18. PERMANENCIA – M. Arranz
Perdí a mi madre al nacer. Según escuché escondida detrás de unas cortinas, fue la “Crónica de una muerte anunciada”….el Tarot jamás miente en las sabias manos de Romelia.
Desde entonces, dentro de mi dulce almohada de pura lana de oveja, estuvo durante años custodiando mi sueño infantil, el amuleto que me protegería de malas influencias. Cuando se enteró mi padre, la tiró directamente al cajón de la leña para que ardiera hasta consumirse. ¡Cuánto me costó acostumbrarme a la suplente!
Fruto del primer paseo con mi hija por el mercadillo, obtuvimos una almohadita que agarró desde su silla y no soltó hasta llegar a casa.
Nos ha acompañado a todos lados durante casi tres años, ha soportado lavadoras, suelos de todo tipo, hasta bocados de varias mascotas, saliendo indemne. Hoy por enésima vez, quise reparar un descosido, cuando descubrí esa pequeña bolsa de raso blanco, bordada con mis iniciales, hecha por encargo expreso de mi madre, que contenía aquel amuleto.
Ahora sé que las cartas solo dicen la verdad, la última vez que hablé con la anciana Romelia creí que desvariaba:
—La Sacerdotisa me ha dicho que regresará. El Amor de tu madre os acompañará por siempre.
Hay una predicción que todos quisiéramos que se cumpliera, necesitamos creer que el amor incondicional y verdadero trasciende y permanece, incluso cuando la persona emisora ya no está físicamente. Los objetos son importantes si nos conectan con personas esenciales en nuestra existencia, las que le han dado sentido.
Un relato emotivo con conexión entre generaciones.
Un saludo y suerte, Mónica
Hay una predicción que todos quisiéramos que se cumpliera: necesitamos creer que el amor incondicional y verdadero trasciende y permanece, incluso cuando la persona emisora ya no está físicamente. Los objetos son importantes si nos conectan con personas esenciales en nuestra existencia, las que le han dado sentido.
Un relato emotivo con conexión entre generaciones.
Un saludo y suerte, Mónica
Ese es tal cual el mensaje que he querido transmitir, hay muchos símbolos que nos rodean, cada quien tiene su propio sistema de creencias que le guía a través de la vida y en muchas ocasiones le confiere un sentido. También los vínculos afectuosos nos unen a unas raíces, a un pasado generacional que podemos amar u odiar. Me gustaría que el amor prevaleciera, pero en la realidad, todo absolutamente cumple su función. Gracias por leerlo y por tu comentario.