corte la trenza para usarla de cuerda es un paso tan importante y definitivo
que no tiene marcha atrás porque tardaría tanto en volver a crecerle que ya no sería esa chica joven y hermosa. Un micro original; oscuro como el de Poe.
Enhorabuena Manoli por esta mezcolanza de historias con las que muchos hemos disfrutado y que tú has sabido engarzar en una nueva y vertiginosa.
Suerte con ella y un beso.
Muchas gracias, Ángel, por tu lectura y palabras. He querido jugar con la intertextualidad en un viaje por distintas historias, hay un homenaje sí, al mundo de los libros, los cuentos e incluso el cine, pero más allá de todo esto, también está la reinvención del personaje que reclama su propia odisea.
Un abrazo.
El acto de cortar la trenza y usarla ella misma para liberarse, es un acto que marca un punto de inflexión en esta Rapunzel que quiere explorar ‘otros cuentos’ que, finalmente, añore incluso su mazmorra y se vea más parecida al espíritu de Ligeia que a una aventurera y que, en su odisea, acabe en el castillo del conde drácula, nos habla de que, a veces, no es tan fácil conquistar la independencia, pero como es un personaje de cuento, sabrá reinventarse, como el mismo ave Fénix si fuese necesario.
Gracias por tu lectura y palabras, Isabel Cristina.
Muchas gracias, Ana María.
Me alegro de que te haya gustado mi texto y te haya recordado buenos momentos de lectura y disfrute.
Un saludo.