27. WELCOME TO HELL (Rafa Olivares)
Parecía mi día de suerte. Apenas llevaba cinco minutos con el pulgar extendido cuando se detuvo una motera. De piernas interminables, los rizos de su sedosa melena rubia desertaban del casco tras cuya visera opaca creí adivinar una seductora sonrisa. Me pareció sueca o danesa, nórdica seguro. Subido a la grupa decidí agarrarme a sus pechos para no sucumbir en las sinuosas curvas. Eran diminutos pero tersos, como a mí me gustan. No tardó en alcanzarnos una pareja de moteros de casco militar, barbas prominentes, chupas tachonadas y tatuajes satánicos. Pinta de austrohúngaros o de por ahí. Se quedaron a nuestra estela. Después de pasar un cartel con la leyenda «Welcome to Hell!» paramos ante un viejo motel de madera incapaz de contener la música estridente que exudaban sus entrañas. Decenas de motos de todas las marcas y diseños se agrupaban a su entrada.
Al bajar me presenté:
–Me llamo Juancho.
–Yo soy Peter –me dijo el de los pechos diminutos mientras se quitaba el casco.
Los tipos que nos escoltaron se acercaron amistosos. El que dijo llamarse Klaus me ofreció un canuto de marihuana, el otro un tarro de vaselina.
Hola, Rafa.
Me ha recordado este relato tuyo a un proverbio chino que habla de la suerte y de que solo el tiempo decide el sentido de la misma, buena o mala. Quizá el protagonista de este relato aprenda a no precipitarse en los juicios.
Aprovecho para enviarte un refrescante saludo y desearte muy buena suerte.
Las cosas no siempre son lo que parecen, o tal vez sí, porque el nombre del local no engañaba; o puede que no sea tan infernal pese a todo, eso depende de cada uno
Un relato sobre apariencias y realidades, con ironía fina y humor elegante, marca de la casa.
Un abrazo y suerte, Rafa
Bienvenido ese saludo fresco y nunca que fiarse de las apariencias.
Gracias y un abrazo.
Gracias, Ángel II (por orden de aparición). En cualquier caso, no está mal permanecer abierto -nunca mejor dicho- a nuevas experiencias.
Un abrazo.
Hola Rafa, qué maravilloso y sorprendente viaje en moto nos has contando. Qué ilusionado estaba el protagonista, feliz el motero y qué generosos los tipos que le acompañaban. Me ha encantado tu humor.
Yo también feliz por que te haya gustado.
Gracias, Cristina.
Un beso.
Cuando se va a la aventura todo puede surgir, incluso las sorpresas. Excelente, como siempre.
Un saludo.
Así es, Manuela, salirse de lo programado puede conllevar riesgos. Gracias por tu generoso adjetivo.
Un abrazo.
Juancho??
Jajajajajja
Muy bueno!! 😉
Gracias, Miguel Ángel.
Abrazos.