46. Mitología familiar
El techo de la casa de mi abuela era un cielo plagado de nubes blancas por donde revoloteaban los pájaros silvestres. Sobre las cuatro paredes de aquel refugio trepaban buganvillas de colores que, con disimulo, velaban mis agitados sueños. A menudo, se escuchaban susurros y pasos tímidos de espíritus traviesos que, al ser descubiertos, se esfumaban detrás de las cortinas y, ante mi extrañeza, la abuela se apresuraba a explicar que eran parientes venidos del bosque para protegerme. Alguna vez, los sorprendí humedeciendo mi frente sofocada con gotas de agua bendita, mientras ella trataba de hacerme cosquillas con unas ramas de laurel. Y, aunque resultaba en vano, también plantaba romero alrededor del jardín para que su aroma espantara mi pesadumbre.
Mi abuela era una Anjana generosa, hermana de una Ninfa de las Fuentes, prima de un Trenti y tía de un Nubero. Y por un insólito encantamiento, madre de una Ojáncana perversa que, una noche, le arrebató la energía. Desde entonces, ese monstruo de mirada feroz y aliento turbio me acorrala en su niebla y vocifera, burlona, que soy la viva estampa de mi abuelo, un Musgoso solitario y melancólico que vaga sin descanso por el Valle de las Sombras.
Las noches y la soledad son caldo de cultivo de temores que crean fantasmas, pero no hay como una abuela sabia y conocedora de la mitología popular cántabra para ahuyentar esos monstruos con otros personajes, no reales quizá, pero legendarios y asentados en el pensamiento colectivo, transmitido desde generaciones.
Un relato poético y descriptivo, pura imaginación, que nos habla de una cultura popular localizada, creadora de personajes míticos, y de una forma creativa con la que tratamos de explicar nuestro entorno y lo que nos sucede.
Un abrazo y suerte, María José
Maravilloso relato digno reflejo del folcklore de la tierruca. Es precioso, María José. Enhorabuena!!
La mitología forma parte de nuestras tradiciones populares y en Cantabria hay mucho interés y se ha trabajado para recopilar esas historias de criaturas mágicas a las que se teme o se adora y que, además, forman parte de nuestra oferta turística.
Por otro lado, las abuelas, ya sean reales o mitológicas, son muy necesarias 😉
Muchísimas gracias, Ángel por tu visita y por tu siempre amable comentario
Un abrazo 🤗
Me alegra mucho que te haya gustado el relato, Susana y también me alegra saber que sigues escribiendo por aquí. Muchísimas gracias por la visita y por el comentario.🤗
Muy bueno… ¡y todo lo que se aprende… suerte😉🥰
Muchísimas gracias por leer y comentar, Dominique. Un abrazo 🤗