Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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47. El regreso

«¡Qué desgracia!», me dijo Adela, aunque me consta que se alegró de que mi Antonio decidiera dejar este mundo. Lo sé porque mi Tonio, que solía llegar a casa un pelín bebido (que no borracho), no siempre atinaba a dar la luz de la escalera y terminaba aporreando la puerta que no era, es decir, la de Adela.

El caso es que cada día que pasa lo echo más de menos. Pero hoy, al volver de la compra, me paré frente a un escaparate en el que un robot parecía estar mirándome con esos mismos ojos de pasmado que tenía mi difunto. Entonces me decidí a entrar.

—¿Qué venden? —pregunté.

—Robots de segunda mano —me contestó un chico con cara de hamburguesa.

—¿Y qué sabe hacer ese del escaparate?

—Nada. Es para el desguace. No coordina movimientos, tira todo a su paso para detenerse a los dos minutos… y ya.

«Como mi Tonio, igualito que él», pensé para mis adentros.

Por dos duros me lo acaban de traer a casa, y lo tengo amodorrado en «su» sillón. Ahora me siento acompañada, y a eso de la una de la mañana lo dejaré salir a esparcir un ratito al rellano.

 

6 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Un robot simple y torpón, características coincidentes con las del marido difunto de tu protagonista.
    A la gente se la quiere con defectos incluidos, o precisamente por ellos.
    Un relato que nos dice que las imperfecciones de una persona pueden llegar a quererse y hasta a echarse de menos.
    Un abrazo, Dominique. Suerte

  2. Rosalía Guerrero

    Dominique, me gusta mucho tu micro porque nos da otra visión de los robots: no hace falta una avanzada inteligencia artificial para sustituir a un humano. Incluso un robot de desgrace vale para ello.
    Un abrazo y suerte.

  3. Dominique

    🤣muy cierto, Rosalía, no hace falta (siempre) una avanzada inteligencia artificial para sustituir a un humano… gracias por tu lectura 🥰

  4. Coincido con mis compañeros: buscamos la perfección, pero quizás disfrutemos más las imperfecciones.
    Hay muchos cuentos detrás de este micro: la soledad de la protagonista, puede que de la vecina (ahora solo tiene silencio), la vida anterior de ese robot (dónde?), el chico de la tienda (por qué lo expone?)…
    Me gusta mucho tu micro, felicidades.

  5. Dominique

    Gracias, Luisa, me gusta todas esas preguntas que te haces… yo también me las hice una vez escrita la escena en la que me vi atrapada. Un abrazo😘

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